"Yo te cuidaré" ( Alex x Vitaly Drama/Adopción)

Parte 39: Impulso

Esa misma noche, algo lejos del campamento, en un viejo establecimiento abandonado en medio de la nada...

"¡¿OTRO MÁS?!" La voz furiosa e iracunda de una mujer desquiciada resonó por todo el lugar, e incluso fuera de éste, haciendo temblar el bosque a su alrededor un momento...

Dentro, en una sala blanca ligeramente oscura, con varias camillas en fila y estantes con material médico, una mujer de cabello rojo rizado y despeinado, en otro momento bien cuidado, pero que ahora caía suelto y largo sobre sus hombros en una coleta mal hecha, vociferaba en medio de aquel pasillo girando y caminando furiosamente, de vez en cuando rasguñando sus brazos o pintando sus labios frenéticamente, ante la mirada levemente preocupada de cuatro viejos compañeros, y de una joven adolescente de cabello azabache rizado y los mismos ojos azules que ella, que sostenía tímidamente una carpeta e intentaba decirle algo a pesar de ser totalmente ignorada.

"¡Según sus reportes es una cachorra de dos años y cuatro pingüinos malditos incompetentes!!" grita furiosa hacia las camas dónde descansaban docenas de hombres y mujeres, todos con graves fracturas, uno de ellos incluso con un ojo faltante, y otro había perdido una oreja.

"¡Nisiquiera la vimos venir jefa! ¡Salió de la nada! ¡Y los pingüinos son...!" intenta excusarse con algo de miedo uno de ellos, ella gruñendo se acerca al que se atrevió a hablar para golpearlo en su cara ya herida.

"¡No quiero excusas! ¡Los mandé por algo tan simple como información de los malditos leones y ese tigre! ¡solo debían espiarlos! ¡¿Y todos regresaron en estas condiciones deplorables por los más pequeños de ése maldito circo!?" Grita en la cara ahora sangrante del tipo, ante el enojo y miedo de sus compañeros.

"J-jefa, pero sí trajeron la información que..." intenta hablar de nuevo la joven detrás de ella, finalmente recibiendo la atención de la mujer mayor que voltea hacia ella igual de furiosa...

"¿¡Y a qué costo?! Ahora tenemos menor cantidad de los hombres que necesitábamos, ¡incluso uno de nuestros más valiosos refuerzos!, ¡Por una maldita cachorra! Y la información... jajajajajajaja, ¿Enserio esperan que crea que el tigre es el esposo de ésa escoria de león y ésa maldita cachorra su hija? ¡Sé que creen que estoy loca, pero ésto es ridículo!" dice riéndose frenéticamente mientras estira su cabello con ambas manos.

"J-jefa porfavor, ¡Solo mira las fotos! ¡no te están mintiendo!" Le dice arriesgándose a acercarle la carpeta por milésima vez, con un gruñido de rabia y fastidio ella finalmente la toma con brusquedad para cierto alivio de todos, mientras comienza a revisarla aún incrédula, deteniéndose con expresión de asco en una de aquellas fotos, pero comenzando a sonreír con maldad psicótica mientras una siniestra risita comienza a emanar de su boca mal pintada de rojo carmesí...

"Bien... parece que es verdad... jajajajajajaja, parece que encontré tu punto débil león, y tu pequeña 'hija' solo me facilita las cosas al ser tan jodidamente irritante, ¡para destrozarla con más ganas frente a tí! jajajajajajajajajajajajajajajaja"

Aún riéndose a carcajadas avanza de un salto saliendo de la sala de enfermería hacia el pasillo donde decenas de hombres y mujeres esperaban por ella al escuchar el alboroto, en parte algo preocupados, y en parte ligeramente ansiosos...

"¡Prepárense todos! ¡plan "LJ", en marcha!" dice euforica mientras entra a una sala continua por un enorme rifle de caza y lo carga, dejando caer algunas municiones debido al temblor permanente de sus manos...

"¡Pero esos pingüinos! ¡aún no sabemos nada! No tenemos listo el..." intenta decirle la joven persiguiendola y tomando su ropa para detenerla, solo recibiendo una fuerte cachetada de parte de la mayor, que la mandó a volar con un grito de dolor contra la puerta metálica de la sala de enfermería cayendo dentro de ésta de nuevo, para un leve jadeo de espanto de algunos presentes e incluso el grito de enojo y reproche de una de ellas, que fue totalmente ignorado, mientras uno de los cuatro compañeros de la desquiciada mujer ayudaba a levantarse a la temblorosa niña con preocupación mirando hacia la pelirroja.