Capitulo 3.

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En el capitulo anterior.
/No obstante, alguien con muy buen instinto sabía que algo pasaría, alguien que le jodería un poco los planes de Muzan. Esa persona se dirigía a la finca del Agua a quedarse con su antiguo alumno. Pues no quería dejarlo solo en momentos tan dificiles para el./

Actualmente. Narradora.

Una noche como cualquier otra, un hombre de mayor edad se preparaba para un largo y cansador viaje, su motivo era la felicidad de su antiguo alumno.

La luna menguante con su debil luz alumbraba su sendero y las pocas estrellas en el cielo le hacían compañia en esa larga y fría noche.

Aquel hombre se llama Urokodaki, y esa noche iba a la finca de su alumno, gracias a su cuervo se enteró de lo que le paso a Tomioka e iba a apoyarlo emocionalmente para que en él no surgieran ideas suicidas.

Pasaron las horas y a medio camino,  se podía ver el comienzo de un nuevo amanecer, iluminando las sombras en aquel lejano horizonte, devolviendo una vez más las esperanzas de un nuevo día y auyentando a aqullas malignas criaturas de las inocentes vidas humanas.

Las aves alegres cantaban, agradeciendo una vez más por el día y su calor, las flores se abrian de a poco luciendo sus hermoso colores e inuguanables perfumes. Los animales poco a poco despertaban para ir a cazar algo para comer.

Para los cazadores de demonios no hay nada más lindo que un nuevo amanecer, un hermoso alba que indicaba que el mayor peligro había acabado y que al fin podían descansar un poco y dormir despreocupadamente sin temor a lo que lo rodea.

Casi a las nueve de la mañana, Urokodaki llegó a la finca del agua, entró sin permisó y comenzó a buscar a su niño encontrandolo en su habitación, profundamente dormido y con una expreción relajada y tranquila, las preocupaciones del anciano se calmarón y el sueño ya le iba ganando.

Así que tomo un futón que había en el armario y se recostó con intenciones de dormir al lado de Giyuu quién aún no notaba su presencia, no pasó ni un minuto cuando su maestro ya se había dormido.

/En otro lado/

Pov. Kagaya
Hoy es una hermosa noche, la luna debe de estar preciosa, la suave brisa mueve mi cabello y la cálida mano de mi esposa me reconforta; mis dulces hijas juegan en el patio con aquella vieja pelota.

Al pasar las horas pude sentir los rayos del sol en mi rostro, el peso en mi hombro me indicaba que Amane estaba dormida y el silencio del patio me decía que mis hijas estaban en su habitación durmiendo.

Luego de un rato Amane despertó apartandose levemente de su marido.

Amane: disculpame esposo mío, no debí quedarme dormida.
Kagaya: no te preocupes, en realidad creo que deberías descansar. Te tuve desvelada en toda la noche, te mereces un buen descanso esposa mía.
Amane: gracias esposo mío, iré a descansar.

Amane realmente amaba a Kagaya, a pesar de que ella lo conoció cuando tenía 13 años aquel niño amable y calmado seguía ahí, ella lo amaba, mucho y sería capaz de morir junto a él si él se lo pedía.

El día en que ellos se conocieron, Kagaya le dijo que su destino era morir y si ella estaba dispuesta a abandonar sus sueños con tal de compartir su destino.

El hombre estaba dispuesto a ir a su habitación cuando escucho un aleteo, su querido amigo emplumado quien venía a verlo.

Cuervo: Oyakata-Sama el señor Urokodaki se esta dirigiendo a la finca del Agua... usted desea hablar con él?
Kagaya: si, pero después por el momento avisame cuando llegué.
Cuervo: como desee Kagaya-San, con su permiso me retiro.
Kagaya: si, pero recierda descansar de vez en cuando.

Amane no era la única que lo amaba, su cuervo también lo apreciaba. Para los cazadores y la familia Ubuyashiki no existía hombre mas perfecto que Kagaya. Perfección, era algo que un ser buscaba deseperadamente, al punto de asesinar a todo lo que le impidiera.

Ese ser estaba dispuesto a meterse en el corazón de cada cazador, atormentando su espiritu para que desistan de la idea de pelear. Asesinar a su líder sería como una apuñalada en el corazón.

Y su plan estaba en marcha, pronto mataría dos pajaros de un tiro, a menos que alguien interviniera pero los pilares no eran lo suficientemente astutos como para intervenir a tiempo.

Casi a la hora del almuerzo, Urokodaki llegó a visitar a su viejo amigo, para charlar sobre aquella batalla que se avecinaba, un día el sol oscurecería y saldría nuevamente con la victoría de los cazadores.

/Cabe aclarar que Giyuu sigue dormido, nesecito a mi wawa en mi vida/

Una vez más, el sol estaba dejando la tierra y la luna de nuevo reclamaba a la tierra como suya dando paso a los demonios y a los cazadores para matar a estos seres malignos con aquella única katana de diferentes colores.

Ambos amigos se percatarón de una horrible presencia, aterradora y cruel como si fuera su propia naturaleza, con una seña de mano Kagaya mandó a Urokodaki a salir inmediatamente de su finca. Él no podía compartir su mismo destino.

"Ve y busca a Giyuu, quédate con él, va a necesitarte". Aquellas fueron las últimas palabras que escuchó de su líder y amigo.

Salió lo más rapido que pudo, corrió como si no hubiera un mañana hasta llegar a la finca del Agua, Tomioka ya estaba despierto y con su uniforme de cazador esperando una misión sin saber que esa era la noche final.

Una fuerte exploción alertó a todos los pilares, la finca de su líder estaba siendo atacada, debían protegerlo esa era su obligación.

Esa noche 12 personas corrieron lo mas rapido que pudieron tratando de al menos llegar a tiempo pero lo único que vieron fue el fuego y al mismisimo Kibutsuji Muzan.

/Chán, chán, cháaaan/

/Volví luego de mucho, en primer lugar quería disculparme por tardar mucho en actualizar/

/Solo quiero que sepan que en cada capitulo trato de esforzarme para que lean un buen capitulo y que traten de no enojarse conmigo por si tardo mucho en subir un cap/

/Bueno me despido, bye/

Lo sentimos _Kin no Tamamushi_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora