cuatro

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"En la casa se está bien. Llegaremos enseguida." Irene intentó tranquilizar a la chica, insegura de que más hacer. Ella y Jisoo intercambiaron miradas y Jisoo suspiró pesadamente. Esto ya estaba empezando a ser señal de un día muy largo.

Condujo hasta el aparcamiento del piso y aparcó y salió del coche, sin preocuparse de esperar a las otras chicas. Subió las escaleras, suspirando una vez que llegó a la planta que quería. Accidentalmente habían dejado la puerta abierta así que Jisoo se deslizó dentro del piso rápidamente, dejando su calzado cerca de la puerta y yendo directamente a su cuarto. La chica pelinegra se cambió la ropa por unos pantalones deportivos y una de sus camisetas favoritas. Se recogió el pelo en un moño desordenado y se quitó cualquier resto de maquillaje de su cara. Se miró durante un tiempo en el espejo para mirar su apariencia antes de bajar las escaleras.

Irene y Jennie no daban señal de donde podían estar, pero Jisoo sabía que estaban en casa ya que vió sus zapatos cerca de la puerta. Se dijo a si misma que no le importaba lo que estuvieran haciendo y se dirigió a la cocina.

"Nooooo."

Jisoo dejó de mirar el refrigerador cuando oyó la voz de Jennie proveniente del piso de arriba. Por mucho que quería ver que estaba pasando se forzó a ignorarlo y agarró dos pedazos de queso de la estantería antes de cerrar la puerta de la nevera. Hubo un jaleo en el piso de arriba, junto a puertas que se abrían y se cerraban y Jisoo suspiró para intentar aliviar el escándalo que había. Puso una sartén en la estufa y esperó a que se calentara. Justamente cuando sacó el pan de la despensa escuchó pasos provenientes de la escalera.

"Hola."

Jennie sonrió quedándose de pie en la cocina, frente a Jisoo. El aliento se le quedó atrapado en la garganta cuando vió a la chica que estaba en frente de ella. Jennie estaba llevando otra de las camisetas de Jisoo que le llegaba hasta la zona media de los muslos. No llevaba puestos ningunos pantalones o calcetines o zapatos. Jisoo notó el vendaje en sus pies, el cual asumió que Irene había cambiado. El pelo de la chica con ojos de gato estaba mojado y puesto en un intento triste de un moño. Todavía había algunos mechones de pelo sueltos que le colgaban y le caían por la cara.

De alguna manera se hacia ver adorable.

Adorable.

Jisoo se maldijo por usar esa palabra.

Antes de que pudiese decir algo, Irene apareció corriendo bajando las escaleras con unos pantalones de pijama de Jisoo.

"Has olvidado esto." se los entregó a Jennie, quien los estudió por unos momentos. Irene vio la mirada cuestionante que Jisoo le estaba dando y se mordió el labio. "Insistió en llevar tu ropa, no sé." Irene se encogió de hombros.

"Oh." balbuceó. Jennie se puso la prenda de ropa y dió unas palmaditas en aquel material blando.

"¿Qué te tomó tanto tiempo?" Jisoo preguntó intentando ignorar el sentimiento que era derivado en su estomago al ver a Camila con su ropa.

"Bueno, descubrí que se puede duchar por su cuenta." Irene asintió y miró hacia Jennie quien todavía seguía acariciando el material peludo de sus pantalones de pijama. "Lo que es una cosa buena, supongo." se mordió el labio y estudió la cara de Jisoo.

"Agradécele a Dios por eso." Jisoo sacudió su cabeza. Ella todavía seguía completamente confusa con todo lo  que estaba pasando en los últimos dos días.

Un ruido las sacó de sus pensamientos y ambas, Jisoo en Irene giraron sus cabezas. Jennie estaba en frente de la estufa con la sartén volcada ahora en el suelo.

"Quema." Jennie asintió una vez y señaló la sartén. Jisoo e Irene intercambiaron miradas.

"Bueno, diviértete con eso." la mayor le guiñó un ojo a Jisoo. "Las chicas tienen que hacer deberes y no se pueden ocupar de esto." Jisoo la fulminó con la mirada, pero Irene ya se había por las escaleras antes de que esta pudiese responder. Jisoo bufó y camino hasta Jennie.

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