Solamente era un niño, tan siquiera había cumplido los dos años cuando comenzaron a experimentar con mi cuerpo. En mi brazo derecho quedaron aquellas marcas que indicaban mi sufrimiento constante, las múltiples inyecciones a las que me sometieron para que mi ser desarrollara una mutación de casta, muchos no sobrevivían a esas dosis, morían desde muy jóvenes y los que lograban sobrevivir pasaban por tormentos infinitos. El dolor que nos hacía sentir nuestro padre era interminable, pero las cosas no mejoraban por más que los años pasaban, sentía que ese infierno daría por concluido cuando pudiéramos desarrollar nuestras castas. No obstante, ya era demasiado, exigirnos a mantenernos con vida pero dar lo máximo de nuestro cuerpo para que no se adaptara por completo a esos implementos, esto pues, sí lo hacían, te tomaban como un objeto o un recipiente para crear toxinas que fueran experimentales y probadas contigo mismo para luego venderlas al mercado. Nosotros solamente éramos cinco, yo era el hijo del medio de la familia de mi padre Kenzo, sin embargo, cuando este fue proclamado como alfa y líder de la asociación decretó la orden de que todos los hijos de mis tíos pertenecerían a él como si fueran objetos o animales.Así que desde muy pequeño me acostumbre a llamar hermano a otros diez niños que se criaban con nosotros, comenzamos siendo quince, terminamos siendo solamente seis en nuestra familia. Los demás murieron o fueron usados como conejillos de indias por sus habilidades.
Recuerdo ser sometido durante largas semanas a mirar como mis hermanos eran colocados en máquinas, objetos enormes de metal, en donde aveces los electrocutaban, arrancaban sus extremidades, los disecaban o les entregaban el sufrimiento eterno de ser transformado en una fábrica de sangre que pudiera brindar muchas frascos hasta el día en que no hubiera nada más que pudieran sacarle.
Nunca pude sacarme sus gritos de dolor de mi cabeza, mucho menos de mi corazón por no poder haber hecho absolutamente nada para poder defenderlos o acabar con la mente maestra que dirigía desde las oscuridades las acciones y decisiones de mi padre. Todos mis hermanos pensaban que mi madre era la buena, ella siempre llegaba a donde estábamos y nos abrazaba, pero mi instinto que mantenía oculto me decía que aquella alfa no era quien nosotros pensábamos.
Una noche de camino a mi habitación pude escuchar una conversación de mis padres, ese fue el día en que descubrí que todos sus pensamientos o ideas eran susurrados desde la voz de una musa.
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── Debió de dejarte agotado el día de hoy, seguramente esos niños te tienen tan estresado por todos sus berrinches innecesarios. ── Mencionaba aquella alfa mientras le daba un masaje a mi padre que estaba sentado en su oficina.
Yo observaba y escuchaba todo lo que ellos hacían o decían por la pequeña apertura que había en aquella puerta.
── Viene siendo hora de que tomes a Thomas, se está aproximando a esa edad en donde desarrolla su casta y apenas pueda hacerlo querrá tomar el control de nuestras acciones. No podemos permitir que un buen espécimen como él se escape de nuestras manos, cariño. ── Se acomodaba ella desde su espalda acercándose a susurrar en su oreja, sus movimientos me indicaban que era como una víbora venenosa que inyectaba su veneno a través de la manipulación conversada.
── Tienes razón. ── Respondía mi padre bastante dócil a sus comentarios. La víbora se había arrollado en todo su cuerpo dejando sus colmillos en ese punto expuesto, su corazón. Lo había tomado y extorsionado a su antojo para controlar toda la empresa de una manera indirecta.
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Mis pupilas se dilataron, eso recuerdo, el miedo fue tanto que mi piel se puso de gallina. Thomas era el nombre de mi hermano mayor, hijo legítimo de mi padre y una de las personas a quien le había tomado mas aprecio por todas las noches que recordaba en donde él me había ayudado a superar todos esos obstáculos, las ganas de quitarme mi propia vida y quien me había dado razones para continuar con ese tormento. Fue así como resbale cayendo a unos centímetros de la puerta y chocando mi cabeza con ligereza en contra de la pared. Por unos instantes, solamente unos segundos, pude recordar todo lo que había vivido con mi hermano quedándome con el momento más preciado.
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Mi hermano es un omega.
FanfictionLa historia comienza con el nacimiento de dos niños, provenientes de una familia con poder, ambos chicos nacen con la esperanza de formar dos grandes alfas para poder continuar el legado familiar, sin embargo, no se esperan a que uno de los dos niño...