Capítulo 7.

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Strange se levantó muy temprano al día siguiente, con la intención de aprovechar cada minuto lo más posible. Había viajado a Canterlot con un equipaje mínimo, pero si iba a mudarse tendría que trasladar todas sus pertenencias; y como solo la cantidad de libros, pergaminos y artefactos mágicos le ocuparían una habitación entera, tendría que ser un lugar grande. El problema era que las casas en Canterlot costaban una fortuna, y él todavía no había empezado a trabajar por lo cual no tenía dinero. Estaba pensando en eso cuando un repentino mensaje del castillo lo interrumpió.

"Su Alteza real, la princesa Twilight de Equestria, solicita verlo en el castillo de Canterlot lo más pronto posible".

-Probablemente es por lo de mi contrato- se dijo a sí mismo mientras se ajustaba su capa y verificaba en el espejo que su melena estuviera peinada.- Bien, no debo hacer esperar a la princesa, así que allá vamos. Me encargaré de buscar casa en cuanto salga del castillo.

Los guardias lo hicieron pasar de inmediato a la sala del trono, donde la monarca y su amigo el dragón Spike conversaban de algo en apariencia muy importante. Sin embargo, en cuanto lo vio le sonrió y le hizo un gesto con el ala para que se acercase. Parecía muy contenta.

-¡Doctor Strange, bienvenido! Perdone que lo haya hecho llamar así de repente, tan temprano...

-No importa, Alteza, me precio de ser muy madrugador de todos modos. Usted dirá, ¿en qué puedo servirla?

-Ya he mandado redactar su contrato, y esperaba que lo leyera y lo firmara- empezó ella.- Luego quiero que me acompañe a recorrer la escuela, ya que es indispensable que conozca bien sus instalaciones si va a trabajar ahí, ¿no lo cree?

-Me parece perfecto, Alteza.

-También le presentaré a los demás maestros, y le mostraré el cuaderno de actividades de su antecesora para que sepa exactamente por qué nivel van los niños de su clase.

-De acuerdo...

-Y por último, ¡le mostraré su habitación! Lamento no haberlo hecho ayer mismo, pero estaba un poco cansada y se me olvidó.

-¿Eh?

-Sé que acaba de llegar a Canterlot y no tiene casa propia por el momento, así que pensé que lo más adecuado era que se quedara a vivir en el castillo- explicó Twilight.- Al menos por un tiempo, hasta que pueda comprar una vivienda. ¡No hay apuro! Aquí hay espacio para todos los ponys que lo necesiten, no solo para mí. Puede mudarse hoy mismo si quiere, aunque supongo que la mayoría de sus cosas están en su vieja ciudad todavía...

-Cielos, Alteza, ¡no sé qué decir! Sería un privilegio enorme poder vivir en el castillo... ¡Le estoy profundamente agradecido por su gentileza!

-Ay, vamos, no es para tanto- negó Twilight con una risita.- No sería una líder y anfitriona respetable si no me preocupara por la comodidad de mis huéspedes. Ahora mismo, aparte de usted hay otros seis ponys viviendo con nosotros, incluyendo a un joven pegaso muy agradable que llegó ayer. Ya verá, el castillo de Canterlot será un sitio muy agradable para vivir. ¡Le doy mi palabra que lo pasará muy bien!

"¿Un pegaso joven? ¿Será tal vez...?"

Un bólido rojo proveniente de una de las torres cruzó el cielo en ese mismo momento, y sonrió con la misma calidez con que Tony le sonriera la tarde anterior. Fuera cual fuera el negocio que el pegaso había venido a tratar con la princesa, agradecía que fuera lo bastante importante como para necesitar alojarse en el castillo. De ese modo tendría tiempo de volver a verlo, y conversar con él apropiadamente. Quizás incluso tener esa cena que le había insinuado.

"Ha sido una buena decisión aplicar para este puesto de maestro. Podría cambiarme la vida, incluso" pensó de buen talante mientras leía el pergamino con su contrato para poder firmarlo.

Fin.

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