winter song ─𝗸𝗮𝗴𝗲𝗵𝗶𝗻𝗮.

零五 𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐕

why don't we go
somewhere
only we know?

《 F I V E 》

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𓆩✧𓆪

El estado de ánimo del príncipe heredero no era tan bueno. Hinata podía sentir sus propias manos temblando mientras tomaba una taza y sacaba de la pequeña caja de madera unas hojas de té. Antes de hundir las flores secas en el agua caliente, las llevó a su nariz para inhalar profundamente. Siempre le había gustado el aroma, lo encontraba calmante, reconfortante, trayendo una sensación de calidez a su pecho.

─Shoyo ─dijo Kenma, entrando a la gran habitación─, es hora de la cena.

─Sin apetito, simplemente dile a mi familia que sigo enfermo.

Hinata, algo irritado, dejó a un lado la taza de té que tenía en la mano. Kenma resopló suavemente sin ganas de discutir y, después de inclinarse y retirarse, cerró la puerta en silencio.

Luego de un largo tiempo luchando con la ansiedad creciente, Hinata arrojó un abrigo sobre sus hombros y le ordenó a sus guardias que lo acompañaran al jardín real. Le hubiera gustado poder escaparse en soledad, pero su paseo anterior por la ciudad le había costado a todos la furia del rey y ahora cada uno de sus pasos estaba custodiado.

En los jardines traseros reinaba el silencio. La Luna llena, fue la única testigo de aquella visita nocturna. Hinata conocía el lugar como las líneas de su mano. El gran patio principal en el medio con un árbol de eucalipto gigante, cuya copa se asomaba por encima de los muros que protegían el palacio. La imponente puerta Torii, y más allá del césped verde y ondulado, donde sabía que detrás había prados amplios, colinas ondulantes, árboles dispersos y grupos de ellos. Y una colina en particular, donde existía un árbol que tenía un significado personal muy especial.

Cuando atravesó la puerta, el aire se sintió diferente allí, mágico, encendiendo su alma de una manera que lo hizo sentir cálido a pesar del frío aire de la noche. Subió por las escaleras que conducían al jardín. El final del camino se bifurcaba en varios lugares y recordó el destino de cada uno al pasar por ellos: el lago lleno de coloridos peces koi, el cual seguramente estaría congelado para cuando llegara el invierno. El santuario que todos visitaban al menos una vez a la semana para agradecerle a los dioses por todo y honrar a los antepasados. El bosque de caza en la distancia. Eventualmente, llegó al camino que quería, dirigiéndose hacia las colinas.

Las hojas crujieron bajo sus pies, fue una caminata bastante decente antes de que pudiera ver la colina específica que quería, la que tenía el árbol de sakura encima. Y allí estaba, aún más grande y grandioso que nunca. Se le había agregado fertilizante y estaba almacenando sus reservas para florecer nuevamente durante el invierno.

Una ráfaga de viento revolvió el cabello rebelde de Shoyo y al igual que los pétalos del cerezo, el pasado danzó ante sus ojos.

─Bonito, bonito ─murmuró el pequeño príncipe, sus hebras naranjas se veían más brillantes bajo el sol de primavera.

Hinata acarició el pequeño brote de sakura con uno de sus dedos. Finalmente, después de una larga espera, su árbol estaba creciendo. Le llevó trabajo a la reina apaciguar a su hijo demasiado impaciente y lleno de energía. Fue una sorpresa cuando no se aburrió a los pocos días de espera, sin cambiar de interés, como hacía habitualmente.

Los ojos marrones y redondos de Hinata se agrandaron cuando un pie aplastó el tallo en crecimiento.

─¡¿Por qué hiciste eso?! ─gritó el príncipe