David
En completo silencio observo como duerme mi mujercita, está tan serena, su suave respiración se siente en mi pecho que es donde se encuentra.
No puedo dormir, pero me tranquiliza que ella sí. Primero, quería matar a mi padre por haber atentado contra mi novia, pero ahora siento una horrible punzada en el corazón, no le desearía el mal a nadie, y si tenía ganas de ponerlo en su lugar, pero ahí no pasaría. Y ahora resulta que está muerto, tendría que estar feliz, al fin y al cabo es un problema menos, pero por alguna razón que desconozco no logro sentir felicidad, sino todo lo contrario.
Que Steph me haya permitido perderme en su cuerpo me ha ayudado más de lo que ella cree, necesitaba sentirla después de haberla visto lastimada, después del susto que me he pegado.
Nunca podré arrepentirme de lo que siento por ella, cada cosa tiene su tiempo y eso lo supe cuando Steph me aceptó sin medir las consecuencias, comprendí que antes no hubiese sido lo mismo, y que incluso no hubiese funcionado.
Mientras mi conejito, se preparaba para dormir hice un par de llamadas, ya que necesito protegerla de cualquier cosa, y en especial de sus padres...que no sé si se podría llamarlos a si, y también del miserable de Braian, si mi primo no es más que un maldito infeliz que le gusta conseguir lo que tengo, y eso no le permitiría jamás. Cuando tuve una relación con Rebbeca, el intento seducirla, pero como sabemos mi loca ex lo mando a volar.
-¿Qué tanto piensas?-pregunta esa suave voz que provoca miles de sentimientos en mi ser.
-Duerme, cariño.-pido, no quería despertarla, pero tal parece sintió algunos de mis movimientos.
-Algo te preocupa... puedes decirlo.-susurra mientras que con su delicada mano reparte caricias a lo largo de mi pecho.
-Tengo miedo de que los problemas nos sobrepasen.-confieso mi más grande temor.
-Sé que son muchas cosas juntas, pero creo que hemos demostrado que podemos superar lo que venga si estamos juntos.-dice para levantar su rostro y dejar un suave beso en mis labios.
-Eres tan única, no sabes las veces que soñé estar así contigo, durante mucho tiempo me avergonzaba de tener sentimientos por la que todos consideraban como mi hermana, pero llegó un punto que me era imposible controlarme, tú tienes el poder de acabar conmigo con una sola palabra, y eso también me causaba inseguridad.-le confieso lo que siento en lo más profundo de mi ser, ella me observa entre incrédula y sorprendida.-Si, tenía miedo a que jugaras o te burlaras de mis sentimientos, y creo que fue una de las razones por la que no intente acercarme hasta ese día en que me besaste.-le digo e inmediatamente esconde su rostro en el hueco de mi cuello.
-Eso fue vergonzoso.-dice apenada a lo que niego sonriente aunque no pueda verme.
-Eso fue lo mejor que pudiste hacer, con tus arrebatos me hiciste confiar en que funcionaria y me lance sin pensarlo.-digo mientras mi mano acaricia su espalda desnuda.
-Te amo, yo también sentía algo por ti desde antes, pero por obvias razones nunca intente nada.-confiesa.
-Eso es pasado, ahora es momento de disfrutar de nuestro amor.-digo para seguidamente moverme y así ella deja su escondite.
-¿Qué te parece si dormimos? Mañana será un largo día.-digo a lo que ella asiente de inmediato.
-Estaba pensando en que... tal vez vuelva a trabajar al bar.-dice después de unos minutos de estar en completo silencio, es más, pensé que estaba dormida.
-De ninguna manera, sabes que siempre trato de apoyarte en todo lo que deseas, y que si me pidieras que te bajara la luna, lo haría, pero no pienso permitir que vuelvas a ese lugar. Si lo que quieres es trabajar buscaremos uno que no te ponga en riesgo.-declaro sin darle tregua, y no lo haré, no si se trata de su seguridad.
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Mi amor prohibido
Roman d'amourStephanie Becker es apenas una niña para muchos, pero otros la consideran una mujer exótica, como es el caso de David Williams. Su amor es prohibido, ella no es mas que una cría de 20 años, y por si fuera poco es la hermanita de su mejor amigo, a s...