Capítulo 5: Colapsando.

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Stephanie
 
     La semana pasada ha empezado mi castigo, y sí, es agotador ya que tengo que ir después de la Universidad, pero viendo el lado bueno ahora puedo ver más seguido a David, mi sexi novio. Cada momento que estamos solos, lo aprovechamos al máximo, nos hemos besados a escondidas tantas veces que ya he perdido la cuenta, y estuvieron a nada de descubrirnos, gracias a mis santos de la sexicisilianda no nos han descubierto. Ha ninguno de los dos nos gusta mentir a nuestras familias, pero no nos queda de otra por el momento. 
 
    Ahora mismo me estoy dirigiendo al bufete, y aunque nos hayamos visto anoche lo extraño, y eso me da miedo, ¿Y si me enamoró y el me deja? ¿Qué se sentirá amar a alguien? yo creo que eso lleva mucho tiempo, demasiado, dema...ya mejor dejo de torturarme. Desde aquella noche en que me sorprendió, nos hemos visto con ayuda de Priscila que es a la única que le confíe mi secreto. 
 
     Dejo de lado mis pensamientos al ver cómo el chófer estaciona el auto, me bajo dándole las gracias, podré ser loca y pesada, pero no soy maleducada. Camino tratando de ignorar las miradas que me lanzan los empleados, no hace falta que diga que no soy bien recibida aquí, he escuchado tantas cosas que mejor me hago la loca y sorda, "Es una niñita a la cual sus padres solucionan sus problemas", "Es una princesita que se esconde detrás de la falda de su madre". ¿Y a ellos que mierdas le importa? ¿Acaso ellos son mis padres? ¿Le cambia en algo que yo trabajé ahí? Al parecer si, solo la Señora Carla me ha tratado bien, es una mujer mayor de unos 45 años, se mantiene muy bien a pesar de la edad, me ha contado que está casada hace 25 años y tiene dos hijos uno de 24 años y otra de 19 años creo. Siempre se muestra comprensiva y amable a pesar de mi mal genio, porque puedo ser un angelito, pero si me levanto de malas soy capaz de prender fuego el mundo si me molestan. Por eso mis padres y hermanos ni siquiera se me acercan.
 
    Cuando terminó de acomodar mis pertenencias en el escritorio que me han dado, este se encuentra en la entrada de la oficina de mi novio, ¿Qué loco no?, me han mandado a la boca del lobo sin saberlo.
 
    Me encargo de acomodar algunos papeles, me pongo un poco ansiosa ya que David no llega y eso es raro, ¿Y si le pasó algo? ¿Y si se arrepintió de lo nuestro y no sabe cómo decirlo? ¿Y si?.....me sobresalto al sentir una mano en mi hombro.
 
-Me asustaste maldito idiota.- digo furiosa llevando una mano a mi corazón, si tal vez sea un poco dramática.
 
-No era esa mi intención, pero era como si estuvieras debatiendo.- dice pensativo, yo solo siento mis mejillas arder, y es que mi mente me estaba jugando una mala pasada.
 
-¿En qué travesura o mejor dicho perversidad estaba pensando mi pequeño conejito?- pregunta haciendo que lo mire horrorizada, odio su estúpido apodo y eso le divierte al imbécil, ¿Nunca una cariño o bonita?, No el idiota de mi novio no es normal me dice conejo.
 
-Cállate, alguien te puede escuchar y estaremos en problemas.- digo entre dientes.
 
-Lo tengo todo controlado conejito.- dice divertido. Lo fulmino con la mirada y me levanto para ir a otra parte, es un idiota ¿Después yo soy la inmadura? No llego muy lejos porque me agarra de mi antebrazo, intento soltarme pero es obvio que tiene más fuerza, nos lleva hasta su oficina, en dónde logro salir de su agarre, este cierra las persianas y llavea la puerta, lo miro con desaprobación, ¿Es que cree que nadie sospecharía?
 
-No me mires así Steph, solo estaba jugando. Pero contigo no se puede eres una gruñona.- dice mirándome fijamente con sus preciosos ojos marrones oscuros, y me hipnotiza sin siquiera intentarlo.-No me gusta pelear contigo conejito.- estaba yendo bien, pero no el bruto la vuelve a arruinar. Ruedo los ojos con exasperación, este coloca sus palmas en mi pequeña cintura y me acerca a él, lo miro seria tratando de hacerme la dura. 
 
-Aléjate, estás invadiendo mi espacio personal.- digo con indiferencia, lo empujó con todas mi fuerza y logro moverlo un milímetro, bueno es mejor que nada.-Suéltame imbécil, o gritaré.- digo perdiendo la paciencia. 
 
-Ya estuvo bueno Stephanie.- dice cabreado, bueno parece que pequeño cucarachin se enojó, me rio de mi propio chiste y eso le enoja más.- ¿Te estás burlando de mí? enserio eres una maldita cría.- dice, lo miro con la boca abierta, ¿Me acaba de decir cría? ¿Lo debo tomar como un insulto? Espera un momento...
 
-Bueno ya que soy una maldita cría aquí la dejamos, y puedes buscarte a una mujer de verdad.- digo tragando el nudo que se ha formado en mi garganta, no pienso llorar enfrente suyo no le daré el gusto a este infeliz. Le doy una piña en su estómago haciendo que me suelte, este se lleva la mano en la zona afectada y comienza a maldecir. Sin esperar camino hasta la puerta, pero hay una pequeña sorpresa, el maldito tiene la llave.- Dame la maldita llave gilipollas.- digo yo ahora cabreada.
 
-No quieres que te diga que eres una cría pero actúas como una.- ¿Por qué mierda sus palabras duelen como dagas clavadas en mi corazón?- No te vas a ir hasta que hablemos, así que compórtate por una vez en tu vida.- dice acorralándome contra la puerta.
 
-Déjame ir, o te golpeare en tu amiguito y dolerá.- digo resentida por sus palabras.-Y David Williams, si tienes un maldito problema ve a joderle a tu abuela, yo podré ser una cría como me llamas, pero al menos no me agarró contigo cuando tengo un problema.- digo quitándole la llave que tenía en su traje.-Ahora salte de mi camino, no quiero seguir discutiendo y que nos lastimemos más de lo que ya lo hemos hecho.- digo bajando el tono de voz. Este suspira y por sus ojos pasa el arrepentimiento, pero estoy muy enfadada y esto le costará caro.
 
   Me deja libre y sin perder tiempo salgo de allí, lo que menos quiero es verle la cara. Agarro mis cosas y camino a la salida, el chófer ya está esperándome por lo que subo al vehículo en silencio, no tengo ánimos de hablar. Lo peor es que hoy tenemos una cena en mi casa, u si eso significa tener que verle su estúpida cara, pero ya que me pondré divina como la reina que soy y le mostraré lo que se pierde.
 
   ¿Tan solo dos semanas le duró el cariño? ¿O solo quería llevarme a la cama y como no lo consiguió se aburrió? ¿Qué habrá sucedido para que actuará así? Pero es obvio que nada justifica su actitud conmigo, si puede que a veces se un poco irritable pero eso no le da derecho a tratarme así. Dejo de debatir cuando el chófer me avisa que llegamos, le agradezco en silencio y salgo del auto, entro sin ganas a mi casa. 
 
      Los empleados van y vienen acomodando y asegurándose de que todo esté perfecto para la noche. Cuando llego a la escalera, casi caigo porque alguien me ha empujado, ¿Es que hoy no es mi día? Miro quien se ha atrevido a empujarme, y mi encuentro. Con los enanos riéndose, no me puedo enojar con ellos son mi debilidad. 
 
-¿Que hacen pequeñuelos?- pregunto abrazándolos.
 
-¿Quieres jugar con nosotros?- preguntan con su tiernas voces. Asiento sin remedio, así podré distraerme un poco.
 
-Claro peques, pero me pondré algo más cómodo, ya regreso.- digo desordenando sus cabellos. 
 
    Terminó de subir las escaleras, y camino por los pasillos hasta entrar a mi habitación en dónde dejo mis cosas en la cama, y agarro un conjunto deportivo, que se trata de un top y un jogging de color azul. Me ato el pelo en una coleta, y me calzo mis tenis, en eso escucho el timbre de mi celular, lo agarro de mi bolso, y veo que se trata de David, ¿Acaso ahora está arrepentido? o ¿Solo llama para terminar conmigo?
 
    Decido dejar todo de lado para pasar el rato con mis hermanos,
 
    Mis hermanitos y yo estamos jugando de hace rato, a la pelota, es bastante divertido. Corremos, reímos de las tonterías que se nos ocurre, así pasan las horas y ya ha anochecido. De pronto, una voz fuerte nos hace brincar del susto, miramos de dónde proviene la voz y vemos que se trata de mi padre y hermano, ambos nos no mejor dicho me miran con desaprobación.
 
-¿Cuándo va a ser el día en que madures?- pregunta con voz alta, siempre es lo mismo, todos me subestiman, ¿Qué derecho tienen a tratarme así?- ¿No dirás nada?- pregunta frustrado.
 
-Ya has dicho lo que pesabas para que gastar salina defendiéndome si no me escuchan.- digo cabreándome por segunda vez en el día. Trato de ignorar esa punzada molesta en mi corazón, estoy cansada de que nunca cumpla con las expectativas de los demás.-Peques otro día jugamos, iré a ducharme.- digo dirigiéndome a mis hermanos.
 
-Debes estar presentable para esta noche, no lo arruines Stephanie.- dice apareciendo mi madre, no digo nada por el contrario camino adentro de la casa, ¿Y si me encierro y no voy a la maldita cena? 
 
    Al llegar nuevamente al dormitorio, busco el vestido que ha dejado mi madre, y me meto a bañar, dejo el agua correr por mi todo mi cuerpo, y sin poder evitarlo terminó llorando en silencio, odio que me vean llorar, que vean lo vulnerable que puedo llegará ser, me desahogo en el único lugar donde puedo ser yo misma, con mis miedos, mis defectos pero también mis virtudes. 
 
    Amo mi familia, y sé que a veces suelo ser irresponsable en ciertas cosas, y un poco inmadura, pero eso no significa que no me duela lo que digan y piensen de mí. ¿Qué puedo esperar de los demás? Si a mi propia familia y a mi novio les cae mal todo lo que hago.
 
     Cuando logro despejar mi mente y refrescarme salgo del baño y me visto rápido, no quiero ser partícipe de otra discusión. Me maquillo un poco, también peino hacia un lado mis largos cabellos rizados, miro mi reflejo en el espejo, mis ojos no se parecen en nada a como estaban en la mañana, ahora lucen tristes.
 
-Apúrate Stephanie, ya están todos los invitados.- dice mi madre entrando a mi dormitorio. Asiento tratando de evitar cualquier enfrentamiento.
 
   Cuando se va inhaló y exhalo, debo estar tranquila, debo poner mi mejor sonrisa de me importa una mierda, no le daré el gusto de verme mal.
 
     Una vez lista emocionalmente, bajo para encontrarme con un mundo de gente, me acerco hasta la mesa donde están mis hermanos, y es cuando lo veo, pero eso no es lo que me duele sino ver qué está acompañando de una elegante mujer. Ella le dice algo al oído y ambos ríen, cuando me estoy dando la vuelta para irme de aquel lugar, escucho la voz de Alex para que me acerque, en este momento quiero matarlo por su imprudencia. Les sonrió ocultando mis sentimientos, y es ahí cuando David me mira, sé que no dirá nada no le conviene, me acerco ignorándolo.
 
-Pensé que estaban ocupados y no quería molestar.- digo con simpleza.
 
-No molestas hermanita, estás preciosa como siempre.- dice haciéndome girar luciendo mi hermoso vestido. Logro ver de reojo como mi ¿Novio o exnovio? bueno eso es lo de menos, esta tenso y me mira sin importarle los presentes.
 
-Gracias, iré a ver si ha llegado Priscila.- me excuso para no estar ni un minuto más ahí.
 
   Busco con la mirada a mi amiga, pero no la veo por el contrario veo a la víbora de mi prima. Es que todo me sale mal hoy, primero peleó con mi novio, después discuto con mis padres, y para completarle el imbécil aparece campante con una mujer, y ahora tengo la desgracia de ver a este ser que no soporto ni en pintura.
 
-Pero si es mi primita preferida.- dice con ironía.
 
-Hoy no estoy para tus ridiculeces Leticia, así que piérdete de mí vista.- digo deseando que acabe este día.
 
-¿Sabes que han dicho tus padres?- dice esperando una respuesta, pero no caeré en su trampa, así que camino en dirección contraria.- "Mi hija es una oveja descarrilada, ya no sabemos qué hacer. Pensé que con el tiempo cambiaría pero cada día está peor."- dice tratando de imitar la voz de mi madre, haciendo que me detenga de inmediato.- ¿Qué se siente ser la vergüenza de la familia? ¿Qué tus padres te vean como un estorbo?- dice maliciosamente.
 
-¡Cállate, perra!- exclamó perdiendo los estribos, aunque no lo quisiera admitir sus palabras me han dolido, porque es justamente lo que trataba de evitar, de hacerme la loca para que no doliera.
 
-¿Qué te pasa Stephanie? ¿Acaso tienes que arruinarlo todo?- pregunta mi madre sujetándome con fuerza de mi brazo.- No arruinarías la cena, vete inmediatamente a tu cuarto.- dice entre dientes ya que estamos llamando la atención.
 
-No lo haré, ella me estaba molestando madre.- digo tratando de explicarle. Por su mirada sé que no me cree, ¿Cómo terminamos en esto?- No me pienso ir, así que deja de imponer tus malditas reglas.- soy la mala de la historia, ¿Siempre piensan lo peor de mí? Bien les daré de que hablar.-Ya soy lo bastante mayorcita para que me estés mandando.- grito enojada, dolida y agotada.
 
  Sé que todos están viendo el espectáculo, que todos estarán diciendo que soy la oveja negra, la inmadura, la cría y quién sabe qué más. 
 
-Esto lo pagarás caro.- dice con rudeza mi madre para retirarse y seguir con la cena como si nada. Siento una mirada penetrante en mi persona, e inconscientemente levanto la mirada para encontrarme con esos ojos electrizantes, desvío mi mirada no quiero más problemas. Comienzo a caminar hasta la salida, justo por esa puerta aparece mi amiga con su novio, este me observa por unos minutos de una manera que no me agrada para nada. 
 
-Me estoy yendo, si quieren me pueden acompañar.- digo sin ánimos.
 
-Nos vamos contigo, esto se ve muy aburrido para mí gusto.- dice Prisci tratando de aligerar el ambiente.
 
   Nos encaminamos hacia la puerta y sin importar las amenazas de mis padres salgo de ese lugar. Hemos estado caminando por más de media hora, necesitaba pensar un poco, para este momento ya me encuentro descalza, no soportaba más los tacos por los que ahora los llevo en mis manos.
 
     Llegamos a un bar, en dónde bebemos para olvidarnos de nuestros problemas, yo no quiero pensar en nada, solo me dedico a reírme de las payasadas de mi amiga, mientras bebo algo de lo que ni siquiera recuerdo el nombre a estas alturas de la madrugada.
 
    Mi vida aunque parezca un cuento de hadas, no lo es, nadie sabe lo que realmente siento, porque siempre terminan subestimándome y lastimándome con sus afirmaciones acerca de mi persona.
 
  
 
 
 
 
 
    Buenas, ¿Cómo están?
 
   Espero les haya gustado el capítulo y sí es así déjenlo en los comentarios.
 
¿Qué piensan de la actitud de Stephanie? ¿Por qué todos la subestiman?  
 

 
  Estefanía..... Saludos ❤️

Mi amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora