Capitulo 4.

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/Primera advertencia: voy a cambiar un poco las peleas.

/Segunda advertencia: van a morir un chingo de personajes así que prepara esas lagrimas papu.


En el capitulo anterior.
/ Esa noche 12 personas corrieron lo más rápido que pudieron tratando de al menos llegar a tiempo pero lo único que vieron fue el fuego y al mismísimo Kibutsuji Muzan/

Actualmente. Pov. Muzan

Maldito Kagaya... ¡¡maldito mil veces!! Explotó su finca a propósito para alertar a los pilares de que yo estoy aquí.

Se supone que este asesinato sería en silencio, ¿porque mierda tenías que alertar a todos? No importa cuantas personas sepan que yo estoy aquí, no me ganarán. Yo soy invencible, soy un ser perfecto y nadie puede matarme.

Malditos cazadores... salen de la oscuridad como cucarachas, si los mato a todos tardaré una eternidad, y encima estos malditos no se acaban nunca. Ahora que lo pienso, podría llevarlos a la dimensión infinita. Mis lunas podrían ser útiles por una vez en su inútil vida.

Muzan: Nakime... llama a las lunas a la dimensión infinita, yo voy enseguida... con algo de compañía... también diles a esas cucarachas inútiles que peleen hasta el final.

/El que entendió, entendió y tiene mis respetos/

Nakime, su fiel servidora, obedeció sus ordenes y llamó a las lunas. Ellas ya sabían que iban a pelear así que eligieron un lugar en aquel infinito lugar y esperaron.

La espera no tardó demasiado, al instante sintieron la presencia de su amo y de algunos humanos que seguramente eran cazadores. Algunos se preguntaron que hacía su amo trayendo humanos a la dimensión, otros ignoraron ese pensamiento concentrándose el eliminar a la mayor cantidad de cazadores.

Muzan: ¡¡Malditos cazadores, ¡¿enserio creyeron que me podían acorralar?! Ahora todos morirán aquí!! -exclamó con ira y algo de gozo al saber que se libraría de una vez de los cazadores-

-con Kagaya muerto, y los pilares muertos no quedará nadie que los lidere y así acabaré con esa con esa maldita y horrible organización... realmente soy un genio- pensó Muzan orgullosamente mientras embozaba una sonrisa enseñando sus afilados colmillos.

Los pilares y cazadores se dividieron, Shinobu y Kanao por un lado, Inosuke solo, Zenitsu solo, Tengen y Kyojuro juntos, Giyuu, Urokodaki y Tanjiro por un lado, Gyomei y Sanemi por otro, Mitsuri y Obanai juntos, y Tokito y Genya. Los demás cazadores estaban juntos por un lado.

Pero...

Había un gran problema...

No había kakushis, aquella unidad ocupada de sanar a los cazadores después de sus batallas y en esta no podían lastimarse pues no habría nadie para socorrerlos. Seguramente morirían más de la mitad.

Una verdadera masacre.

Luego de caminar un rato Shinobu y Kanao se encontraron con aquel que juraron, por cielo y tierra, matar. La ira se reflejaba es sus ojos, el desprecio en sus finos rostros y el odio estaba como invitado a la pelea, el cuál tensaba la situación entre las cazadores y el demonio.

Por otro lado, Kyojuro y Tengen se encontraron con Akasa y Hantengu, la luna superior tres y la cinco, las cuales ya estaba en pose de combate desplegando sus técnica, aquellas a las que ningún cazador sobrevivió para contarlo.

Ya no había vuelta atrás, tenían que ganar, si deseaban volver casa. Oh pero que lejos estaban cumplir sus sueños, vencer a Muzan no sería un sueño sino una locura.

Volviendo con Shinobu y compañía, ambas cazadoras tenían un plan en mente, pero, ese plan requería que la pilar se sacrificara. Era su única opción, y una muy arriesgada, pues dejaría a Kanao peleando sola con Douma. Pero sabía de sobra que su alumna no era una inútil, no la entreno para eso.

Shinobu: lista Kanao? -preguntón con otra de sus falsas sonrisas- 

Kanao: si, maestra .


Esas solas palabras marcaron el inicio de la pelea, Shinobu se adelanto, utilizando su gran velocidad para lograr clavar su veneno; una pequeña ayuda la cuál activaría el veneno principal que se encontraba en el cuerpo de la mayor.

Douma tuvo que reconocer que su pequeña mariposita era rápida, pero eso no sería suficiente, pero él no conocía el gran plan que elaboro Shinobu durante todos estos años, se llevaría una sorpresa y no una agradable. Permitió que el veneno de la cazadora fluyera en su organismo, pues creía que no le haría daño alguno, y así fue.

El demonio rió, ¿acaso era una broma? Un veneno tan suave no lo mataría ni en un millón de años, así que creyó conveniente eliminar a la pilar absorbiéndola con su cuerpo. Shinobu al sentir como la mataba lentamente sonrió, el maldito caería redondito en su plan.

"Suerte querida, dale una paliza por mi" dijo ella antes de desaparecer por completo. Kanao observaba a la distancia. "Es hora" pensó la menor mientras desenfundaba su katana lista para vengar a su maestra. "Tu muerte no sera en vano, quédate tranquila, yo le daré una paliza por ti".

El segundo combate empiezo, tanto la cazadora como el demonio atacaban y defendían, ninguno daba su brazo a torcer; él peleaba por placer, ella por un ajuste de cuentas. Paso el tiempo y ambos pararon por un respiro, ambos estaban heridos aunque eso no era problema para el mayor ya que al instante se regeneraron los cortes y la sangre dejo de salir.

Estaban a punto de atacarse, pero, algo paso, un fuerte estruendo venía de arriba. Era como si alguien intentara romper el techo de la habitación, y lo logro, parte del techo cayo al agua provocando que esta se agite y mueva los cuerpos y la sangre.

"¡Ataque porcino!" grito el cazador bajando a gran velocidad, encontrándose cara a cara con el demonio el cuál al ver su mascara se la quito para poder ver su rostro. "Vaya, vaya" dijo el demonio con burla, sonrió alegre al encontrar a la persona a quien daba por muerto. Por otro lado, Kanao al ver que Douma bajo la guardia no desaprovecho, se lanzo contra el hiriendo una vez más. 

Kanao: Inosuke, ayúdame a matarlo 

Inosuke: ¿y Shinobu? -pregunto mientras volteaba a todos lados buscándola.


El silencio de Kanao le dio la respuesta, ella ya no estaba, pero no era hora de llorar a los muertos, sino de pelear y vengarlos. Aquella batalla definiría si la muerte de la Pilar valió o no la pena. A veces uno es verdaderamente fuerte, cuando no tiene opción, cuando la vida te obliga a serlo para poder proteger lo único que te queda. 

Ambos cazadores miraron al frente, era hora de matarlo, ninguna muerte se desperdiciaría. Esta batalla se decidiría por quien es mas fuerte y rápido. Porque aquí nadie se daría por vencido. 

Tururu En otro lado Tururu

Urokodaki: ¿donde demonios estamos?

Giyuu: no lo se, pero no bajes la guardia, no seria seguro

Tanjiro: -olfatea al rededor con la esperanza de encontrar a alguien- No, no distingo ningún olor conocido.

Urokodaki: oigan... no sienten como si algo estuviera detrás mio -pregunto con algo de miedo pues sentía una abrumadora presencia- 

Giyuu: yo no veo nada Urokodaki-sensei 

Tanjiro: -olfatea- este olor, ugh!! Que peste!! Este es el olor de Kibutsuji!! -dijo alterado pues al fin tendría la oportunidad de vengar a su familia- 

Giyuu: Urokodaki-sensei no se mueva por nada del mundo -susurro mientras desenfundaba su espada junto con la de Tanjiro-

Urokodaki: ¿esta atrás mio verdad? -asustado- 

Muzan: Vaya, vaya, no es común ver tres usuarios del mismo aliento juntos -dijo a espaldas de Urokodaki mientras embozaba una sonrisa- esto sera entretenido.


Continuara...

Lo sentimos _Kin no Tamamushi_Donde viven las historias. Descúbrelo ahora