୨ৎ The Other Men ︙TaeGyu⋆

OO2 ა ֶָ֢

BeomGyu se encontraba regando las flores de su jardín.

Siendo acompañado por las primaveras que yacían en el árbol de su patio. Traía unos lentes oscuros, para tapar sus ojeras y ojos rojos por haber llorado la mitad de la noche, como siempre. Algo que podía ocultar, mintiendo que era por el impregnante sol.

SooBin no había llegado, como siempre. Lo llamó en la noche, diciéndole que YeonJun había hecho planes para visitar a su familia, así que lo vería hasta dentro de tres días. Tendría tiempo para hacerle algo de bienvenida.

»Tal vez pollo horneado o un pastel serían buena idea.« Pensaba con una sonrisa mientras regaba aquellas magdalenas.

— ¡BeomGyu! Te estoy hablando —gritó HueningKai, su vecino y amigo, desde el otro lado de la blanca reja.

— Kai, no te había visto — se acercó a él aún con su sonrisa.

— Otra vez lloraste hasta el amanecer, ¿verdad?... Me molesta cuando te veo con esas oscuras gafas, vamos quitatelos y dejame verte — reñagó él. Estiró su mano para tratar de arrebatarselos

— ¡Basta, Kai! Como si no supieras qué pasa — se cruzó de brazos.

— Basta tú. Choi SooBin no es para ti, te lo advierto cariño, deja ir a ese bastardo, mira como te tiene. Ambos sabemos que no dejará a su esposo ni a sus dos hijos aunque tú te estés muriendo y esa sea tu petición — caminaba hacia el coreano después de brincar la reja.

— No digas esas cosas, jamás le pediría dejar a sus hijos — BeomGyu había comenzado a llorar, dejándose caer sobre el verde césped.

— No llores más — se sentó a su lado. Quitó aquellas gafas, quedando enfurecido por lo que veía — Por Dios, Gyu.

Lo ayudó a levantarse y la llevó hasta su Casa.

— Bien, cuéntame qué pasó — habló HueningKai. Servía algo de café en dos pequeñas tazas y las llevaba hasta la mesa, donde se encontraba BeomGyu.

— Lo de siempre, que no vendrá. Ayer dijo que hoy estaría conmigo todo el día... Tonterías. En la noche habló, YeonJun ya había hecho planes para pasar el fin de semana con su familia hasta Cheongdamdong — musitó con ironía. Dió un sorbo grande al café, olvidando que éste estaba caliente — Demonios — bufó, al quemarse la boca.

Kai reviró los ojos, sabía que BeomGyu era torpe cuando estaba enojado.

— Te lo dije, siempre lo hago — golpeó la mesa, reprimiendo su enojo con respiraciones profundas.

De repente, un ruido las interrumpió, llevándolas a ver hasta su ventana.

— ¿Qué pasa allá afuera? — preguntó BeomGyu.

— No te lo había dicho, pero... —habló con una sonrisa—, un chico llega al vecindario, viene desde Nueva Zelanda.

BeomGyu miró asombrado las cosas que bajaban del camión.

— Vaya, tendremos que hacerle una bienvenida. Aquí somos pocos y solo somos hombres, vendría bien —sugirió con emoción.

— Haré todo lo necesario para que te distraigas estos días —habló por última vez, Kai.

Antes de que BeomGyu hablara, él lo interrumpió sobando su espalda, mientras seguían viendo a gente bajando cosas del camión de mudanza.

Sería un fin de semana muy interesante.

Hoy publicaré los primeros tres episodios, disfrútenlos.