Rogue [Traducción] • [Larry]

Prologue [Prólogo]

El ritmo de sus pies golpeando el suelo, los latidos irregulares de su corazón y su respiración errática son los únicos sonidos que los oídos de Louis pueden captar. Sabe que está jadeando y probablemente resoplando y sabe que se están acercando, solo puede concentrarse en poner un pie delante del otro y así sucesivamente tan rápido como su lobo se lo permita sin convertirse.

Entre dos latidos de su corazón, escucha un gruñido amenazador de uno de sus perseguidores más cercanos. Más cerca de lo que Louis esperaba. Casi se cae, tratando de impulsar su cuerpo más adelante de lo que le permiten sus pies.

El borde es visible ahora. Puede ver el viejo roble. Su santuario. Sabe que la manada no irá más allá de la frontera y sabe que el árbol será su refugio si llega a tiempo. Y si leyó bien el mapa.

Justo cuando uno de los lobos se está acercando, hace un giro brusco, saltando sobre un árbol caído mientras lo hace. Sus atacantes son más rápidos y fuertes, siendo alfas y betas, pero él es ágil y experimentado en el arte de huir. Sabe cómo esquivar, tomar giros bruscos y saltar obstáculos más rápido que cualquier omega que haya conocido y ciertamente más rápido que los alfas voluminosos y descoordinados que lo persiguen.

Cuando el lobo más ruidoso y, por lo tanto, más aterrador casi le muerde la pierna izquierda, piensa en deshacerse de su mochila que lo está frenando considerablemente, atrapándose en las ramas y matando su espalda por su peso. Pero contiene sus únicas posesiones, las únicas necesidades que tiene. Ese desgastado y patético bolso de hombro contiene la totalidad de su corta vida. Lo ha arrastrado a través de barro y sudor, a través de innumerables persecuciones, a través de estafas que casi lo matan, a través de lágrimas y corazones rotos. De ninguna manera, de ninguna maldita manera, dejará que una pequeña manada estúpida, débil y patética de hombres lobo ridículamente idiotas le haga perder su preciada pertenencia.

"¡Argh! ¡Joder!"

Un dolor agudo se apodera de su pierna derecha. Su paso vacila por un segundo mientras mira hacia su pantorrilla. La sangre brota de un corte profundo creado por las uñas laceradas. La quemadura hace que los ojos de Louis se llenen de lágrimas. A través del valle acuoso, Louis puede ver que el roble está a solo unos metros de distancia. Puede sentir a los lobos acercándose a él, sin intención de reducir la velocidad y Louis está entrando en pánico. Está corriendo solo con adrenalina, ignorando su pierna lesionada.

Él apenas lo logra.

Casi choca contra el gigantesco tronco que se extiende orgulloso y sólido, justo frente a él. Se da la vuelta y se detiene en seco. Si los lobos están dispuestos a cruzar la frontera para llegar a él, Louis está acabado. No hay forma de que pueda superar el dolor en su pierna y el fuego en sus pulmones por más tiempo.

Casi llora por una extraña mezcla de alegría, alivio y agotamiento cuando ve que los lobos amenazantes se detienen abruptamente, tanto que se amontonan unos sobre otros en un lío de extremidades y ladridos confusos. Louis tiene que contener la risa: realmente son una de las manadas más idiotas que jamás haya conocido.

Cae al suelo y se agarra la pierna que palpita dolorosamente con ambas manos y se apoya en el árbol que lo protege, tratando desesperadamente de recuperar el aliento. La pila de alfas y betas se separa lentamente antes de que su líder se acerque a Louis tanto como lo permita la frontera.

"Si vuelvo a atrapar a tu canalla trasero de escoria en nuestro territorio, te arrancaré la cabeza, ¿está claro?"

La voz de Alfa que contamina sus palabras es tan profunda e intensa que hace vibrar el suelo debajo de Louis. Sin embargo, como de costumbre, no bloquea a este último en su lugar como lo haría con cualquier omega. No lo hace encogerse de miedo como lo dicta su biología. No hace nada más que resonar a través del bosque y hacer que los pájaros salgan volando, alarmados.