🦋 › ♡˖°꒰ : IVY ━━ estoy arriesgando mucho
al quererte, pero cuando nuestros labios se tocan
ya no le temo al infierno
your touch brought forth
an incandescent glow . . .
my house of...
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La princesa de Prusia no había abandonado su habitación desde hacía tres días -haciendo una excepción en su sagrada hora de baño, claramente- con la excusa de que se sentía enferma, y durante esos días con la única persona que mantuvo contacto fue con su querida amiga Bridgerton. De pronto, parecía ser que nadie recordaba su existencia, ya que ni siquiera la reina la había molestado, y por un momento temió que su secreto fuera revelado en la revista de Whistledown, pero según Eloise, no había escrito nada sobre ella en las últimas ediciones.
Le parecía extraño, pero definitivamente no se estaba quejando. Luego del momento tan emotivo que vivió con Eloise la noche del martes, Anneliese le pidió que volviera al día siguiente, y desde luego la Bridgerton aceptó. Con el permiso de su mamá, Eloise salió de su hogar muy temprano en un carruaje rumbo al palacio y esta vez, gracias a las órdenes de la princesa de Prusia, unos guardias la recibieron en la entrada principal para luego llevarla hasta la habitación de Anneliese, ya que había solicitado su compañía debido a situaciones de señoritas.
Lo mismo ocurrió al día siguiente, y al próximo también. Anneliese se sentía sumamente a gusto con Eloise; ella no había preguntado sobre lo ocurrido, se la pasó hablando sobre otras mil cosas y en realidad hizo que Nelie se sintiera mejor, pues más de una vez la hizo reír a carcajadas con sus ocurrencias e incluso con anécdotas de su familia. De no haber sido por su compañía, la rubia estaría en un agujero de depresión muy profundo.
-Decidí que mañana enfrentaré a Lady Danbury sobre su identidad secreta -le dijo en la tarde del viernes mientras la ayudaba a trenzar su cabello.
-¿Mañana? ¿Qué ocurre mañana?
-Es la boda de Daphne.
-Oh, claro. Pues en ese caso, te deseo suerte. A decir verdad, ella me intimida un poco.
-Estoy segura de que a toda la sociedad, a veces siento que cuando me mira a los ojos puede ver mi alma y mis secretos más profundos -bromeó Eloise, logrando una risa de parte de Nelie-. ¿No irás? Obligué a Daphne a invitarte, no es que no quisiera... en realidad no se si estaba en sus planes, lo más probable es que sí pero... pensé que quizás te podría animar un poco.
Anneliese la miró a través del espejo-. No lo sé Eloise, no tengo ánimos para lidiar con la sociedad estos días.
-Estaré ahí, Nelie, no tendrás que lidiar con nadie. Me acompañarás a hablar con Lady Danbury y disfrutaremos del gran banquete que organizó mi madre, incluso podemos escapar al jardín o podría mostrarte mi colección de libros favoritos -mientras hablaba, Eloise posó sus manos sobre los hombros de su amiga cuando acabó la trenza. Nelie suspiró, encontrando aquel simple gesto muy reconfortante-. Por favor, sal de aquí de una vez por todas, algún día tendrás que hacerlo y estoy segura de que te hará sentir mejor.
