solos tu y yo

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Hola chiquillas, se que he estado muy ausente pero me enferme de covid y no tenía fuerzas ni para pensar, retomaré esta historia y las demás para volver a entretenerlas un rato, les agradezco sus votos y a los nuevos followers, bienvenidos y disfruten su lectura.

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Por unos segundos analice la situación y la duda me quería ganar pero sacudí mi cabeza y pensé, es Jerome...como confiar en él.

Les: me tengo que ir...

Di la vuelta y cuando había dado unos dos o tres pasos sentí un fuerte agarre en mi brazo derecho.

Jerome: te irás?, somos amigos....?

Lo miré fijamente a los ojos, este sonreía amablemente pero no podía evitar sentir escalofríos recorrer mi espalda. Él es atemorizante, su presencia... te hace sentir incomoda.

Les: sueltame porfavor...

Jerome: si, claro!, no es para que te asustés, solo quiero hablar contigo y brindarte mi sincera amistad.
  
Soltó mi brazo y dio dos pasos hacía atrás, estaba esperando mi respuesta,  la cual sinceramente no tenía en mi mente aún.

Jerome: esta bien... no pienso obligarte a hablar conmigo, Pero antes de dejarte ir quiero decirte un acertijo.

Lo miré confundida, que demonios esta hablando este loco.

Jerome: caperucita, caperucita, hay un lobo tras de ti... o son dos?... quien será el lobo caperucita? Ese lobo se disfraza de oveja?.... si quieres saber la respuesta llámame.

Extendió su mano y con dos de sus dedos sostenía una tarjeta, yo la tomé y la misma tenia su nombre, ocupación, número telefónico y el nombre de su empresa.

Jerome: hasta pronto.

Dio la espalda y se alejo lentamente, yo emprendí mi caminata hacia el hospital pero me era inevitable no pensar en esas extrañas palabras.
Al llegar pregunté si podía pasar a ver a Adam y me dijeron que le estaban haciendo unos estudios muy importantes, espere una...dos...tres horas hasta que me permitieron entrar a su habitación. Llegué a la puerta, respire profundo y dibuje una sonrisa en mi rostro para acto seguido girar la perilla y verlo sentado en la cama.

Les: hola... llegue hace un rato, pero no podía verte, estaban haciéndote unos estudios.

Adam: si así es...pero ya estas aquí.

Estiro su mano, yo la tomé y me acerque a él para darle un fuerte abrazo. Él se aferraba con fuerza y podría asegurar que logre sentír su miedo.

Les: estas bien, que te dijo el doctor?

Adam: que todo esta bien, mañana podre regresar a casa y al trabajo.

Lo miré dudosa y él sabía perfectamente que lo estaba. Tomó mi mano entre las suyas y con su pulgar acariciaba mi piel.

Adam: estoy bien... solo es una fuerte gastritis, todo se solucionará.

Trataba de sonar convincente,  es más sus palabras lo eran, lo decía seguro y te producía esa sensación de que si, él estaba bien. Pero sus ojos... los ojos de Adam no eran los mismos, su mirada cambió, algo era diferente en él.

 los ojos de Adam no eran los mismos, su mirada cambió, algo era diferente en él

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