Hace muchos años en un puerto de la Isla de Boros arribó un navegante solitario que no solía quedarse más de un día dónde sea que él llegara, pero al llegar a Port Lassul sintió en la boca del estómago –como él solía decirlo– que debía quedarse un par de días más.
El día en que llegó al puerto sólo dedicó su vida al acopio de víveres, al siguiente día visitó sus bares e iglesias y al tercero se paseó por las tiendas más alejadas de la costa; pensó que necesitaba un par de pantalones nuevos y tal vez una o dos camisas no estaban de más, siguió caminando hasta encontrar una modesta boutique que curiosamente no tenía un nombre "Seguro es nueva" pensó.
Miró los modelos nuevos a la entrada del establecimiento y después de una inspección a la fachada decidió entrar. Caminó entre los reducidos pasillos y al no ver a nadie alrededor pensó en irse hasta que escuchó pasos que venían de una escalinata que llevaba al segundo piso de la boutique.
"¿Desea medirse eso?" Preguntó una muchacha de unos 19 o tal vez 20 años
"Seguro... ¿Camisas sin estampado? no soy fan de las rayas o los puntos" preguntó el navegante de forma educada como nunca lo había sido
"Le traeré las existencias, la puerta de la derecha es el probador, adelante" la jóven vió un destello diferente en ese hombre que ella pensaba rondaba los 40 o un poco más.
Al salir del probador, la jóven le esperaba con varias cajas con camisas perfectamente dobladas y planchadas que tanta pena daba que ella estuviera sacándolas para que él las mirara.
"Sería tan amable de empacarme los dos pantalones y por qué no las 3 camisas azules" había quedado eclipsado con la amabilidad de la chica y maravillado con los diseños, aunque simples, de las camisas que sin dudarlo decidió comprarlas
"Enseguida le envuelvo todo, señor" la jóven estaba contentísima, esa era la primera venta del lugar desde hacía tres meses.
"¿Cuál es su nombre, señorita?" Preguntó tímido.
"Aneliese, señor" las mejillas se le tornaron rosáceas.
"Tu nombre es lo suficientemente hermoso para que sea el nombre de tu nueva boutique también"
Le pareció una buena idea que la chica usara su nombre para su tienda así más gente iría a ver sus diseños y ganaría mucho dinero.
"Oh, de hecho esa es la gracia de este lugar, nunca ha llevado un nombre pero si muchos motes; todos en Lassul llaman a este lugar "la tienda de Ann" y las personas que vienen de la ciudad comúnmente la llaman "La Boutique" y el mote cambia dependiendo del lugar de donde venga la gente, ésta tienda le ha pertenecido a mi familia durante generaciones, desde que mis padres murieron y al ser hija única me he hecho cargo sola y al ver que aún teniendo nombre la gente la seguía llamando de diferentes formas decidí quitárselo"
Mientras ella le contaba la historia del lugar al navegante éste le escuchaba embelesado, perdido en el relato y en los ojos avellana de la jóven tras el mostrador.
"Ingenioso, curioso y enigmático, me encanta" dijo aún bajo el encanto de Aneliese
"No puedo quedarme con el crédito de la idea también me ayudó el contar con una costurera que cotillea con toda la gente de Boros" Ella traía a su mente a su amada costurera, Vyvyan, que había trabajado con la familia durante dos generaciones y que desde la muerte de sus padres fue su nodriza.
"A veces las cosas enigmáticas son las que más gustan y atraen" Él recuerda lo que le condujo a Lassul y lo que le ha hecho entrar en aquella tienda.
"Eso mismo pienso yo... ¿Me podría mencionar su nombre?" Ella tenía un interés muy intenso en saber más de ese hombre que era más que obvio que no era del puerto y que por su pinta sabía que era marinero, seguro se imaginaba que era un guardia de la Isla de Northlax o un capitán de un barco pesquero o incluso un pirata de gustos finos
"Ásteret Woodlove" el hecho de que ella haya preguntado su nombre le daba un cierto cosquilleo en el corazón que le alentaba a invitarla a la cafetería que se topó ayer a la entrada del puerto o talvez llevarla a la playa que estaba a un par de minutos caminando
"¿Wood- Woodlove?" Ella está sorprendida y un poco ¿Decepcionada? Ella no sabía que tenían familiares en otra isla o puerto ni mucho menos en otro país además todos en su familia eran castaños de ojos mieles o cafés o negros y él era todo lo contrario él es rubio casi rojizo y sus ojos son azules como el mar, ese hombre que le había dicho que su nombre era muy bello y que no dejaba de mirar sus labios podría ser un tío o primo muy muy lejano aunque... Puede que no y solo esté sobrepensando todo.
"Señorita, se encuentra bien, creo que le ha sorprendido mi apellido" Duda en si ha sido eso u otra cosa aunque por la reacción cree enteramente que es porque con mucha suerte comparten apellido o solo es que alguien con su apellido le ha roto el corazón.
"¿Conoce a Cecille y Kassiel Woodlove?" Aneliese pensó que si le decía los nombres de sus bisabuelos saldrían de dudas
Esta pregunta dejó pensando al navegante en busca de algún recuerdo y al mismo tiempo confirmando la primera de sus teorías.
"No, ¿usted conoce a Leona y Marcel Woodlove?"No sabía si las personas por las que ha preguntado Aneliese eran sus padres o talvez sus abuelos así que Ásteret ha preguntado por sus padres.
"No, para nada"
Ambos respiraron alegres por no ser familiares y terminaron riendo por el momento tan tenso que se vivió.
Aún después de esa escena que ellos después de un rato la llamaron "graciosa" siguieron hablando de trivialidades, él le contaba de todos los lugares que había podido conocer y que antes de comprar su navío deseaba pisar, le contó que cuando era apenas un bebé su madre murió de una terrible enfermedad y que su padre al verse envuelto en la responsabilidad de trabajar, mantener y cuidar a un recién nacido no pudo con tanta presión y se terminó ahorcando en un viejo sauce que se encontraba en el patio y que cuando unos vecinos acudieron para revisar porque se escuchaba a un bebé llorar con tanta insistencia se llevaron la terrible sorpresa, un señor colgado y un bebé abandonado. Esto a Aneliese le conmovió muchísimo y ella al también ser huérfana le comprendió totalmente.Hablaron de todo un poco e incluso Ann decidió cerrar la tienda para aceptar la valiente invitación de un marinero tímido para que fueran a la única cafetería de Lassul.
Se aclararon muchas cosas como que Ann tenía 20 y no 19 y Ásteret tenía 32 y no 40 como Ann creía
–no hay mucha diferencia– pensó Ann.
Había llegado la noche a Port Lassul y aunque ninguno quería se despidieron con la promesa de que por la mañana se volverían a ver y que esta vez viajarían a la playa.Pasaron muchos días como ese en que Ásteret visitaba a Aneliese y ella le llevaba a conocer otros sitios de Lassul y luego le comenzó a invitar a su casa la cual quedaba en el tercer piso de su tienda y él la llevó a su barco aunque no tan grande como Ann imaginó era bonito y por dentro lo era aún más.
Pasaron varios años, el navegante solitario ya no estuvo tan solo y la modista huérfana dejó de sentirse así. Ásteret no sintió nunca más la necesidad de irse y Aneliese sintió que podría haber perdido a sus padres pero ella podría ahora crear su propia familia de la mano de Ásteret.
Pasados los meses, éstos se casaron
Y después de un año tuvieron una niña bastante curiosa:
Sus ojos eran en principio de un dorado particular y con el tiempo se hicieron verdes
Su cabello aunque claro era más rojizo que castaño
Su piel aunque morena gozaba de pequeñas pecas que decoraban su rostro, brazos, pecho y espalda
Y a pesar de que era tan linda no encontraban el nombre perfecto para ella.
Pasaban los meses y aún después de libros de nombres y recomendaciones de clientes y amigos no le encontraban el nombre adecuado.
No fue hasta que debido a un paro cardíaco fulminante Vyvyan, la costurera y nodriza de Ann falleció cuando la pequeña tenía dos años y a sus padres se les ocurrió ponerle Vyvyan como homenaje para quien había cuidado de Ann toda su vida. Pero había que darle otro nombre para que tuviera –Más simpatía– según su padre. Gracias a la hija mayor de Vyvyan la pequeña se terminó llamando Roselyn Vyvyan Woodlove.
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Meinen Seemansrose
AdventureLa leyenda de que las mujeres en los barcos son de mal augurio siempre se ha manifestado en cada puerto de este basto mundo y sobre todo tratándose de piratas. Aventuras y viajes alrededor del planeta siempre con la guía de las estrellas y la luna...