Sugar Mommy || MiChaeng [Pausada]

5

– ¿Por qué tuvimos que irnos tan rápidamente? – se quejó Chaeyoung saliendo del auto de su padre – Quería tomarme un café.

– Lo siento mucho, cariño – Jinki se lamentó poniéndole la alarma a su automóvil – Pero alguien nos espera, lo había olvidado por completo.

– ¿Alguien nos espera? – la menor frunció el ceño y abrió la puerta de su hogar para encontrarse con una familia reunida en la sala.

Sus ojos brillaron automáticamente y una sonrisa se extendió en su rostro al ver una cabellera rosada. Miró nuevamente a su padre con emoción y este le asintió suavemente, dándole autorización para que corriera hacia aquella chica que hace mucho no veía.

– ¡Minnie unnie! – chilló lanzándose sobre la tailandesa que rió con sorpresa, devolviéndole el abrazo a la menor – ¡Te extrañé mucho!

– También me alegra verte, enana – respondió Minnie – Mírate, has crecido bastante.

– Sólo han sido dos años, sigo siendo la misma Chaeyoung de siempre – sonrió en grande al separarse.

Mina por su parte, se quedó estática en la puerta viendo la escena con el ceño fruncido. ¿Quiénes eran esas personas? No las conocía para nada, pero a juzgar por la reacción de Chaeyoung, al parecer eran cercanos a la familia Son, no cualquiera era capaz de entrar a esa casa con suma confianza y menos quedarse ahí como si nada. Comenzó a ponerse incómoda y no supo qué hacer, hasta que sintió la mano de Jinki tomar la suya.

– Ven, necesito presentarte – le dijo el mayor, jalándola para acercarse a los dos adultos que los miraban curiosos y a ambas chicas que conversaban animadamente – ¡Pasidh, Lawan, qué gusto verlos!

– Son Jinki – el hombre contrario se levantó automáticamente con una sonrisa – Ha pasado tiempo, es un agrado verte nuevamente.

– Lo mismo digo – apuntó Lawan amablemente desde el sofá – No habíamos tenido la oportunidad de verlos.

– Y ni que lo digas, hemos tenido mucho trabajo – el coreano luego de saludar a sus más grandes amigos se sentó junto a Mina en uno de los sofás, que seguía completamente muda – Oh, lo olvidaba por completo, qué idiota – rió entrelazando sus dedos con los de la japonesa – Ella es Myoui Mina, mi pareja.

– ¿Tu pareja? – tanto Pasidh como Lawan agrandaron los ojos – Woah, pensamos que era una amiga de Chaeyoung – rieron – Un gusto, Yontararak Pasidh y esta es Lawan, mi mujer – ambos extendieron su mano hacia la pelinegra.

– Es un placer, Myoui Mina – tomó la mano de ambos adultos – Son de Tailandia, ¿no es así?

– Exactamente – asintió Lawan luego de unos segundos – Y esa de allá, es Minnie, nuestra hija.

– ¡Hola! – saludó la pelirosa alegremente – Vaya, eres muy bonita.

– M-Muchas gracias – murmuró la japonesa – Tú también lo eres.