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Song: In the Rain- David Russell.

9 de noviembre de 2019.

Chat Blanc.

Es un muy bonito día soleado para nuestros cuatro protagonistas, los pájaros cantan, la ciudad está sumida en el caos, los héroes pelean, y nuestras dos chicas están durmiendo en un callejón oscuro escondido de la civilización.

Ana y Lara van despertando lentamente gracias a los sonidos y los micro terremotos que causa el caos en la ciudad. Ambas están confundidas, al despertar se buscan la una a la otra respirando con tranquilidad al reconocerse.

Ana: Ay no. No, no, no, no, no. Nos secuestraron y nos sacaron los órganos para venderlos al mercado negro de Corea del Norte.

A pesar de no sentir dolor alguno en todo su cuerpo, Ana se convierte una olla de nervios a punto de explotar. Se levanta sosteniéndose de las paredes con algo de apuro haciendo que el mareo la obligue a fruncir levemente el ceño con molestia.

Al mismo tiempo, frente a ella, su amiga se encuentra en una situación similar, solo que sin siquiera estar parada. Lara siempre fue un poco más susceptible a enfermedades desde chiquita, y puesto que se acaba de desmayar, sus síntomas son mucho más severos. De igual forma, Lara se encuentra más lúcida que Ana, por lo que intenta calmarla desde el suelo.

Lara: Annie ¿por qué, de todas las personas en el mundo, nosotras estaríamos en la mira de traficantes coreanos de órganos en una maldita escuela con rejas cual cárcel, en Argentina? Tiene más sentido que hayamos recibido una bala perdida a que nos secuestren en una escuela tan aburrida como la nuestra.

Ana:...

Lara: ¡No, Analice! ¡No estamos en coma!

Ana: Maldita sea. Lara, para la próxima, porfa no digas algo así después de despertarnos en un callejón.

Lara: Bro, tenemos la ropa intacta, no tenemos dolor fuera de la espalda y la cabeza... Eso sólo puede significar que estamos bien.

Ana: Si, entiendo. Estamos bien, pero ¿en dónde?

A pesar de que Lara le aseguro con muchas algunas pruebas lógicas sobre lo ilógico de su teoría, Ana levanta su ropa dejando su abdomen a la vista para revisar que no tuviera ninguna marca o cicatriz.

Al mismo tiempo, Lara consigue levantarse sin sentir náuseas ni dolores. Luego de todo los nervios por la misteriosa aparición en un lugar desconocido, escuchan y sienten lo que está pasando a su alrededor, despertando su curiosidad y puede que reviviendo la reciente ansiedad.

Lara: Ana, ¿podés escuchar lo mismo que yo?

Ana: Sí. Necesitamos saber dónde estamos. A menos que Inglaterra haya decidido atacar las Malvinas otra vez, no creo que esos ruidos sean normales por acá.

Lara: Además, mirá. Fijate, ésta no es la estructura normal de nuestros edificios.

Ana: Si... Eu, yo conozco ésto. Man... no... no puede ser.

Lara: ¿Qué cosa? ¿De qué te diste cuenta? ¡Hablá, boba!

Ana es la primera en salir del callejón, seguida por una fuerte corazonada y con Lara pisándole los talones, aunque en el camino encontró todo el desastre de polvo en su cuerpo, haciendo que prestara atención a todo menos a su panorama.

Ante la situación, Ana es la primera en enterarse de su problema principal. Sin llegar a comprender qué es lo que estaba pasando, con suavidad picó el cuello de Lara con el dedo intentando llamar su atención.

Ana: Lara... no sé cómo... pero ya no estamos en Buenos Aires.

La chica todavía seguía intentando eliminar la suciedad de su uniforme, cuando siente el piquete de Ana causando que su atención se pasara a ella y sus palabras.

Lara: ¿Qué pasa? ¿Por qué? ¿Qué hay ahí?

Ana: Derecho y al frente.

Lara sin entender, sigue las indicaciones de su amiga levantando la vista observando el problema. Tanto ella como Ana, creen que están bajo el efecto de las drogas.

Lara: No... Me tenés que estar jodiendo...

Ana: Tenemos a la... la-

Lara: La maldita Torre Eiffel.



See you.

Just another fanfic about the MultiverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora