(Susan)
Lunes 12 de agosto, 2013
Mi alarma sonó a las 4:50a.m. y sin tantas ganas de levantarme, lo hice. Es lunes y no debo llegar tarde a clases, pero antes mí tiempo con Dios.
Me arrodille frente a mi cama para agradecer a mi Padre por un día más de vida, y para poner este día en sus manos. Es lo que más me gusta hacer, hablar con Él, y sentir su presencia.
Al terminar mi tiempo de oración, me dispongo a entrar en la ducha. Un baño con agua tibia me hará bien, con el frío de otoño no pienso ni siquiera en ducharme con agua fría. Me gusta el frío, pero no cuando hace frío.
Luego de lavar mis dientes, peinar mi cabello y ponerme un atuendo simple, decido bajar a preparar mi desayuno, mamá sigue durmiendo, así que haré el de todos.
Ayer fue un día algo ajetreado. Estuve dirigiendo la alabanza, y me fue muy bien. Todos logramos sentir la presencia de Dios, fue muy hermoso; mi familia no paraba de hablar de eso en la cena. El pastor, Rubén Martínez, estuvo a cargo de la predica. Amo como el Espíritu Santo lo usa. La predica se trataba de: El Poder del Perdón. Y aunque ya había escuchado una predica muy similar, me encantó.
Hay personas que no creen en el perdón, que no les gusta perdonar. Pero el perdón nos libera de ese peso que se nos hace en nuestras espaldas, nos quita ese dolor que muchos tienen en sus corazones. A todos en alguno momento nos tocó perdonar a alguien, no es fácil, y lo digo por experiencia propia, pero después de que pides perdón te sientes Libre. Muy libre.
Me giro a ver la hora en el reloj de pared que se encuentra en el comedor que conecta con la cocina.
-5:45a.m. Que rápido-
Bueno, es hora de empezar el día.
Estoy preparando panqueques, mi desayuno preferido. Debo terminar antes de las 6:30 para poder buscar a Kia.
Kiara, es mi mejor amiga, nos conocimos en un campamento de niños cuando teníamos diez años. Quedamos en la misma cabaña y nos hicimos inseparables, asistíamos a la misma iglesia, así que nos seguimos viendo. Desde entonces, somos como hermanas.
La radio de papá está encendida, siempre olvida apagarla, se puede oír la canción "No One Beside" de Elevation Worship. Es una canción muy hermosa, no puedo evitar cantarla.
Algo que deben sabe de mí, es que Amo cantar. Es parte de mí. Canto desde que tengo memoria, y me gusta mucho; más si es para el Señor. Se puede decir que soy amante de la música. En la iglesia mis amigos de la banda me han estado enseñando a tocar sus instrumentos. Siendo honesta, el que más me gusta tocar, y es porque es el único en el que no me equivoco tanto, es el piano. Marcos es quien me enseña, y es un gran profesor, tiene la paciencia suficiente que se requiere para poder enseñarme.
Pero, solo hay un instrumento que puedo decir que amo. La flauta trasversa, uno de los instrumentos de viento más hermoso que existe. De niña mamá me inscribió en una orquesta que queda cerca de la casa de mi abuela, y no creo que haga falta que diga cuál fue el instrumento que elegí. Me enamore de ella por completo. Cuando cumplir dieciséis mi hermano me regalo mi propia flauta, no se imaginan mi reacción.
Paso un rato cantando y sin darme cuenta termino con el desayuno, queda desayunar y luego buscar a Kia. Tomo un par de panqueques para la merienda y los guardo en mi taza, solo falta bajar las cosas que deje en mi cuarto.
Volteo a ver otra vez la hora, me sobresalto al ver a Stella sentada en una de las sillas del comedor.
-Stella.. -Pongo mi mano en mi pecho- Me asustaste.
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De la mano de Dios
EspiritualSusan Wilson. Ha pasado toda su vida enamorada de Dios, tiene una hermosa familia, una mejor amiga que ama, y toda una vida genial. Su vida no es tan perfecta como todos piensan, pero la mano de Dios es quien la ayuda a salir de cada dificultad. Pr...