𓂃𑁍 ࣪˖ › THE PROLOGUE: TREACHEROUSpon tus labios cerca de los míos
sin que se lleguen a tocar. lejos del
mundo y mirándonos a los ojos hasta
que la gravedad sea demasiada.Los labios de aquella mujer se sentían tan suaves como la seda de su mejor vestido, era una sensación que no le gustaría reemplazar nunca. Hace dos semanas que estaba trabajando en la pintura de aquella bellísima mujer morena, pero se le estaba dificultando muchísimo acabarla, pues la situación siempre terminaba igual; extremidades entrelazadas, besos profundos y sensaciones sumamente placenteras. Obvio, no se está quejando, pero la princesa Annelise es muy exigente consigo misma; no se permite tardar más de tres semanas en un cuadro. Con todo su pesar, le susurró a la mujer que debía continuar con su trabajo.
—Me encantaría quedarme todo el día a tu lado, pero he de terminar la pintura, hermosa —besó su cuello de manera seductora, se levantó y continuó con su trabajo. Ella rió de manera nerviosa, más no se quejó y se limitó a volver a posar.
Annelise se esforzó para acabar aquella obra de arte, cosa que consiguió en cuestión de dos hora y media. En cuanto le dio los últimos retoques a su trabajo, volvió al sofá con la mujer para una última despedida. Como era costumbre, se ayudaron a vestir mutuamente, así que mientras la princesa de Prussia ayudaba a la modelo a ponerse su vestido posó su cara en su hombro, dejando sus labios al lado de la oreja de la mujer.
—Ya lo sabes, querida, no puedes comentar sobre lo que pasó en nuestras sesiones con nadie. Ambas nos meteríamos en grandes problemas, y de verdad me encantaría volverte a ver —cuando terminó de hablar, le dio un corto beso en la mejilla y acarició su cabello. La mujer asintió con una sonrisa y procedió a ayudar a que Annelise se vistiera.
Acabaron y se despidieron con un beso apasionado. La modelo salió de la sala de pintura de Annelise radiando felicidad y la princesa se quedó poniendo en orden algunas cosas, cuando acabó se arregló el peinado y se dirigió a almorzar, hoy su padre le anunciaría algo importante. Mientras caminaba por los pasillos del palacio miraba todos los cuadros de su autoría que habían sido colgados. Al ser la segunda hija que la reina de Prussia dio a luz, nunca se tuvo que preocupar realmente por cumplir deberes de la realeza. Su hermano Friedrich era quien llevaba la carga de prepararse para convertirse en rey algún día, así que la vida de Annelise siempre fue muy tranquila.
Si bien su educación era estricta y debía cumplir con deberes de princesa, nunca le pidieron mucho, por lo que siempre tuvo bastante libertad. Gracias a esto, probó miles de actividades para pasar el tiempo y así fue como encontró su pasión por la pintura. Y gracias a la pintura, descubrió su orientación sexual.
escuché el sonido de mi propia voz
pidiéndote que te quedaras, y no somos
más que piel y huesos hechas para seguir
adelante. siempre dejándome llevar por
los demás, pero tú eres la excepción.Annelise retrató todo tipo de objetos, situaciones y personas en los últimos cinco años, sin embargo la primera vez que retrató a una mujer de su edad y sola fue hace apenas dos años, cuando tenía dieciséis. Desde ese momento empezó a sospechar que era... diferente, a las demás mujeres del mundo. Y cuando cumplió diecisiete, su instructora le dio el enorme reto de retratar a una mujer pero esta vez desnuda. El resultado fue espectacular, según su instructora, y la princesa también pensaba lo mismo, pero ya no tenía dudas; las mujeres eran arte, y eran las únicas que llamaban su atención.
—Disculpa la demora, padre —Annelise anunció su llegada con una reverencia en dirección a su padre, se dirigió a su asiento y al ver a su hermano asintió en forma de saludo.
—No te preocupes, querida mía, te estábamos esperando. ¿Alcanzaste a finalizar tu pintura?
—Así es, finalmente la acabé, y considero que he hecho algo excepcional esta vez.
—Como siempre, querida mía.
—Gracias por el cumplido, padre —Annelise sonrió un poco nerviosa, seguido a esto se dedicaron a comer.
Después de un rato, Annelise se atrevió a preguntar—. Y bien, ¿qué es lo importantísimo que me vas a anunciar, padre?
—Oh, claro, lo había olvidado —el rey se aclaró la garganta y tomó una posición seria—. Como sabes, en un par de días tu hermano partirá a Londres en busca de una reina para Prussia, definitivamente una gran responsabilidad.
—Por supuesto —respondió ella. No comprendía a dónde estaba yendo con esto, pues nunca la incluían en temas del casamiento real.
—Y me he tomado la libertad de emitir un anuncio, pero esta vez en tu favor, querida mía. He hecho un llamado a los príncipes primogénitos de las naciones poderosas del mundo a que se reúnan en Londres.
—Discúlpame, padre, no comprendo lo que me estás diciendo.
—Irás conmigo a Londres y conocerás a los príncipes... te casarás con alguno de ellos, y te convertirás en reina de una nación —dijo Friedrich sin mirarla a los ojos. Su hermano sabía bien el pensamiento que tenía Annelise sobre los matrimonios arreglados, ella se quedó de piedra.
—Todo por el bien de tu reino, querida mía, nos urge una relación estrecha con alguna nación que tenga buenas conexiones.
Annelise no fue capaz de pronunciar ni una sola palabra.
dos luces brillan en una noche de
insomnio y sé que te tendré a solas.
tu nombre ha hecho eco en mi mente
y pienso que deberías saber que nada es
seguro, pero que vale la pena arriesgarse.Esa misma noche empezó a empacar con ayuda de sus doncellas. El coraje que sentía le ganó a su fuerza de voluntad, así que mientras daba órdenes sus mejillas se empaparon de lágrimas. Cuando por fin pudo descansar, su mente no dejó de dar vueltas y terminó recordando su primer encuentro físico con una mujer. Sucedió cuando cumplió sus dieciocho, justamente en una sesión de pintura, y pronto esto se volvió algo constante en la vida de Annelise; estuvo disfrutando mucho más de su arte.
Mientras esto sucedía, Annelise se estuvo enfocando en sus estudios, también preparándose para salir de viaje por un tiempo y al mismo tiempo planeando una solicitud para asistir a la universidad en cuanto pudiera, su vida parecía perfecta. Pero ahora no lo sería. Ahora debía ir a Londres, casarse con un hombre egocéntrico y aprender a ser una reina, ¿lo peor de todo? Su tía Charlotte era quien se iba a encargar de prepararla. Una pesadilla completa.
La felicidad de Annelise se derrumbó ese día, jamás iba a ser capaz de enamorarse de ningún hombre, los despreciaba. Tampoco podría estudiar, ¿ahora qué le quedaba? Tan solo la esperanza de un milagro.
esta esperanza es traicionera,
esta fantasía es peligrosa
y me gustaLo que Annelise no sabía, era que su camino se vería cruzado con el de la señorita Eloise Bridgerton, y que esto cambiaría completamente su vida.
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IVY ━━ e. bridgerton
Fanfiction🦋 › ♡˖°꒰ : IVY ━━ estoy arriesgando mucho al quererte, pero cuando nuestros labios se tocan ya no le temo al infierno your touch brought forth an incandescent glow . . . my house of...