☬1☬

3 1 0
                                    

-Madre, ya he terminado de montar los escaparates y le he atado los moños a los vestidos - una dulce Vyv -como le suele llamar su madre- Llega hasta el mostrador dónde su madre le dará más órdenes a pocos minutos de abrir la modesta boutique de la familia.
-Oh dulzura ¿qué haría yo sin ti?- la madre camina hasta su niña para llevarle hasta la puerta.

Ambas alisan su mandil, acomodan su delicada pañoleta alrededor de su cabeza y mientras Vyv voltea el letrero de *abierto* Ann quita el pistillo de la puerta y después de un suspiro largo "La tienda de Ann" está lista para recibir a todo aquel que quiera vestido nuevo.
El día transcurre de manera tranquila, no ha habido muchas ventas pero ahora que el festival del puerto está cerca no se preocupan ya que pronto la gente irá a comprar sus vestidos elegantes y trajes típicos.
Pasada la mañana y con el sol amenazando con asar o freír a quien sea Vyv ha salido a buscar a su padre para comer.

-Vyv, cariño, ve por tu padre, debe estar descargando la pesca de hoy- Aneliese ha estado preparando pasta con anchoas y desde que Ásteret se volvió pescador casi siempre se le puede encontrar en el muelle.
-Sí Madre, no tardo- Vyv salió casi corriendo, le encantaba ir con su padre, desde muy pequeña él la llevaba a pescar y a recorrer el mar alrededor de la isla de Boros.

Al llegar al muelle no ve a su padre así que decide caminar hacia el Tea Pot o Tetera del Mar como se llamaba el barco de su padre a intrusear mientras busca a su padre.
Al subir y caminar por la ruidosa madera pensaba en que le pediría a su adorado padre que la llevara a Zafra o tal vez que tuvieran una aventura dándole la vuelta a toda la isla de Boros.
Su caminata casi silenciosa frenó de repente, escuchaba la voz de su padre y de otros dos hombres a bordo del Tea Pot y caminó lentamente hasta quedar oculta detrás de un barril.

—Nadie en Lassul aceptaría algo así es completamente arriesgado—Ásteret estaba molesto pero procuraba no gritar.
—Pero tú, querido amigo no eres ni siquiera de Boros... ni si quiera sabemos de dónde es que eres así que eres nuestra mejor opción—el hombre que hablaba era insistente y asertivo.
—No—corrige.—soy su única opción—.
Ásteret no se deja intimidar y aunque la oferta le agrada no dejará a su familia.

Vyv escucha atenta y con cierto recelo, sabe qué es lo que le ofrecen a su padre porque conoce la voz del otro hombre aunque no sabe su nombre; le ha visto cerca del bar que frecuenta su padre y también en la panadería, en el ágora de Lassul y en la lavandería, el tipo busca personas que se arriesguen junto con él a ir a Port Anglia en la zona norte de Suram, una isla que queda al suroeste de Boros y que se considera "Zona desconocida y deshabitada" aunque aún no se sabe con certeza.

—Oh, vamos Ásteret, tu dijiste que nunca pisarías tierra por más de dos días y ya llevas aquí más de una década ¿Qué más da que salgas de éste puerto 2 semanas?—Está desesperado y se nota.
—¿Seguro que serán dos semanas?—No está convencido pero necesita poner condiciones.
—Claro, solo nos llevarás ahí y nosotros haremos lo demás, te quedarás en el barco, no tienes porqué seguirnos— al tipo le tiembla la voz y su nerviosismo divierte al pescador
—¿Y si no salen de ahí?—As conoce Suram y ha escuchado todos los mitos e historias que hablan de Anglia, de los monstruos y criaturas extrañas que la habitan y también de los tesoros que ahí reposan.
—Si en 6 días a partir de que pisemos la isla no hemos vuelto al barco tienes mi total permiso para regresar a Lassul— el tipo se oye aunque nervioso, seguro de lo que dice y esto termina de convencer a Ásteret.
—¿Cuándo zarpamos?

Vyv, horrorizada e iracunda decide salir de su escondite. Ella, al igual que su padre, conoce cada historia sobre Suram y el peligroso y doloroso destino que les augura a esos tontos marineros y a su padre.

—Es demasiado peligroso lo que piensas hacer, Padre y no puedo permitirlo— Vyv llora pero más de ira que de tristeza.
—¿Qué haces aquí? Tu madre...— Es interrumpido por su hija
-Mi madre me ha mandado por usted, la comida lleva lista casi una hora y usted piensa ir así como si nada a un lugar de donde sabe perfectamente que nadie saldrá vivo— solloza fuerte y con el dorso de su mano limpia las lágrimas de sus ojos.
—Fuera de aquí, ¡FUERA HE DICHO!— habla a los muchachos, exigiéndoles que se vayan y estos al escuchar el fuerte grito se hicieron humo.
—Rosie ¿Qué tanto has oído?— se acerca a ella e hincándose para estar a la estatura espera la respuesta de su hija.
—Todo y muy claro ¿Cuándo pensabas decirnos? O ¿simplemente te irías en silencio esperando que por el festival nadie notara tu ausencia?— sus palabras salen ásperas y con cierto toque de veneno.
—Claro que no, Rosie, pensaba hablar con ambas apenas llegara a casa— As está preocupado, sabía que esto no lo tomaría bien, él se había encargado de contarle aquellos cuentos sobre Anglia y Suram y ahora él se embarcaría prácticamente en una misión suicida.
—¿Y realmente creías que aceptaríamos después de todo lo que nos has dicho sobre Anglia?— Vyv sabe que su padre no es cualquier marino pero sabe que Suram no es cualquier lugar.
—Yo sé que no es una excusa pero, llevo tanto tiempo aquí que siento que me ayudaría a valorar lo que tengo aquí...— acuna las mejillas de su hija pero ella se levanta de golpe.
-¿Valorar? ¡¿VALORAR DICES?! ¿VALORAR QUÉ? No somos objetos, padre, por si no lo recuerdas soy tu hija y la persona que nos espera en casa es mi madre y tu esposa...— Vyvyan se da la vuelta para bajar del barco.
—Rosie... Rose, No me des la espalda ¡Roselyn! ¡ROSELYN!— As va detrás de su hija y ella aún con vestido y corsé parece más rápida.

Vyvyan corre por el muelle hasta su hogar. Decide no pasar por el frente porque sabe que es más rápido llegar por ahí así que corre trás los locales y casas, salta barandas y termina por correr entre maleza hasta llegar a la parte trasera de su casa, sube por pequeños maderos a manera de peldaños hasta la ventana de su habitación, abre de a poco la ventana y se desliza hasta su cama y ya en ella se tiende a llorar.

—¿Qué pasó?— Ann ha dejado la cacerola a un lado del fuego y baja al escuchar el estruendo de Ásteret al entrar por la tienda enfurecido.
—Nada, Ann... ¿Dónde está Roselyn?— está agitado, la perdió de vista al dar la vuelta en la pescadería.
—Si no ha entrado por ésta puerta, no está aquí. ¿Qué pasó, As?— Aneliese conoce a Ásteret, sabe que algo pasó y que eso tiene que ver con Vyv.
—Una discusión sin sentido, iré a ver su habitación, puede que haya entrado por atrás— As sube junto a su esposa hasta la habitación de Vyv.
—No fue "sólo una discusión" As... ¡Ásteret!— Ann se adelanta a su esposo, con la mano en el pecho tibio y desesperado de As le pide que se detenga.
—Ann... Yo...—As se quiebra frente a Ann.
—Se va, madre... A Suram, hablaba con los locos que escuchamos en la panadería con Liv— Vyvyan abre la puerta de golpe sorprendiendo a los adultos de pie casi al borde del pasillo.
—Ásteret ¿Es eso cierto?— violentamente arruga la camisa del hombre y lo acerca a ella.
—Ann, déjame explicarte— traga duro antes de hablar y solloza al terminar la frase.
—Tú mismo te encargaste de meternos en la cabeza que era peligroso ir allá ¿Qué pretendes con ir? ¿Revivir tus años de gloria? ¿Alejarte de la rutina? ¿Suicidarte?— empuja a Ásteret y a puño cerrado comienza a golpearle el pecho.
—Si tan solo me escucharas entenderías por qué lo hago— detiene con ambas manos las de Ann.
—¡Anda, dímelo!— incita retadora.
—Quiero una vida mejor para Rose, los tipos solo quieren que los lleve ahí, no pretendo poner un pie en esa isla y por eso ellos piensan pagarme 35,000 dinores, podríamos, con eso enviar a Roselyn a la Néferim y que sea una cortesana o enfermera— explica aún soltando varias lágrimas silenciosas.
—¿Y a tí quién te ha dicho que yo quiero eso, padre?— Vyvyan se acerca hasta donde sus padres.
—Hija, es lo mejor... Estudiarías con la nobleza— su padre se ha recompuesto y de las lágrimas solo queda un marcado recorrido en sus mejillas.
—Lo que quiero es quedarme aquí, con ustedes— Vyv solloza y se da la vuelta para caminar de nuevo a su habitación.
—Rosie, escúchame— Ásteret se aproxima a la puerta.
—No le diré a mi madre lo que me dijiste en el Tea Pot, si es lo que te preocupa— ella no olvida lo que escuchó pero sabe que eso destruiría a su madre y prefiere morir con eso antes que matarle.
—Gracias— susurra As justo cuando Vyv cierra la puerta.
—¿Qué es lo que harás?— pregunta Ann
—Solo serán dos semanas, prometo que sabrán de mí, no sé cómo pero lo juro— As encara a su amada.
—Ah... tienes que estar aquí antes del festival, Vyvyan será quien inicie el rito no puedes perderte eso—dice Ann antes de romper el contacto visual y caminar hacia la tienda.
—No voy a fallar, lo juro— voltea hacia las escaleras donde la figura de Ann está por desaparcer entre los peldaños.
—Odio las promesas de los piratas— dice terminando de bajar.

Meinen SeemansroseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora