Lo sentimos _Kin no Tamamushi_

Capítulo 6.

/Anteriormente/
Muy pronto, el sol saldría de nuevo, y con eso la victoria de los guardianes de la noche quiénes peleaban por las personas que no podían pelear. La muerte de los demonios y de su rey solo era cuestión de tiempo.

♧|Actualmente|♧

La noche, joven, lejos de terminar mientras los demonios se regocijaban en la sangre de sus victimas. Aquella sangre inocente que los cazadores jurarón vengar.

Con la fiel ayuda de los cuervos, los cazadores Kanao e Inosuke se dirigían a la posición del Rey Demonio, dispuestos a dar su vida y alma con tal de matarlo se apresurarón a ayudar al trío de usuarios de agua.

En otro lugar, en lo que parecía una zona de entrenamiento yacían peleando los pilares de fuego y sonido en contra de la tercera y cuarta luna superior.

Ambos pilares tenían las manos atadas en el combate, necesitaban ayuda de un tercero pero ya no habían más cazadores. Era vencer o morir.

Uno de los dos debía sacrificarse por la vida del otro, una decisión difícil pero necesaria para la victoria. Con ese pensamiento, Rengoku, listo para cruzar el inframundo, ayudó a Tengen a vencer a la cuarta luna superior quién se había dividido en cinco partes.

Peleando contra dos lunas superiores a la vez, lograron derrotar a la cuarta pero, la tercera aprovechó y asesinó a Kyojuro, quién, en su último suspiro, junto a Tengen le cortaron la cabeza a Akasa.

Una vez terminada la pelea, Uzui envolvió el cuerpo de su camarada en una manta, no había tiempo de llorar, la batalla final les obligaba a ser fuerte y seguir adelante. Pierda quién pierda, no podían rendirse, luego le daría un entierro digno a su hermano de armas.

Su cuervo junto con el de Kyojuro le avisaron que valla a apoyar la muerte de Muzan. Ese maldito pagaría cada gota de sangre que los demonios derramarón a lo largo de los años.

Las almas de los cazadores, expenantes a todo, clamaban por un milagro, un cazador que asesinara a Kibutsuji y que ellos, luego de mucho, pudieran descansar en paz.

Y con la luna superior uno, la muerte de Tokito había aturdido al pilar de viento y roca quién con la ayuda del joven Genya buscaban cortarle esa horrible cabeza del cuerpo. Le harían un favor al mundo matandolo.

En un pequeño descuido, Kokushibo cortó a Genya por la mitad pero gracias a su regeneración no moría. Pero de eso, se encargaría la luna, él sabía que el joven era hermano del pilar y si lo mataba el pilar quedaría destrozado y podría aprovechar para matarlo.

En el momento que la luna cortó a Genya, la desesperación y el miedo se veían atravez de los ojos del pilar del viento. Y ese detalle, no paso desapercibido por Kokushibo quién ahora sabía como causar aún más daño.

Luego de un buen rato, luego de tantas técnicas, de sangre derramada y heridas. Por fin, lo lograron.

La cabeza del demonio cayó pero su cuerpo no se desintegraba, ambos pilares al notar esto se sorprendieron ¿la pelea aún no acababa? Ambos estaban exhaustos pero debían sacar fuerzas de donde no tenían.

Debían vengar la sangre de sus familiares, amigos y conocidos, ellos lo jurarón por su vida. Debían vengar a Oyakata-Sama. Ellos también juraron proteger la vida de los inocentes y si ese maldito seguía con vida entonces el sacrificio de sus camaradas sería en vano.

Decididos a todo, una vez más se levantarón, esa noche, está maldita noche los cazadores ganarían, no importaba el precio, la muerte solo sería su liberación de este infierno en la tierra.

Una vez más, tomaron sus armas con firmeza y combinando sus ataques y alientos encontrarón una abertura en la defensa de la luna. Esa abertura fue una luz para ellos pero una sombra de muerte para Kokushibo.

Sin dejarle tiempo para que reaccione, al mismo tiempo, cortarón su cabeza y está vez, murió el demonio.

Con dificultad, tomarón aire lentamente, su corazón latía a mil y su temperatura era elevada. Sanemi dispuesto a descansar un rato buscó con su mirada a su hermano.

Y lo encontró, pero no como él imaginaba, pues el joven Shinazugawa se estaba desintegrando cual demonio. La luna superior uno sonrió, si él moría, al menos se llevaría un alma más con él.

La tristeza formó un nudo en su garganta, la desesperación inundó su corazón y el miedo se reflejaba en su ojos. Su querido hermano, a quién juró proteger moría entre sus brazos, una vez más la sangre de su familia caía sobre él.

Una vez más, fue incapaz de proteger a quién más amaba en la tierra.

Que patético se sentía, solo tenía una tarea y fracasó horriblemente, él merecía morir, pero, su pequeño hermano no. Su hermano merecía seguir viviendo, conocer a una buena joven, casarse con ella y tener hijos. Y al final, morir con ella y no es este horrible y asqueroso lugar lleno de criaturas malvadas.

Entre toda la oscuridad que sentía, una pequeña luz lo sacó de su infierno, una mano grande, suave y algo pesada. Era la mano de su compañero pilar.

Con ayuda de Himejima, envolvierón los cuerpos de los jóvenes lamentandosé, ellos no merecían esto. Ellos tenía toda una vida por vivir pero no lo lograron, no lograron sobrevivir.

Un cuervo captó su atención con un graznido, era hora de tomar su dulce venganza. Con rabia, coraje e impotencía, Shinazugawa tomó su nichirintö y siguio su camino. Por detrás, el pilar de la roca lo seguía dispuesto a proteger a los indefensos de las sucias y filosas garras de los demonios.

Más muertes se avecinaban, pero estaban listo para todo, ya habían perdido todo, no tenían limites. Kibutsuji Muzan no tenía idea de lo que había provocado.

La furía, ira y enojo que antes estaba dormida dentro de sus cuerpos ahora dominaba por completo sus cuerpos, para los cazadores solo era el comienzo... de la paliza que le darían a ese desgraciado.

Aquel que pagaría por todos sus crimenes estaba intranquilo, sabía que su vida corría peligro pero por su orgullo no se retiraría de la batalla. Grave error Kibutsuji.

♡|Continuará|♡

Spoiler: está historia está cerca de terminar.