Capítulo 6

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Desde la visita a la cueva Xie Lian se comenzaba a sentir mejor, incluso podía comer un par de frutas frescas en combinación con la fruta casi podrida.

Su vientre había crecido mucho más, ahora se veía como un gran bollo.

Hua Cheng cuidaba de que no hiciera nada innecesario, Xie Lian solo se quejaba de no poder hacer nada, o recoger algunas verduras del huerto.

—Su alteza se ve más alegre hoy, incluso ha comido la sopa de verduras que le preparé - dice Shi Qingxuan sorprendido, aquellas verduras estaban tan frescas, simplemente se lo ofreció porque pensaba que era buena idea, aunque por un lado temía que lo vomitara pero no ocurrió.

—No podía dejar de comerla estaba deliciosa —Xie Lian sobó su vientre abultado —Parece que estás de buen humor. ¿He Xuan te ha tratado bien últimamente?

Shi Qingxuan casi tira su cuenco cuando le hicieron esa pregunta.

—El demonio Aguas negras ayudó a su alteza y viene mucho por aquí... Es mejor si mantenemos nuestra distancia.

Habló como antes de descender, con orgullo y cierta confianza, aunque su rostro decía lo contrario.

—Además parece llevarse bien con Lluvia sangrienta...

—No creo que venga aquí por mí o por San Lang.

Shi Qingxuan guardó silencio pensando en una respuesta mientras reunía los platos para lavarlos en el arroyo.

Había pasado una tarde comiendo y siendo arrastrado por He Xuan para ver su nuevo hogar. No habían hablado mucho pero en el aire quedaba la duda de si intentaba volver a ser su amigo o si sólo estaba atemorizándolo por pasatiempo.

Ahora que su aspecto era el de una calamidad, a veces podía ver en sus ojos a Ming-xiong.

—Él tiene una deuda con Lluvia sangrienta, seguro que busca la manera de saldarla —dice Shi Qingxuan de manera evasiva.

Xie Lian no parecía muy complacido con su respuesta pero al ver una ligera expresión de duda en el rostro y notar algo de su nerviosismo, su bebé se movió algo ansioso y comenzó a patear.

Shi Qingxuan lo vio acariciando su vientre, pensó que algo podría estar mal.

—Estaba muy calmado hoy pero parece que quiere decirte algo, creo que quiere darte ánimos —dice Xie Lian con una sonrisa.

—El bebé de su alteza es muy considerado con este vagabundo —suspira Shi Qingxuan —Por cierto su alteza, últimamente he visto que las serpientes ya no rondan por aquí, en su lugar hay muchos animales del bosque y aves adorables afuera del templo.

—Yo también lo he notado, desde hace un tiempo creo que ya no requiero de tanta energía maligna para calmar su hambre.

—Entonces su alteza debe estar cerca de dar a luz aunque es muy pronto, pero todo debe ir bien con su bebé.

La sonrisa de Shi Qingxuan se borró de golpe cuando la puerta del templo se abrió, pudo reconocer esa presencia que le provocaba escalofríos.

Como siempre, He Xuan llevaba algunos peces de las profundidades en un cubo de madera. Incluso si ya no necesitaba por completo de cosas extrañas, oscuras y podridas, Xie Lian los comía porque eran un manjar que pocos tenían la oportunidad de probar y no pensaba desperdiciarlos.

Xie Lian lo saludó y estuvo a punto de recibirlos, pero Shi Qingxuan se adelantó y los tomó.

—Su alteza no debe cargar cosas pesadas.

He Xuan lo siguió con la mirada. Era inexpresivo la mayoría de las veces, en esta ocasión, su mirada insistente le hizo saber a Xie Lian que su visita no estaba saliendo como esperaba.

La bendición de la bendición del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora