Capítulo 11

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A los pocos días ambos recibieron la noticia de parte de Mu Qing y Feng Xin de que tendrían al bebé. Querían mantener esto en secreto en la corte, Mu Qing era demasiado orgulloso como para permitir que esto se divulgara, aún así habían declarado su relación abiertamente.

Xie Lian miro su abdomen preguntándole a su bebé si ya estaba felíz, tendría entonces un amigo casi de su edad. El bebé pateó en respuesta no de manera inquieta como en veces anteriores pero era como un "está bien pero aún no estoy satisfecho"

Hua Cheng trató de mantener al bebé contento con frutas frescas y deliciosas, con los mejores platillos de toda china, le hacía el amor a su alteza apasionadamente teniendo en cuenta su estado, pero Xie Lian en algún momento alegaba que el bebé parecía insatisfecho cosa que dejaba un tanto pensativo a Hua Cheng.

Mientras limpiaba algunas cosas se dió cuenta de que había un prendedor que pertenecía al ex señor del viento, se había quedado como un simple adorno en la mesa. Ambos habían perdido el rastro de Shi Qingxuan.

Cuando tocó el perdedor Xie Lian se quejó, era como si el bebé reaccionara.

—¿Crees que esté preocupado con Shi Qingxuan?

—Eso creo —dice Xie Lian acariciando su abdomen.

—¡Maestro! —la puerta del templo se abrió de golpe, un Lan Qianqiu muy preocupado se había presentado frente a él con un pequeño Guzi que estaba más alto de lo que recordaba de su mano —Me enteré de su embarazo, siento mucho no haber venido antes para darle las felicitaciones, en su lugar he traído regalos para disculparme.

Lan Qianqiu tenía el espíritu de un niño, así que entendía su emoción. Tras los eventos en el monte Tonglu, su alteza demostró disposición a recordar los buenos momentos que compartieron como estudiante y maestro, así que Xie Lian no se preocupó más por Guzi.

—No era necesario ¿cómo les va a ustedes?

—¡Comencé a cultivar! –dijo Guzi con emoción.

Ya estaba en edad de cultivar y siendo el protegido de un dios era una exigencia.

Xie Lian lo felicitó y observó las posturas que le mostraba. Sin duda el estilo de Lan Qianqiu era similar al suyo y se notaba en los fundamentos. Decidió no decir nada sobre eso para no causar emociones complejas.

—Papá también vino a ver a su alteza —dice Guzi mostrando la pequeña lámpara que el niño tenía atada a su cintura.

Xie Lian se sintió un tanto extraño, vio la pequeña flama verde en su interior y no pudo evitar recordar los eventos de ese día.

Qi Rong no era alguien respetable, en su mayoría de veces le sacaba de quicio aunque fuera su familia, pero no pudo evitar sentirse triste al ver su determinación al proteger a Guzi y como había terminado, estaba más que claro que Qi Rong había cambiado.

—Lan Qianqiu dice que papá está feliz cada vez que la llama se mueve, yo creo que te está saludando —dice Guzi en su inocencia aunque Xie Lian no percibe nada especial, de cierta manera se siente atraído a la pequeña pero intensa luz en la lámpara, su mano se extiende y entonces la lámpara explota.

Las llamas verdes crecieron hasta tomar la figura de un humano. No eran llamas comunes, nadie huyó por el fuego.

Poco a poco apareció el rostro que tantas veces quiso abofetear. Qirong apareció frente a ellos con sus inconfundibles ropas verdes y dientes afilados en punta.

—Esa cosa es realmente poderosa —dijo señalando el vientre de Xie Lian —lo que se esperaba de un loto blanco de corazón negro, ha caído en la cama del mal jajajajajaja

La bendición de la bendición del cieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora