capitulo VI

11 2 0
                                    

Allí acostados, con la habitación a oscuras y el reloj de la pared marcando el inicio de la madrugada, se volvia a sentir como si tuviera nueve años; Adrien tenia la cabeza apoyada en su hombro, Ariana tenia las piernas enrededa con la de ellos. Sentia las lágrimas de sus hermanos desender, calientes y agrieas, por su piel, aun cuando estaban durmiendo. Las luces de la sala se cuelan por la rendija de la puerta, los pasos de sus padres haciendo un contraste oscuro con el brillo de las bombillas. La casa estaba en silencio denso que le destrozaba los nervios. Estaba atento a cada pequeño murmullo, con el corazón acelerado a la espera de un peligro que nunca llegó.

Se siente impotente y por eso llora en silencio, acariciando el cabello de sus hermanos menores. Sin importar cuanto hubieran crecido, siempre lo buscaban cuando necesitaban protección.  escuchadas. Pasó parte de la noche en vela, observando con angustia las sombras tras la puerta, imaginando a sus padres recorrer la sala con sus posturas rigidaz y el desagrado pintando sus pupilas. Se permitió dormir un par de horas cuando las luces por fin se apagaron, y el chasquido de la puerta contigua rompió el silencio.

Se levantó con la alarma de su celular. La apago como pudo y suspiro con pesadez. No quería levantarse, quería encerrarse en su habitación por el resto del tiempo que su padre pasara en casa, con Ariana escondida en su cuello y con una mano sosteniendo a Adrien por los hombros; fingiendo que nada les podia afectar mientras los tres estuvieran juntos, arropadas por los covertores que le servían de escudos.

—Arriba —Su voz era un susurro ronco y aspero debido a todas las lagrimas que intento retener en vano —Se nos hace tarde.

Ariana se afianzó mas a su pecho, y Adrien se sentó en la cama con expresión desorientada. La chica Soltó un pequeño sollozo antes de separarse del abrazo de su hermano mayor. Se levantó a paso lento, con los ojos rojos y la cabeza baja. Adrien y Alister compartieron una mirada significativa. El menor asintió, levantándose de la cama con los hombros caídos en señal de cansancio. Espero un par de minutos en la cama, observando a través de la ventana como las nubes se agrupaban grises.

Alister tomó un par de respiraciones antes de levantarse.  Se arreglaba en silencio. Miró en el espejo la forma en que sus ojos se notaban mas oscuros y sombríos gracias a las ojeras adornando su piel pálida. Estaba cansado físicamente, la falta de sueño empezaba a afectarle: Dolores de cabeza, temsion muscular y falta de apetito. Sus pómulos resaltaban mas de lo habitual bajo la tenue luz de su habitación. sus emociones eran cumolo de energía retenida en su pecho que le hacían sentir inútil y desgraciado.

El los odia, a sus padres. Es una declaración muy fuerte, sabe que si Adrien lo escucha, terminaría llorando, diciéndole que no sea tan severo con ellos porque al final del día son sus padres, y eso era excusa valida para perdonarlos de todo. Ariana los defendería hasta la muerte, porque, a pesar de todo, ella es la que mas memorias lindas tiene de ellos. A Alister no le importa si suena insensible al decirlo, pero tiene diecinueve años, ha lidiado con ellos toda su vida y no puede sostener mas la situación.

Han pasado diez años en la misma situación, su madre en un voto de silencio y sumisión a su marido siempre que este está en casa. Su padre la observa con la nariz dilatada y los labios presionados. Pasa unos días en casa, hostigando a su esposa y juzgando a sus hijos en silencio. Luego arregla su maleta con ropa nueva y limpia, se despide con un beso en la frente de cada uno, y se marcha por meses bajo la excusa de un trabajo importante en la inmobiliaria.

Alister esta harto de todo, ya no soporta la situación en casa. Parece que es el único que se da cuenta que todo es insostenible. Están en un pais diferente, en una casa que apesta a pánico y soledad. Su madre ya no se interesa por ellos y su padre dejó de ser un buen padre hace mucho tiempo ya. Solo quiere huir, pero tiene un par de cabezas castañas por las que quedarse, testarudas y llenas de fe en su familia, es la razón por la que se levanta cada mañana.

Una Mirada Bajo La LluviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora