III. Juntos

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Angie sostenía con desdén el ramo de rosas que le habían regalado como parte de un performance romántico para entretener a sus fans. No pudo evitar sonrojarse cuando César tomó las rosas, las pago sin esperar su cambio, se hinco y se las entregó de forma teatral, mirándola a los ojos fijamente. La gente alrededor aplaudió entusiasmada y antes de ser reconocidos, salieron huyendo de allí. 

"Lo más bochornoso que he vivido", pensó Angie para sí. 

Aun así, insistía en sonreír frente a la cámara. Su celular sonó. Angie lo saca con apuro, tomando las rosas con la otra mano sin ningún cuidado de que se maltrataran. Al lado de ella, César seguía conversando con la audiencia, sosteniendo su celular a la altura de sus caras, la gente alrededor se quedaba viéndolos extrañados. Al ver que su acompañante estaba distraída con su propio celular, César la saca un poco de cuadro para evitar preguntas en el chat. Angie lee el mensaje en su móvil preocupada. Coloca el ramo bajo su brazo dejando caer algunos pétalos y arruinando unas cuantas rosas para tener las manos libres y poder contestar.

-No te enojes, bitchi. - susurra para sí.

-Pero bueno, amigos. La noticia que queríamos anunciarles es... - César levanta la voz, Angie reacciona apurada, baja su celular y se pega con el chico para entrar en la toma.

-¡Vamos a abrir un canal juntos! – expresa la chica con falsa emoción. César sonríe de oreja a oreja, entusiasmado por volver a tener su atención.

-¡Así es amigos! ¡Medrock y Angie's Bakery! van a tener su canal colaborativo, donde vamos a compartir consejos para parejas como nosotros, retos, nuestras citas...

-¡Muchas cosas bonitas! – Angie levanta las rosas y las olfatea con agrado frente a la cámara.

-¡No se lo pueden perder! ¡A partir de mañana van a poder suscribirse! – César admira como el chat se ha vuelto loco. Desde mensajes apoyando la idea hasta otros... que no.

No estaba acostumbrado a los mensajes negativos, críticas hirientes. Por más que muchos "colegas del medio" (como él les llamaba) que tenían más experiencia le decían, que los "haters" siempre iban a existir, por más que le dijeran que esos comentarios no tenían importancia, que se tenía que quedar solo con las palabras buenas, no podía evitar pensar en ellos y releerlos más de una vez y hacerlos rebotar en su mente por un largo tiempo haciendo temblar su confianza y autoestima. "La gente tiene bastante imaginación para ser cruel", pensaba, y aunque no quisiera aceptarlo, aquellas expresiones de odio en su caja de comentarios tenían una gran influencia en su ánimo durante su día. Se ponía tan de mal humor que hasta daba miedo.

Sin embargo, con Angie, estaba seguro de todo. El nivel de estrés que estaba experimentando al leer los comentarios negativos en ese momento tenía poco efecto en él. En ese momento no había comentario ni persona que pudiera sacarlo de la ilusión que le hacía estar allí, con la chica de sus sueños, tomados de la mano, anunciando oficialmente su relación.

-¡Amor! ¡El chat está completamente loco! – expresa Angie asombrada, moviendo los ojos de arriba a abajo tratando de leer lo más rápido que podía. Buscaba un nombre en específico, un usuario.

-¡Muchas gracias por el apoyo, chicos, chicas! ¡En serio! ¡Nos tomaremos el tiempo para leerlos todos! – decía César mientras Angie asentía con ánimo.

-¡Mira! ¡Están preguntando cómo se llamará el canal! – Angie señala uno de los mensajes que al instante desaparece de la pantalla.

-¡Ah, sí! ¡Bueno!, creo que tomo bastante tiempo eso, ¿no?

Angie vuelve a asentir, risueña. Levanta sus puños y comienza a golpear despacito el hombro de su novio.

-Fue una batalla dura, casi 'terminamos', por discutirlo...

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