¿Quién es el esposo?

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El rey Set llegó hasta el árbol; como otras veces, cargó al vampiro sobre el hombro y se puso en camino rápidamente y en silencio. Mientras andaba, el vampiro le dijo: "Señor, usted es sabio y valiente y por eso es usted de gran valor. Le contaré una historia entretenida y luego le haré una pregunta. Escuche.

Había en la tierra un rey conocido con el nombre de Jonatán. Su ciudad se llamaba Shobvatar. En aquella ciudad existía un hermoso templo dedicado a una diosa llamada Gaurí  y al sur del templo se extendía una laguna para muchos sagrada.

Todos los años, al llegar el día catorce del cuarto mes, una multitud de personas llegadas de todas partes se hacercaban hasta aquella laguna "sagrada" para bañarse.
Ese mismo dia catorce del mes cuarto, un joven llamado Maón fue a bañarse a la laguna. En aquella laguna vio a la hija del gran mercader
Jotam. La joven se llamaba Acsa y fue a la laguna a bañarse.
La muchacha tan bella como la luna, cautivó el corazón del joven quien investigó el nombre de la doncella y la familia a la que pertenecía. Luego regresó a su casa enfermo de amor por la hermosa joven.

Privado de estar con la joven, Maón descuidó todo incluso su alimentación. Su madre lo interrogaba ansiosa y él, por fin, le reveló que estaba enamorado. La mujer informó a su marido Joel, que al ver el estado en que se encontraba el hijo, le preguntó:

"¿Por qué te dejas abatir de ese modo, hijo mío, cuando es tan fácil obtener lo que deseas? Si le pido a Jotam la mano de su hija, te la concederá gustoso. Nosotros no somos inferiores a ellos ni por la casta, ni por la fortuna, ni por nuestro oficio. Yo lo conozco y él me conoce a mí. No me será difícil obtener lo que quieres".

Después de consolar así a su hijo, lo convencio de comer algún alimento. Al día siguiente, Joel acompañado del hijo fue a visitar a Jotam para pedirle la mano de su hija; Jotam accedió en seguida.

Eligieron una fecha la cual, según sus creencias, daba buena suerte. Jotam entregó en casamiento al día siguiente a su hija al joven Maón. Luego del casamiento, el joven volvió a la casa de su padre para instalarse allí con su mujer. Ella, por su parte, amaba con toda su alma a aquel joven.

Vivían muy felices, cuando el hermano de Acsa  llegó a visitarlos; todos lo recibieron con gran amabilidad, y la hermana fue a abrazarlo cariñosamente.  Después de haberse informado sobre cómo se encontraba su hermana, el joven descansó un rato y luego declaró:
"Mi padre me ha encargado que invitara a su yerno y a Acsa, pues hemos de celebrar una ceremonia en honor de la diosa"
Toda la familia estuvo de acuerdo con aquella invitación, y ese día todos comieron y bebieron y festejaron por la llegada del hermano.

Al día siguiente Maón  se puso en camino con Acsa y su cuñado hacia la casa del suegro. Cuando llegó a la ciudad  con sus dos acompañantes, Maón pasó muy cerca del gran templo de Gaurí. A la vista del templo, tan hermoso, sintió que debia entrar  y dijo a su mujer y a su cuñado:
"Vayamos a visitar a la poderosa diosa".
El cuñado, tratando de oponerse, replicó:
" ¡Qué! ¿Hemos de visitar a la diosa con las manos vacías, así como estamos?"
"Entonces iré solo", dijo Maón. "Esperadme aquí".
Maón fue a tributar una visita a la diosa. Entró en el templo,  y empezó a contemplar la estatua de la diosa.  Entonces con un espíritu de devoción dijo:
"La gente adora a la diosa ofreciéndole toda clase de sacrificios sangrientos. ¿No podría yo también satisfacerla y alcanzar su bendición sacrificándome por ella?"
Se llegó hasta el santuario interior, donde tomó una espada que algún peregrino habría ofrecido antes a la diosa. Con la espada se cortó la cabeza la cual  cayó a tierra.

Pasó un largo rato y ver que Maón  no regresaba, el cuñado entró en el templo de la diosa para ver lo que ocurría. Cuando descubrió al marido de su hermana, con la cabeza cortada, quedó tan asombrado y preocupado que también él se cortó la suya.
Viendo que el hermano no regresaba, Acsa decidió entrar al templo de la diosa. Como al entrar vio al marido y al hermano de muertos y sin cabeza exclamó:
"¿Qué significa esto? Estoy perdida", y cayó al suelo llorando.  Al cabo de unos instantes se incorporó y vertiendo lágrimas por sus seres queridos que habían muerto de manera tan inesperada se dijo:
"¿Para qué continuar viviendo?" Y queriendo también poner fin a sus días se dirigió a la diosa:
" ¡Oh diosa, soberana, tu que eres el refugio de todas las mujeres cuyas miserias haces desaparecer! ¿por qué habéis tomado en un solo instante a mi marido y a mi hermano?
Yo no merecía esto, pues siempre fui vuestra devota fiel. Recurro ahora a vuestra protección; escuchad mi súplica y lamento. Me propongo abandonar este cuerpo castigado por el infortunio. ¡Ojalá pueda recuperar a mi marido y a mi hermano en cualquier condición, oh diosa!"

Cuando hubo terminado de alabar y suplicar a la diosa, tomó del templo una cuerda que dispuso en forma de lazo. En el momento en que  pasaba el cuello por la cuerda, se escuchó una voz procedente del cielo:
"No te hagas daño, hija mía; estoy satisfecha de ver cuán grande es el coraje en alguien tan joven como tú. Aparta allá ese nudo; vuelve a juntar las cabezas de tu marido y de tu hermano, cada una a su tronco, y te daré el favor de que ambos vuelvan a la vida".
Al oír estas palabras, Acsa quitó el lazo de su cuello y se dispuso a hacer lo que le mando la diosa. Pero agitada de tanta emoción y de la escena violenta de los cadáveres  no se dio cuenta de lo que hacía, en su apuro juntó la cabeza del marido con el cuerpo del hermano y la cabeza de éste con el cuerpo del marido: así lo quiso el destino.
Los dos hombres se levantaron vivos y sin herida alguna, pero se había creado la confusión en cuanto a sus personas, porque las cabezas estaban trocadas. Los tres comentaron todo cuanto había ocurrido. Y alegres, después de agradecer a la diosa Gaurí , se marcharon hacia donde los llevaba su gusto.
Por el camino, Acsa se dio cuenta de que había cambiado las cabezas. Se quedó muy turbada, perpleja, sin saber qué hacer.

"Digame usted, señor," preguntó entonces el vampiro, "¿Cuál de las dos personas así confundidas es verdaderamente el marido de la joven? Si, no lo dice, le explotará la cabeza en mil pedazos como ya lo e anunciado".
El rey Set, que había oído la narración y la pregunta del vampiro, respondió:
"El marido es aquel sobre quien se
fijó la cabeza del marido. Pues la cabeza es la parte esencial del cuerpo y por ella se reconoce todo lo demás".
Cuando terminó de hablar el rey, el vampiro desapareció de su hombro sin que lo viera el monarca, el cual  regresó a buscarlo.

El Vampiro y El ReyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora