Capítulo 10: Mi primer trabajo.

1.3K 51 2
                                    

Stephanie 
 
    Sonrío emocionada mientras me termino de vestir, me he puesto un pantalón y una camisa, debo estar presentable, hoy es mi primer día de trabajo. Mi hermano me ha ayudado a conseguir trabajo en el bar de un conocido, no ganaré mucho pero me sirve para empezar a independizarse, a mi hermano Alex no le convenció mucho, pero al verme emocionada por mí primer trabajo solo me pidió que me cuide. Deseo ahorrar y poder irme de aquí, poder estar tranquila y por sobre todo ser feliz, en la casa las cosas cada vez se torna más difíciles.
 
    Hace más de una semana fue el enfrentamiento con mis padres, hemos tenidos varios roces a lo largo de estos días, pero he tratado de mantenerme al Leticia se ha encargado de joderme la existencia, se la pasa pegada a mis padres, y ahora quería trabajar en el bufete, solo espero que mis padres no sé lo permitan.
 
  Sé que tendré problemas con ellos cuando sepan en dónde estoy trabajando, si se llegarán a enterar podrán el grito en el cielo, sé que les molesta lo que hago por su posición en la sociedad. Se supone que somos una de las mejores familias, y debemos mantener esa apariencia, y les jode que a mí me importe poco sus absurdas reglas. 
 
     Por otro lado, no he tenido la oportunidad de decirle a David, o tal vez no lo hice por miedo a que se enoje. Después de que su padre fue al bufete, nos hemos cuidado más, y es que si hubiesen sido mis padres ambos estaríamos en serios problemas. 
 
      Sé que le debo decir del trabajo, y lo haré solo que no ahora, estamos bastante bien para arruinarlo, y sé que no le gustará nada, me ha dejado en claro muchas veces que está a mi disposición para cualquier cosa, pero no quiero depender de un hombre. Lo que tenga será gracias a mi trabajo y dedicación, les mostraré a todos que se equivocaron con respecto a mí, y sobre todo me demostraré a mí misma de lo que soy capaz.
 
     Son las 10 de la noche, y si se supone que estoy castigada y por lo mismo estoy a punto de hacer una tontería. Agarro mi bolso y me lo cuelgo en mi hombro, para seguidamente caminar hacia la ventana, si es estúpido que me escape para ir a trabajar, ¿Pero acaso soy normal?, Pues la respuesta es más clara que el agua. Me sostengo de la parte baja de la ventana y comienzo a bajar lentamente, no quiero romperme un hueso ni nada por el estilo. Cuando toco tierra firme suspiro aliviada, no creo que sospechen ya que siempre llaveo la puerta por privacidad.
 
      Camino hacia la salida de la casa, y ahí está el problema, sin pasar por dónde están los guardias no puedo salir de la casa. Hay otra opción, pero no me gusta en lo absoluto, puedo subir el muro y lograría salir con éxito.
 
 Rendida lo hago, no sé de dónde agarro coraje pero lo hago, subo con ayuda de una escalera que acabo de traer del depósito que se encuentra a unos diez pasos de distancia de dónde estoy, me subo, y al estar arriba me apoyo en el centro, y cuando logro tener el suficiente equilibrio agarro la escalera para pasarla al otro lado, después de unos minutos ya me encuentro caminando para conseguir un taxi, la escalera tendrá que quedarse allí, deberé sacar una copia de la llave para no volver a pasar por esta situación. A unas tres cuadras logro parar a un taxista, me subo y el conductor comienza a manejar, el bar queda a unos 10 minutos, así que me acomodo y saco mi celular para ver si mi novio me ha enviado algún mensaje, no me gusta que gaste su dinero en mí, pero es verdad que nos favorece a ambos. Hay dos mensajes suyos y una llamada, ¿Se habrá enterado de que no estoy en casa? ¿Quizás ya sabe de mi nuevo trabajo?, tranquila Stephanie tu querido novio no es un acosador que sigue todos tus pasos.- me recrimino, sé que no lo haría.
 
    En los mensajes solo me desea las buenas noches, y me pregunta cómo estoy, le respondo rápidamente, ya que ya hemos llegado al lugar. Guardo mi teléfono en mi bolso, para después pagarle al señor y comenzar a caminar hacia la entrada, cuando llego me saludan dos chicas y me dicen que debo hacer. El uniforme no es muy lindo que digamos, y si hablamos de largo esto parece ropa interior, resignada me dirijo a los baños para cambiarme rápidamente. El trabajo es de las 10 de la noche hasta la tres de la mañana, no sé cómo le haré para estudiar, pero si quiero que todos vean que soy capaz, debo hacerlo, así me cueste. 
 
    Al terminar de vestirme, salgo y comienzo a servir los tragos, parecen amables, son varias chicas y debo reconocer que son muy bonitas, solo hay una a la cual no parezco agradarle. Pero al fin de cuentas estoy aquí solo para trabajar, no para hacer amistades.
 
     Durante lo que queda de la noche voy y vengo entregando los pedidos, por ratos me quedo en la barra, y otras veces me toca limpiar las mesas, o lavar los recipientes. No solo es para bailar y beber, ya que también funciona como restaurante, tenemos para ofrecer diversos platillos al igual que bebidas. 
 
-¿Cómo ha estado tu primer día?- dice una de las chicas del bar.
 
-No me puedo quejar.- digo sonriendo, y es que aunque sea agotador me ha gustado.
 
-Oh que descortés, soy Abigail, pero me puedes decir Abi.- se presenta.
 
-Mucho gusto Abi, yo soy Stephanie y puedes llamarme cómo desees.- digo, me transmite mucha confianza.
 
-Se nota que no eres de las que van a estos tipos de bares, y por eso te daré un consejo.- la miro alzando una ceja, ¿Qué es lo que quiere decir?- No es en mala onda, pero debes hacerte respetar desde el principio ya que a veces vienen algunos clientes que se quieren propasar.- explica, eso me intranquiliza, ¿Y si me hacen algo?
 
-Yo...lo tendré en cuenta.- digo un poco incómodo para volver a mis labores.
 
    Ya son las tres de la mañana, esto sigue hasta el amanecer, pero mi horario laboral termina antes, claro que me han dejado saber que si me necesitan un poco más me tendré que quedar. 
 
    Estoy completamente agotada, y sé que mañana me costará levantarme y peor aún tendré unas horribles ojeras, pero ya que. Cuando termino salgo del local, tendré que volver caminando ya que a esta hora no hay más taxis. Camino lo más rápido que puedo por las solitarias calles, solo deseo llegar a la casa sana y salva. Después de media hora ya me encuentro en mi habitación, tuve que volver a trepar por el muro, y ahora mismo me estoy desvistiendo velozmente, para seguidamente tirarme en la comodidad de mi cama, lo último que pienso es que mañana será un largo día.
 
*****
 
        El sonido de mi despertador hace eco en las cuatro paredes de mi habitación, sin más remedio me levanto al mismo tiempo que apagó mi alarma, con toda la pereza del mundo empiezo a arrastrarme hacia el baño, cuando llego hago mis necesidades para después higienizarme. Me miró al espejo, estoy espantosa, mis oscuras ojeras adornan mi pálido rostro, mi estómago emite un sonido que indica lo hambrienta que estoy, es que últimamente no he estado comiendo bien, y es que con lo tenso que se encuentran las cosas en la casa, se me quita el apetito.
 
   Me visto con un vestido azul largo que se amolda a mi cuerpo, lo bueno de ir a la Universidad es que podemos vestirnos como más nos guste. Cuando termino de arreglarme, bajo por las escaleras y me encamino hacia el comedor. Como todos los días, todos están desayunando y compartiendo, mi relación con mis padres día con día se va rompiendo más, ni siquiera me responden si les hablo, por el contrario con Leticia se portan de maravilla, la muy perra sigue ocupando mi silla, y ha sido por una de las cosas por la cual he vuelto a discutir con ellos, y no hay que ser adivinos para saber que no gane la batalla. 
 
    Me acomodo en la silla y comienzo a desayunar, mantengo mi vista en el plato, cada vez que me siento en esta mesa se me cierra en el estómago. Inevitablemente cuando soy participe de este tipo de situaciones, suelo sentirme enferma, y si a eso le agregamos que sufro de migraña.
 
-¿Cómo te ha ido?- escucho el susurro de Alex, lo miro con confusión hasta que captó a qué se refiere.
 
-Bastante bien, solo que estoy muerta.- digo divertida.
 
-Es normal princesa, ya te había dicho que no hace falta que lo hagas, pero cuentas conmigo.- dice en voz baja. Es verdad él me dijo que yo tenía a mi disposición lo que necesitaba, que no era necesario que trabajará, pero que me apoyaba en la decisión que tomara.
 
-Lo sé y te lo agradezco.- le digo sonriente.- Alex....te quiero- digo al mismo tiempo revuelvo el huevo revuelto, y si es obvio que mi madre quiere hacerme ver mis errores, ella sabe que odio está comida ,pero al parecer no le importa en lo más mínimo.
 
-Yo también te quiero Lou.- dice poniendo uno de sus brazos arriba de mis hombros y darme un pequeño abrazo.
 
-Nosotros también queremos.- dicen mis enanos que hasta el momento no habían dicho nada. Sonriéndoles le hago seña para que se acerquen todo esto ante la atenta mirada de los demás. Mis pequeños hermanitos se acomodan en nuestros regalos y nos abrazamos los cuatro. Esas personitas son lo que más amo, son mi apoyo, los único que no me juzgan, y por su puesto mi novio.
 
  Una vez logro terminar mi desayuno, subo escaleras arriba para agarrar mi mochila y al hacerlo vuelvo a bajar. Me despido de mis hermanos y salgo de la casa, de hace dos semanas que mis padres me han quitado todo los privilegios, los cuales no aproveche según ellos. Camino tranquila disfrutando del paseo, hoy he salido más temprano de lo habitual pero no soportaba estar en la casa ni un minuto más. Siento como un vehículo está siguiendo mis pasos, tal vez sean solo mis paranoias, ¿Qué tal si me quieren secuestrar? ¿Y si me quieren sacar los órganos para venderlos? y si...., me asusto de solo imaginarme, e instintamente acelero mis pasos, el auto aumenta la velocidad, no sé qué hacer, ¿Y si me matan? ¿Y si.....?
 
-Conejito soy yo.- escucho el grito del imbécil de mi novio. ¿Es que está demente? ¿Cómo se le ocurre tal cosa?
 
-Maldito cabrón, creí que me estaban por secuestrar para robarme los órganos, y solo era el idiota de mi novio, ¿Es que te encanta asustarme?- digo furiosa encarándolo.
 
-Buenos días cariño sonaría mejor conejito.- dice desde el auto.- Ya no te enojes hermosa, mejor sube que te llevaré.- lo ignoro y sigo mi camino, estoy furiosa me ha asustado demasiado y él lo toma a la ligera.-Stephanie sube al auto, o te subiré.- asegura, que se atreva y golpeare su sexy trasero. -Tú lo quisiste así.- dice pero no le prestó atención, por el contrario continúo caminando.
 
   De un momento a otro me encuentro arriba de los hombros de mi novio, maldito estúpido me está llevando como un saco de papas, en su mano libre lleva mi mochila, me remuevo y en un arrebató le palmeo su lindo trasero, sin hacerse esperar siento como algo ha golpeado mi nalga, y abro la boca de la impresión, ¿Acaso se atrevió a golpearme?, si lo hizo al igual que tú.- me recrimino.
 
     Llegamos hasta donde está estacionado su auto, veo como abre la puerta del acompañante para segundos más tarde colocarme en el lugar y ponerme el cinturón de seguridad, sin ganas de pelear me relajo en el asiento, mientras espero que el comience a manejar.
 
-¿Cómo ha amanecido la novia más hermosa de todas?- pregunta empalagoso, y termino cayendo en sus encantos.
 
-Muy bien, solo un poco cansada.- le cuento, el asiente al mismo tiempo que pone su mano en mi regazo, las veces que hemos salido lo ha hecho, y me ha confesado que le encanta hacerlo.
 
-¿A dónde me llevas?, debo ir a la Universidad.- digo escandalosa cuando me doy cuenta que se desvío del camino.
 
-Es una sorpresa Steph, así que ponte cómoda.- dice sin dar más explicaciones, ¿Sorpresa? ¿Acaso hoy es mi cumpleaños y no me acordé?, no eso ya paso, ¿Entonces?
 
-Deja descansar a esa cabecita, en unos minutos sabrás de que se trata.- dice divertido, no respondo solo me apoyo en la puerta y miro el paisaje, no conozco estos lados.
 
      Después de lo que parece una eternidad, bueno tal vez soy un poco dramática, solo ha pasado media hora. Estaciona el vehículo,  para rápidamente bajar y enseguida cruzarse a mi puerta, y como todo un caballero me ayuda a bajar, caminamos sin decir ni una palabra. Admiro el lugar es como un campo, es muy hermoso, logro apreciar un lago a unos metros, ¿Será suyo?, creo que es obvio o sino no me traería.
 
-Feliz primer mes de novios conejito.- dice David haciendo que lo mire y abra los ojos como platos, ¿Como pude olvidarlo? - No importa hermosa, solo te quiero a mi lado. Yo me encargaré de recordar las fechas, espero que sea el primer mes de muchos más.- dice sacando una rosa de atrás, lo miro encantada, es tan tierno que se haya acordado.
 
-Tienes una novia muy despistada, prometo recompensarte.- digo apenada, este niega sonriente para terminar con la distancia, y besarme. Nos besamos con tanto amor, que no tengo dudas lo quiero, y si muchos pensarán que es muy pronto, pero las cosas entre los dos desde un principio lo fueron, y sé que no me equivoqué al entregarle mi corazón.
 
-Tengo la novia más hermosa y perfecta.- dice entre besos, se separa para agarrar mi mano y comenzar a caminar.-Aún faltan otras sorpresas.- dice emocionado.
 
-No debiste.- susurro.
 
     Deja unos instantes mi mano para correr la silla y ayudarme a acomodar, la mesa está perfectamente elegante, todo está en orden. 
 
    Él se acerca nuevamente y trae un ramo de flores, siento como mis ojos pican, y es que está haciendo tanto por mí, como nunca nadie lo ha hecho. Lo agarro entre mis manos, para después dejarlo en la mesa.
 
-Es hermoso, me ha fascinado todo. Gracias David.- digo.
 
-Es un placer hermosa.- dice llevando una de mis manos hasta su boca para dejar un suave beso en esta.
 
    He desayunado por segunda vez, todo a esta más que perfecto, hemos hablado de todo un poco, con el jamás podría aburrirme, es tan abierto para hablar de cualquier tema, tan inteligente y comprensibles. 
 
     Ahora mismo, nos encontramos en el césped, yo estoy en mi lugar preferido, en su firme pecho mientras el da suaves caricias a mi cabeza.
 
-Te quiero David.- expreso, tenía miedo de decirlo pero no puedo ocultarlo. Siento como su cuerpo se tensa, y en ese momento me arrepiento, ¿Acaso él no me quiere?
 
    Me separo para mirarlo, él se mantiene en completo silencio al mismo tiempo que me mira fijamente, ¿He metido la pata?
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Buenas, espero estén muy bien y también deseo que hayan disfrutado del capítulo, y si es así déjenlo en los comentarios.
 
¿Qué les pareció el momento con sus hermanos?
 
¿Les gustó la sorpresa de David?
 
¿Qué piensan de Abi? ¿Les transmite confianza?
 
 
 
Nos leemos pronto.
 
Estefanía... Saludos ❤️

Mi amor prohibidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora