Me encontraba sentada en la enorme sala de los Malfoy, estaba con mi mejor amigo, del cuál cabe mencionar que estaba enamorada, no sé hace cuánto tiempo sentía algo por él, pero simplemente me gustaba, su forma se ser, sus ojos, su cabello, su voz, todo era perfecto...
Éramos amigos desde hace 3 años, y aunque fuera poco, él me conocía mejor que nadie, bastaba con solo un suspiro para que él supiera si estaba triste, enojada o aburrida.
Sabía entenderme perfectamente y yo hacía lo mismo.
Me había invitado a pasar un rato con él, lo cual era algo raro porque jamás me había invitado a su casa, ni siquiera había mencionado el tema al contrario, casi siempre era yo quien lo invitaba a almorzar o simplemente a leer.
Estas últimas semanas había estado algo raro conmigo, se notaba más cariñoso, él no era mucho de abrazar, o al menos no frente a otros, pero conmigo.. conmigo era diferente, me abrazaba cuando podía, no demostraba mucho afecto, a veces ni sonreía, pero me hacía sentir segura y tranquila, su perfume inundaba mi nariz, su pecho era cómodo y sus dedos se perdían en mi cabello.
Además, me regalaba pequeños detalles, me mandaba mariposas, chocolates, galletas, dulces, incluso me regaló uno de sus anillos,desde ése día nunca me lo quité. Comenzaba a querer pasar más tiempo conmigo, se sentaba a mi lado en todo momento, me seguía casi a todas partes, pero era lindo, no de una manera que llegara a ser molesto, él sabía cuándo parar o comenzar algo..
-¿____, Estás bien? -me preguntó el rubio sacándome de mis pensamientos.
-Lo siento -respondí mientras cerraba los ojos.
-¿Necesitas algo?
-yo..
Estaba a punto de responderle, pero en ése momento el señor Malfoy salió casi corriendo de la casa, se notaba algo enojado, seguido de ésto Narcisa se apresuró a Draco, no podía escuchar muy bien ya que estaba algo lejos
-Debemos salir, cariño
-¿Qué le sucede a papá?
-Quiere verlo.. ya sabes quien -abrí los ojos lo más rápido que pude- no tardaremos, si necesitan algo
-Vamos a estar bien, mamá.
-____, Cariño, lamento el tener que irnos justo cuando acabas de llegar, pero siéntete como en tu casa, no tardaremos mucho -me dijo con una linda sonrisa a lo que le respondí igual mientras me despedía.
(...)
-¿Qué quieres hacer? -me preguntó Draco mientras se levantaba del sofá y se ponía frente a mi, dejé el libro que tenía a un lado para prestarle atención, cosa que me resultó algo difícil, comencé a ponerme nerviosa, el hecho de verlo así, frente a mi, mientras me veía fijamente, mis ojos no pudieron evitar recorrer casi todo su cuerpo, bajando a su cinturón, reaccioné lo más rápido que pude, mis mejillas estaban más rojas que un tomate y estaba casi temblando, bajé la mirada para ver mis zapatos, estaba rezando porque no se hubiera dado cuenta.
-Bien, nadaremos -dijo de una manera que podía jurar tenía una sonrisa, mientras se alejaba de mi.
Mierda
Y yo no sé nadar.
(..)
Lo seguí hasta la parte trasera de la mansión, era un jardín grande y lindo, lleno de arbustos y flores, se veía tranquilo aunque seguía dando miedo, en el medio del gran patio se encontraba la piscina, no era tan grande, pero tampoco tan pequeña, se veía honda y eso me dió miedo.
Quitó su camisa, dejando ver los muy leves cuadros que tenía, gracias al Quidditch, no iba a mentir, estaba sintiendo muchas cosas en ése momento..
Se metió a la piscina, sentándose en la orilla de ésta y girando a verme.
-¿No vas a entrar? -me preguntó con una media sonrisa.
-yo, es que, yo..
-¿Tú?
