𝙁𝙤𝙧𝙜𝙚𝙩 𝙄𝙩 ▕ 𝙏𝙖𝙣𝙈𝙪𝙞 [ESP]

𝘾𝙖𝙥í𝙩𝙪𝙡𝙤 8.5. 𝙔𝙪𝙞𝙘𝙝𝙞𝙧𝙤

ㅤㅤㅤㅤㅤㅤㅤ—¡Waaah! —gruñe.

—¡Hiaaah! ¡¡Papá!!

—Yuichiro, no molestes a tu hermano.

—Sólo es un escarabajo —Yuichiro protesta—, uno grande y monstruoso. ¡Buaaah! —maléfico, vuelve a acercar el insecto a un tembloroso niño, quien llora y da un paso atrás.

—¡Nooo!

—Yuichiro, déjalo, sino te va a...

—¡Auch! —Tardío a la sabia advertencia de su padre, el escarabajo decide defenderse pellizcando el dedo del malicioso gemelo mayor, quien sacude su mano, mandando a volar lejos al pequeño insecto.

—Oh, sucedió —el padre suspira con resignación. —. No deberías molestar a los insectos, Yuichiro. Pídele perdón a tu hermano.

El niño observa su dedo enrojecido, y propio de un bully orgulloso, aprieta su labio inferior, conteniendo el llanto que se atora en su garganta. —Lo siento, Mui —dice por lo bajo, evadiendo mirar su rostro.

—¡Eres malvado, muy malvado! —Muichiro gimotea mientras seca sus últimas lágrimas.

—Vamos Mui, tu hermano ya recibió su karma. ¿Puedes perdonarlo? —Su padre acaricia su cabeza, consolándolo. —. Estoy seguro que no volverá a hacerlo, ¿verdad, Yui?

—Hum... —Él mira a la dirección opuesta, sosteniendo su infantil orgullo. Pero la presión de su padre es mayor, llevarle la contraria simplemente no está en sus opciones. —. No lo haré, lo prometo.

—Bien, ¿ya lo viste? —se dirige a Muichiro esta vez—. Sé un poco más flexible con él. Además, mira su dedo, está hinchado, debe dolerle mucho... ¿Por qué no vas y lo revisas?

El gemelo más sensible mira la mano de su hermano, dándose cuenta que realmente debía lucir doloroso. Tienen seis años después de todo, un pellizco de un insecto les resulta el fin del mundo.
Tímido, se acerca hasta él, quien sigue incapaz de mirar otra cosa que no sea el suelo. —¿Te duele mucho?

Yuichiro asiente en silencio.

—¿Me dejas ver?

—... —El gemelo mayor accede, y le ofrece su mano con vergüenza. Su índice se ve rojizo y se siente caliente.

Su hermano menor acaricia su dedo con delicadeza, la empatía gobierna su corazón, capaz de hacerle olvidar el enojo. —Ya, ya... Sana, sana, Buda se hará cargo del dolor ~ —tararea mientras le da palmaditas en su cabeza. Es un comportamiento tan dulce que evoca arrepentimiento genuino en Yuichiro.

—Perdón, en serio —gimotea, sin llegar a llorar. —. Prometo no acercarte ningún otro escarabajo.

—Bien, quedas perdonado —Muichiro le sonríe mientras sostiene su mano. Es un niño dulce, sus enfados son muy cortos como para guardarle rencor.
Esto era bien sabido por su padre, es por ello que no le era difícil conciliar a sus hijos cuando alguna pelea comenzaba.