Capitulo III

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Josef:

Me parece raro que no haya llegado puntal, han pasado 10 minutos pero para mí son siglos.

- Veren! Me alegro que estes acá, pensé que no vendrías...

- Ah, se me olvidó que estarías acá mejor me voy.

- No no te vas, porque te estás alejando de mi?

- Solo déjame porfavor

- Mira dime qué pasa y te dejo en Paz

- Te vas a casar con... Con ya sabes con quién

- No se de que me hablas

- Me lo dijeron hoy, vas a casarte con una princesa pensé que te gustaba la verdad.

- Claro que me gustas princesa me haz gustado desde que somos niños quiero que seas mi duquesa que vivas conmigo en mi reino que seas mi mano derecha y que nuestros apellidos se junten. No sé quién te habrá dicho tantas cosas que no tienen nada que ver permíteme

- No josef le preguntaré a mi padre y el me dirá si te vas a casar o no, en tal caso de que no te cases te enviaré una carta por ahora porfavor no me busques.

Verenna:

Salí corriendo de el balcón, aún que sentía que el me perseguía decidi esconderme en un cuarto donde estaban las esclavas preparandose para que alguna de ellas fuera escogida como la favorita de mi hermano Eduard.

Horas después.

- Buenas noches Reyes,Reinas, Duques, Duquesas Sultanas y sultanes princesas y príncipes y monarcas. El día de hoy estamos reunidos para celebrar los 15 años de mi hija verenna que el día de hoy pasará a ser una mujer y podrá oficialmente casarse con alguien que ella ame valore y respete.

*Aplauden*

Muchas gracias por sus aplausos pero no es todo lo que quiero decir. Mi hija hoy también tendrá el título de Sultana y le daré un gran cargo para que cuando se case pueda ayudar a su esposo en el reino que le corresponda, ahora sí que comience la coronación.

Y allí me incline y me puso una hermosa corona con un corazón en el medio el cual era de color rosado, a los lados pequeños diamantes que decoraban toda la corona y arriba de el corazón una perla rosada la cual le daba ese ámbito de elegancia, me sentía honrada de llevar una corona tan especial con solo 15 años de echo hasta pensaba seriamente en que sería la primera sultana con una corona tan especial.

Mi padre puso la corona en mi cabeza y anuncio:

- Desde el día de hoy haz sido nombrada como Sultana, dejaras el título de princesa y te concentras en tus labores de mujer, esposa, madre y políticos ¿Aceptas esto hija mía?

- Por supuesto.

Todos empezaron a aplaudir mi madre y mis hermanos menores me estaban viendo con admiración, mi hermano Eduard me miraba con una cara de pocos amigos al igual que mi hermana pero créanme no me importaba nada de eso por qué ya había acendido mi madre estaba orgullosa de mi y todo estaba bajo control.

VERENNADonde viven las historias. Descúbrelo ahora