Anomalias. - Cap. #10

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彡┆Rindou Haitani. ꒱ ↴

Apenas escuché esa tonalidad, ese sonido producido por sus cuerdas vocales, en mi cuerpo hubo una reacción involuntaria. Esa tonalidad violeta en mis iris se había tornado de un color más opaco, sin ese brillo que tenía por ver a mi madre que se encontraba sana y a salvo después de todo lo que había sucedido. Sentí como todo mi cuerpo se estremecía con el simple resonar de aquel ruido en las paredes de la habitación del hospital donde nos encontrábamos mi hermano, mi madre, una enfermera, y yo. Se trataba de una femenina de una buena altura, tenía tatuajes en su brazo y pecho, además llevaba una trenza que amarraba sus cabellos bicolores y una ropa que no daba la impresión de que fuera alguien de la clase alta. No obstante, la manera en que los doctores la miraba con temor y como mi madre había hecho que su cuerpo comenzara a temblar, mostrando incluso una aceleración rápida en su pulso; cosa que, gracias a una máquina, mi hermano y yo pudimos notar, nos dimos cuenta de que aquella mujer se trataba de alguien peligrosa que había llegado hasta donde estábamos para terminar lo que nuestro abuelo no pudo acabar. Luego de unos segundos de la tensión que había en el ambiente, el sonido de un pájaro que pasaba casualmente por esas alturas; justamente en el tercer piso de una clínica médica, pudimos entrar todos en escena y darnos cuenta de que había que actuar rápido. Mi hermano colocó su brazo en mi hombro atrayéndome hacia donde él se encontraba, observé con el rabillo del ojo como usaba mi cuerpo para tapar los movimientos de su mano que se metían en su bolsillo buscando algo, esa rápida acción me hizo pensar que podría tratarse de un arma o algo parecido, actué normal y solamente me quede observando a la nueva individua que se incrustaba en nuestras vidas con tanta normalidad.

── No pensé que podríamos encontrarnos en un mismo lugar, esto es fantástico. Vanessa, Rindou y Ran, que simpática y oportuna casualidad. Están tan grandes que por poco no puedo reconocerlos, lucen tan atractivos con esos trajes, juraría que apenas puedo sentir la esencia de Mat en ellos. ──

Murmuraba aquella chica, su voz causaba completa relajación en los cuerpos de los doctores que se encontraban en la sala, sin embargo, a mi no me lograba engañar. Lleve mi mirada un poco arriba intentando encontrarme con la expresión de mi hermano, intentaba saber si este estaba sintiendo lo mismo que yo sentía, no era así. Ran también había tenido el mismo efecto que los demás alfas de esa sala, parecía que la afeminada con características interesantes poseía un talento inigualable para hacer que el corazón de alguien de su misma casta cayera en sus hilos invisibles dándole la facilidad de manipular a su antojo a cualquier que se metiera en su camino. Aún recuerdo que mi padre nos había advertido de cosas, una de ellas eran las capacidades que tenían entre su familia, distintas habilidades que se desarrollaban junto con su casta permitiéndole que a base de sus feromonas tener cosas que lo diferenciaban del resto. Entonces, si no estaba equivocado, ella debía de ser de la familia Haitani. Pero, ahora mi pregunta era, ¿quién era?, debido a sus rasgos y proporciones físicas no parecía ser mayor que mi joven madre, tenía todo en su lugar como una mujer en su máximo esplendor, pero su olor desprendía una combinación con cigarrillos y sus tatuajes no se veían de algunos meses.

── Lamento no presentarme, seguramente debo de tenerlos en completa confusión. Mi nombre es Ryu, Ryu Haitani. Soy su querida abuela y me encuentro aquí por la devastadora noticia de que mi hijo querido y amado, Mat... falleció. Me alegra saber que te encuentras bien, Vanessa. ──

Trague en seco. Gracias a sus palabras no tarde en enfurecerme, mostrando expresiones de completo desagrado hacia donde esta estaba ubicada, unos cuantos centímetros de distancia de la puerta abarcando los interiores de el cuarto de mi amada madre, entonces, sin dudar ni un segundo más, lleve mi mano hasta donde se encontraba el bolsillo del saco de Ran buscando cualquier artefacto que este pensaba usar con anterioridad, encontré un arma, podía identificarla por su grosor, forma y el metal frío. Apenas mis dedos se aferraron a este utensilio aquella alfa camino con una sonrisa en su expresión elevando su mano hasta el mentón de mi hermano mayor, fue así, como apenas los doctores se retiraron, saqué la pistola apuntando hacia su cabeza con determinación.

Mi hermano es un omega. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora