Acto 2

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- ...eres mío, debo de saber como se llaman las cosas que me pertenecen ¿no lo crees? Mi pequeña estrella. Eiden... Tú eres el chico de mis sueños y deseo mucho tenerte abajo mío pidiéndome más.

Mi mente estaba en blanco, estaba tratando de procesar todo lo que acababa de pasar

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Mi mente estaba en blanco, estaba tratando de procesar todo lo que acababa de pasar. Esto va demasiado rápido.

El chico sonrió y salio del carro. Estaba tan metido en mis pensamientos que no preste atención a lo que decían estos.

— Llévalo a la casa Unai y que no salga hasta que yo regrese.— el pelirrojo se acerco a mi y me rodeó sus brazos en mis hombros y asintió.- Y no te acerques mucho a él.

— No lo creo señor~— sonrió y cerro la puerta pero antes de aquello me acaricio mi mejilla por última vez.— Ufff...— el carro comenzó a avanzar y estando alado del pelirrojo este me miró.— Eiden...— El auto se detuvo repentinamente haciendo que me cayera hacia en frente al igual que el pelirrojo.— ¡Agh, que mierda paso!

— Lo...lo siento señor es que un chico se atravesó.— comentó el señor mirándolo por el espejo.

— Tsk...¿Y desde cuando te importa la vida de alguien?— comentó el pelirrojo y sobando mi espalda me miró de reojo.

— Po-Porque es nuevo el carro señor y no quiero que tenga ningún mancha o abolladura.— dijo tímidamente haciendo reverencia como disculpa.

— ¿Encerio...?— suspiro y nuevamente comenzó a discutir con el señor.

Baje la ventanilla del carro con la esperanza de que algún conocido me viera y me ayudara a escapar de este secuestro, mis ojos recorrían todo el lugar... hasta que logré visualizar a Dannie. Parecía como si hubiera corrido por toda la ciudad.

Las lágrimas no tardaron en atacar y olvidando lo que estaba a mi alrededor baje del auto, abriendo la puerta rápidamente y azotando con fuerza comencé a correr hacia él.

— ¿Eh? ¡Ah! ¡espera Eidan!— escuche en el fondo pero no me importo. Ya no me importa nada, sólo llegar a los brazos de Dannie. De mi Dannie.

— ¡Eidan! ¡Eidan!— Dannie corrió hacia mi con los brazos abiertos y dandome un fuerte abrazo me beso los labios con desesperación.— ¡Eidan, por el amor de Dios estás bien! Estas bien...— su sudor y lágrimas se mezclaron con mis lágrimas de desesperación para así buscar sus labios ansioso.

— Da-Dannie vamos a casa...— fue entre besos para luego separarme de él y mirando hacia atrás vi que se acercaba el pelirrojo junto con el gorila.— Va-vamos ra-rápido

Dannie indicó que me subiera a su espalda y me cargo de caballito comenzando a correr, el pelirrojo soltó una maldición y corrió detrás de nosotros.

— ¡Llegando me dirás todo lo que pasó! ¿Me escuchaste?— yo solo pude aferrarme a él.— Yo también tengo algo que decirte.— susurró.

Se metió en una calle y corrió mas rápido perdiendo de la vista a esas personas. Ya estando lejos del pelirrojo me bajo con cuidado y sacando las llaves de su casa abrió la puerta principal me cargo de nuevo y nos metimos a su casa.

Tú me perteneces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora