29. Días.

7 2 0
                                    

Al día siguiente de la visita de los padres de Emily, tras el desayuno, la rubia le pidió a Bryan que salieran a caminar juntos. Lo había hecho directamente, sin ningún tipo de rodeo como anteriormente, ni siquiera se preocupó por ocultar sus intenciones de su otro amigo, así que el chico no tuvo permitido negarse a darles un espacio.

En el fondo, ambos presentían que les quedaba poco tiempo juntos, por lo que debían de aprovechar al máximo los días que les quedaran, para de alguna manera definir la situación en la que se encontraban.

- ¿Qué sucedió ayer? – preguntó Emily mientras caminaban en dirección al cobertizo – de verdad quiero saberlo Bryan – a pesar de encontrarse feliz por haber pasado tiempo son sus padres, no había logrado dormir bien por la duda de que había sucedido para que su amigo llegara al punto de admitir que no estaba bien.

- Solo fue extraño verte con tus padres – por años, había creído que lo mejor era ocultar su verdad a quienes quería en su vida, pero por fin, por primera vez, estaba permitiéndose intentar ser sincero respecto a sus sentimientos.

Él tampoco había dormido bien la noche anterior, pues su mente no paró de reprocharle por haberse mostrado vulnerable, sin embargo, sabía que tenía que comenzar a ignorar esa vocecilla que lo había perseguido toda su vida

- La verdad es que nunca he tenido una buena relación con mi madre, y mi padre no está hace muchos años... así que, ver que tú te llevas tan bien con ellos, fue algo complicado y confuso para mi – ambos entraron al pequeño cuarto buscando más privacidad.

- No es primera vez que me pasa algo así – confesó Emily riendo un poco – afuera, varios de mis amigos me lo decían – ella tomó asiento en medio del suelo de cobertizo y él la siguió – les parecía extraño que una chica como yo, tuviera unos padres que la amaran tanto y fueran tan compresivos. Admito que a mí también se me hacía curioso y molesto, pero digamos que ahora algunas cosas cambiaron y puedo ver con más claridad.

- ¿Qué cambió? – él sabía que también tenía que hacer cambios, así que tener una idea de que podría comenzar a hacer, le era útil.

- Mi forma de ver lo que ellos hacen por mí. Antes solo me fijaba en sus errores y todo lo que sentía era una combinación de rabia, decepción y tristeza.

- ¿Acaso no siempre han sido así de buenos contigo? – preguntó Bryan, invadido por la curiosidad.

- Tal vez si lo eran, solo que no sabían que estaba bien y que estaba mal. Fueron padres primerizos; cuando supieron que venía en camino, tener bebés no estaba en sus planes, así que ninguno estaba lo suficientemente preparado y cometieron errores.

- Creo que sé a qué te refieres. Mis padres pasaron por algo similar con mi hermano mayor, así que Sebastián fue el hijo de prueba y error, y yo el hijo con el que aplicaron lo que creían haber aprendido – ambos rieron por aquella explicación.

- La diferencia es que mis padres no tuvieron otro hijo con el que hacer las cosas bien, solo fui yo – Emily varias veces había deseado un hermano que la acompañara en su soledad, pero con el tiempo se había adaptado a la idea de que nunca lo tendría – intentaron darme todo, desde lo material hasta lo esencial como el cariño, pero aun así no se salvaron de equivocarse, y es entendible, son humanos y por desviar la mirada unos minutos, sucedieron algunas cosas.

- ¿A qué te refieres? – preguntó sin ser consciente de lo invasivo que estaba siendo con aquello.

- Cosas que a ningún padre le gustaría que le pase a su hijo – Emily supo cómo esquivar la pregunta con éxito – cosas que es mejor dejar en el pasado y no culpar a nadie – desde hace tiempo, el rubio tenía sus sospechas de lo que podía haberle sucedido, pero nada le era seguro y sus dudas solo aumentaban.

No soy un recuerdoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora