—Espero que haya un mensaje bonito en esa comparación— el azabache rio—no me hace gracia ser una cosa tan rasposa
—¿Qué hay dentro de las ostras? — Preguntó, no tardó ni un segundo antes de que el menor respondiera “perlas” — verás, hay millones de ostras, ellas son valientes pero aparentemente no tienen nada que ofrecer, tan roñosas o lisas por fuera depende la que encuentres, quien no las conoce no se interesa en ellas, mantienen sus valvas o conchas fuertemente cerradas pero hay ocasiones en que las ostras dejan un pequeño hueco y dejan entrar un simple granito de arena, la ostra no lo pretende pero poco a poco ese granito de arena comienza a ser parte de él. Lo comienza a convertir en una perla, nadie sabe que la tiene, la ostra no da indicios de llevar algo tan hermoso dentro sin embargo lo hace. Entonces llega un humano y aunque ellos creen que abren la ostra, ella le regala la perla.
— Oh… eso es hermoso— Los ojos que tanto amaban reflejaban la luz de la luna que titilaba en sus iris — no creo que ….
—Eres una ostra, cultivaste nuestros sentimientos y los convertiste en una perla, en algo hermoso, lo convertiste en amor.
—Creo que… ambos somos la ostra, este amor es de los dos— el mayor sonrió con ternura— tu eres una concha y yo la otra y entre los dos hicimos nuestro amor.
Como dos tontos sonrieron al mar, sin tocarse.
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Seokjin acarició una concha de mar en sus manos.
—Perdimos la perla YoonGi, intentamos ser la ostra y ahora somos conchas de mar.
Vuelve a pasar sus dedos por la superficie
—¿Por qué fuimos tan efímeros, mi amor?—SeokJin siente la tristeza embargar su cuerpo, se extiende como veneno por su cuerpo —¿Porqué te amo tanto si ya somos pasado? — aún sintiendo la antigua y vieja sensación de estar sobre el abismo, vuelve a guardar su pequeño recuerdo en el baúl de lo que Seokjin atesora, pequeños fragmentos que traen a SeokJin tanto dolor como amor.
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—No lo quiero ver Jamie— volvió a encogerse sobre la piedra— Ojalá y el mar lo succione a sus entrañas
—Príncipe… Jimin…— lo llama la sirena— Seokjin… no hables así de él
