Todos saben algo, que no debe ser descubierto.

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Es una suerte para ella no tener que adoptar vendas alrededor de su frente, a diferencia de otros Hyūgas, ella no posee un hitai- ate que cubra su sello con la excusa de usar la banda de la aldea. No está bien visto mostrar la marca del pájaro enjaulado al aire libre, no hay ninguna regla o ley que lo dictamine, pero es un acuerdo silencioso entre todos los miembros de la rama secundaria.

Peina su flequillo de diferentes formas de modo de que en todo el día no llegue a moverse o a mostrar lo que oculta. A veces durante su entrenamiento como ninja medico los ejercicios de control de chakra y reanimación consumen tanto de ella que es imposible no limpiar el sudor de su frente con el dorso de su brazo, por lo tanto, usar vendas no sería muy útil o cómodo.

Si quiera higiénico.

Ya no es miembro de la rama principal, pero aun mantiene el pudor e higiene de la alta nobleza.

Usa ropa ligera como Hiroko-dono le ha ordenado, los viejos pantalones cortos y la gigante chaqueta han sido reemplazados por un uniforme estándar que la identifica como estudiante medico al igual que muchas otras chicas dentro del clan. Reza en el pequeño altar que ha construido para su madre y tío dentro de la pequeña cabaña hecho con algunas de las fotografías que pudo conservar de un viejo álbum familiar olvidado en una de las tantas habitaciones de la mansión familiar. Cuando las manecillas del reloj marcan las seis en punto es cuando sale directo a las calles del distrito en dirección a la zona médica.

Valiéndose ahora de una nueva posición, una nueva sucursal y un nuevo estatus, Hinata ha tenido que independizarse a la edad de 11 años. No es que fuera voluntario o una decisión consentida, pero como una Bouke ahora es su trabajo tener el dinero suficiente para mantenerse a sí misma.

No sería un problema hacerlo con un sueldo tan básico como lo es el sueldo genin, pero para bien o para mal ella no es un ninja y Ko ha hecho demasiado por ella para siquiera considerar aceptar dinero de su parte. Aun no esta certificada para trabajar como personal medico, pero dentro de su servicio en la zona médica puede ganar uno que otro centavo que la mantenga a flote un día más a la vez.

—Hinata —alguien llama a su izquierda.

Gira su rostro que golpea contra el frio de la mañana y ve a una comitiva Hyuga a punto de salir de misión. La independencia de la que goza el clan Hyuga es inigualable, pudiendo tener ciertas libertades administrativas y funcionales a la hora de aceptar misiones en solitario o pedidas directamente a las puertas del clan. Muchos de los presentes son adultos de rango Jounin lo cual advierte que puede ser una misión clasificación A o S, pero algo que le sorprende es que Tokuma y Neji al parecer también formen parte de ella.

Debate mentalmente si acercarse al saludo amigable que el Hyuga mayor le ofrece o alejarse al observar como el ceño fruncido en la frente de Neji se intensifica cuando sus ojos la captan. No hace falta que decida al instante pues Neji simplemente se aleja de Tokuma como si su simple presencia le fuera de muy mal gusto. Internamente una nueva aguja se inserta en su corazón al observar como nada ha cambiado en su relación con su primo.

No lo ha buscado por la incertidumbre del que son ahora, Neji ya no tiene ningún lazo que lo ate como sucedía en un pasado y ahora ambos se encuentran en zona conflictiva. Una parte egoísta y muy profunda de ella apreciaba ser la heredera por el vínculo guardián-protegida que la unía a su primo. Lo intento. Es decir, lo había intentado, pero cada esfuerzo por reconstruir su lazo desde que tiene tres años nunca dio resultado.

Lo admira, lo aprecia y lo respeta. Pero eso no quita el miedo que siente cada vez que sus ojos pálidos la miran con odio en sus pupilas. Él no la ha buscado desde su destitución o si quiera lo ha visto de reojo al caminar por el clan por lo que deduce que la dinámica de siempre continua.

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