Acto 3

453 18 2
                                        

Ya no entiendo, ¿que es el amor exactamente?
Sus labios recorrieron cada centímetro de mi cuerpo aumentando el calor de todo mi ser. Su lengua recorrió mi pecho hasta llegar a mis pezones los cuales los lamía deseoso. Esto es peligroso.

¿Que habría pasado si me hubiera ido con mi madre? ¿Seria feliz con ella y su esposo? Pero el hubiera no existe, yo lo decidí

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿Que habría pasado si me hubiera ido con mi madre? ¿Seria feliz con ella y su esposo? Pero el hubiera no existe, yo lo decidí.

Mi mirada se encontraba pérdida, no sabía que hacer, nuevamente me secuestraron y le hicieron daño a Dannie. Dannie, ¿Estará bien? Baje mi vista a mi cuerpo para encontrarme con varias marcas sintiendo asco de mi propio ser.

— ¿Eidan?— parpadeo​ y como si la puerta hablara, la mire con cara de pocos amigos, suspirando cerré los ojos.— ¿Ocurre algo Eidan? — no, no iba acabar así.

Mire la ventana por unos segundos, me levanté de la cama como pude y caminando hacia ella la abrí, estaba bastante alto pero haré lo que sea por salir de aquí. Tomando valor suspire profundamente y brincando a los arbustos cerré los ojos.

Solo escuche los gritos del pelirrojo omega y unos cuantos huesos rompiendose pero no importa, no me quedare con lo brazos cruzados mientras ellos vendían mis órganos o cosas así.

— ¿Que haces aquí?— mi corazón se paralizó por unos minutos y mirando hacia arriba me encontré con Liam, aquel alfa quien tenía una mirada muy amenazadora.

—... Tomó el sol, ¿Oh acaso tampoco pueden tocarme los rayos del sol? ¿y tú, no deberías estar en el trabajo?— le mire con cara de pocos amigos y al ver que este no tenía ninguna expresión tragué en seco. Toco mi cabello y lo alboroto, mire hacia abajo mientras él se hincaba para quedar en mi altura.

—Eres un pequeño minino travieso...— acarició mis mejillas con sus nudillos.— Me encantas.

Esas palabras, abrí mis ojos como platos y lo mire sonrojado, mi cuerpo se estremeció y mordiendo mis labios desvíe la mirada. Comenzó a reírse, no lo entiendo, ayer estaba hasta la madre con que nadie podía tocarme, que sólo él podía hacerlo y ahora esta feliz pasando como si eso no hubiera ocurrido. Me confunde.

Mi cabeza comenzó a dar vueltas, y un fuerte escalofrío atacó mi cuerpo, mis piernas me temblaron y caí en sus brazos.

— ¡Eidan! — me acurruque en sus brazos y cerré mis ojos.

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Tú me perteneces.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora