14 | fiesta

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.:. CHAPTER FOURTEEN .:.
( PARTY )

A LAS OCHO EN PUNTO, Lyra bajo a la sala común para encontrarse con Harry quien llevaba puesto una túnica de gala

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A LAS OCHO EN PUNTO, Lyra bajo a la sala común para encontrarse con Harry quien llevaba puesto una túnica de gala.

El azabache se quedo completamente fascinado cuando vio a la rubia bajar que traia puesto una camisa blanca junto con unos pantalones a rayas negro.

Harry penso que era totalmente del estilo de su novia y podia jurar que le quedaba mejor que un vestido.

-¿Que te parece? -preguntó la rubia dando un vuelta.

-Estas preciosa -le sonrio estirando su mano para que ella la tomara.

-Ya sabia -se burlo- Estaba pensando en ponerme el vestido que use para el baile de navidad, pero Hermione insistió en que usara otra cosa. Creo que los pantalones rayados son mi onda, también iba a ponerme mi campera de cuerpo pero Hermione dijo que ya bastaba con la zapatillas.

-Me gusta tu estilo -le dijo Harry.

Cuando llegaron al vestíbulo, Lyra pregunto:

-¿Tienes idea donde es esa maldita fiesta?

-En el despacho de Slughorn -contestó Harry, guiándola por la escalinata de
mármol- ¿Sabías que vendrá un
vampiro?

-No lo sabia -se quejo la rubia- ¿Crees que si me corto la mano el vampiro venga por mi deliciosa sangre?

-¿Deliciosa? -se burlo el chico.

-Oh, no traje conmigo nada que tenga algo de Dios -se volvio a quejar- Creo que soy atea, pero si soy Merlinista y Dumblerista.

-¿Que?

-La religión de Merlín y de Dumbledore, pense que era obvio.

Ya estaban llegando al despacho de Slughorn y el rumor de risas, música y conversaciones iba creciendo.

-Si alguien dice algo de Sirius o de Regulus le doy un cabezazo y me voy a comer algo -Harry la miro con una ceja alzada- ¿Que? Estoy cansada de que hablen de ellos.

El despacho era mucho más amplio que los de los otros profesores, bien porque lo habían construido así, bien porque Slughorn lo había ampliado mediante algún truco mágico. Tanto el techo como las paredes estaban adornados con colgaduras verde esmeralda, carmesí y dorado, lo que daba la impresión de estar en una tienda. La habitación, abarrotada y con un ambiente muy cargado, estaba bañada por la luz rojiza que proyectaba una barroca lámpara dorada, colgada del centro del techo, en la que aleteaban hadas de verdad que, vistas desde abajo, parecían relucientes motas de luz. Desde un rincón apartado llegaban cánticos acompañados por instrumentos que
recordaban las mandolinas; una nube de humo de pipa flotaba suspendida sobre las cabezas de unos magos ancianos que conversaban animadamente, y, dando chillidos, varios elfos domésticos intentaban abrirse paso entre un bosque de rodillas, pero, como quedaban ocultos por las pesadas bandejas de plata llenas de comida que transportaban, tenían el aspecto de mesitas móviles.

✓ | lyra y el misterio del príncipe [6]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora