Los primeros rayos de la luna se reflejan en el río, era tiempo de ir a trabajar.
Con pereza se levanta del pequeño tapete de paja que tiene como cama y se dirige al pequeño cofre del otro lado de la habitación, abre con el cuidado de no hacer ruido y observa las prendas de su interior, una camisa cortada de color blanco con unos pantalones que traen unas aberturas a los lados, también se encuentra con collares y pulseras de plata y un velo bermellón.
Da un leve suspiro y se despoja de sus actuales prendas para vestir aquellas con un poco de dificultad, siempre se enreda con las pulseras.
Se pone el velo y sale de su cuarto para cruzar con el de su ciega madre.
— ¿Hong-er? — la mujer susurra al escuchar pasos.
Detiene su paso y se dirige a ella, con cuidado se inca.
— Madre, no te preocupes, ya vuelvo — dice mientras se retira un poco el velo para besarla en la frente, la abraza y la recuesta con cuidado para arroparla.
A su dulce madre no le gustaba su trabajo, escuchar sus pasos a la salida y la puerta cerrarse solo para ir a un lugar de mala vida.
El odiaba este trabajo, pero era el único donde le pagaban bien y no tenía opción si quería lo mejor para su madre.
Con un suspiro cruza las calles pólvorosas evitando ensuciarse hasta llegar al local donde llegaban hombres para llenarse las venas de alcohol.
— Ya llegué — dice mientras cruza la puerta trasera del local de madera.
— ¡Wu Ming! ¡Por fin llegas! — Saluda el cantinero alegremente.
— Señor Hei, buenas noches — devuelve el saludo.
— Wu Ming, hoy necesito que distraigas al joven de túnicas blancas — dice señalando la esquina.
— Si lo haces, hoy te pago el triple o más de cincuenta yenes.
Sus ojos en este instante brillaron, haría lo que fuera por esa cantidad de dinero, el no se prostituye, pero perdería la virginidad solo por ese dinero.
Deforma seductora empieza a mover sus caderas hasta llegar a la esquina donde
siente que su corazón se le para al ver el rostro del joven.Un rostro hermoso con buenas facciones, nariz redonda y ojos grises.
— Buenas noches Gege — Saluda con una voz que logro imitar de otra mujer, no era perfecta pero sonaba femenina.
El joven lo mira por un momento y saluda.
— Buenas noches señorita, si me permite, quiero estar solo — secamente responde.
— oh, ¿Pero no quiere divertirse un rato? — habla seductoramente mientras se sienta aun lado del joven y recarga todo su torso en el brazo izquierdo.
— Por favor, retirarse.
— mn, no — rechaza mientras se sienta en su regazo.
— Señorita, esto es inapropiado — dice mientras pone una de sus manos el la cintura de la dama.
— Bueno, es inapropiado, ¿Y qué? — se burla de el mientras muele un poco hacia bajo sus caderas.
Aunque no disfruto mucho eso ya que el joven apretó más fuerte deteniendo sus movimientos y lo bajo de su regazo.
— Me retiro — dice el joven parándose de la mesa aunque es tirado hacia abajo.
— No se vaya Gege — súplica mientras se vuelve abrazar a él.
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La bailarína del príncipe || LianHua
Fiksi PenggemarWu Ming es hijo de una sastra la cual queda ciega en un accidente, el lleno en desesperación finge ser una bailarina de una cantina la cual se encuentra con el príncipe que ha escapado para explorar su pueblo. ~•~•~•~•~•~•~ Te quiero decir que e...