Inocente | tsukkiyama

Capítulo 10

Acaricio su mejilla y suspiro de nuevo, viendo su hermoso rostro, preguntándome porqué le hice llorar.

Ahora él está dormido, aferrándose a mi pecho y dejando suaves jadeos y tiernos ruiditos cuando beso su frente. Y aunque no tenga la luz suficiente para verlo, sé perfectamente que sus ojos aún siguen rojos y un poco hinchados.

No sé qué hubiera hecho si lo nuestro hubiera terminado, es como si de tan solo pensarlo sintiera una opresión que se forma en el pecho, que sube a mi garganta y provoca que me asfixie. Y no tengo la menor idea de cómo llegue a amarlo tanto, que a tal punto tengo miedo de que el amor que tenemos algún día desaparezca, como si nunca hubiera pasado. 

Tonto y cursi, pero aún así sentiría que mi vida ya no tendría ese algo que solo puede llenarlo él.

Y aunque sé que no soy el mejor novio ni la mejor persona para él, siempre hago lo posible para ser lo mejor de mí y poder dárselo, porque yo sé que también Tadashi se esfuerza para ser la mejor versión de sí mismo. Y ese es el punto, ¿No? Estar con la persona correcta te hace ser la mejor versión de ti para poder brindárselo.

Sonrío con nostalgia y con un poco de gracia al recordar que ese pequeño mocoso frente mío, años atrás era un molesto chiquillo que solo trataba de llamar mi atención, pero ahora soy yo el que suspira por él. Irónico ¿No? Pero puedo decir que este sentimiento es mutuo, ninguno da más y ninguno da menos, los dos damos lo mismo.

Acerco un poco más mi rostro al suyo y puedo sentir como su respiración tibia choca con mis labios, también dejándome ver esa fina línea de saliva que resbala por su mejilla izquierda. Tan lindo. Tan hermoso. Tan mío.

Pronto veo como frunce un poco el ceño y se remueve, dejándome ver sus hermosos ojos que tiene.

Se estira por un momento y suelta un bostezo, al momento que centra su mirada en mí.

—Perdón, ¿Te desperté? —susurro con preocupación, pero él niega con la cabeza.

Por un momento sonríe y toma mi mejilla, dejando unas cuántas caricias, dejándome desconcertado cuando deja salir lágrimas, pero sin quitar la sonrisa de sus labios.

—Cariño, ¿qué sucede? —pongo mi mano sobre la suya y frunzo un poco el ceño, viendo deslizar sus lágrimas.

—Tuve un sueño muy hermoso —sus labios temblaron cuando dejó salir un suspiro. Le miro directo a los ojos, tranquilizándome un poco—, y en él nos casábamos y teníamos un lindo bebé.

Y sonrió de la forma más bella que haya visto, cerrando los ojos y llenándome de gozo al verlo tan... lleno, como si hubiera encontrado la pieza para estar completo.

En ese instante sentía la obligación y el deber de hacer su sueño realidad, también haciéndome dueño de este y poder crear esa bella sonrisa en su rostro.

—Te prometo que haré tu sueño realidad —tomo su mano de mi mejilla y le dejo un beso en el borde de sus nudillos, cerrando aquella promesa con otra bella sonrisa.

—Gracias, Tsukki.

Sé que aún somos muy jóvenes para pensar en casarnos y tener una familia, pero, aun así, los sueños se cumplen, ¿cierto?

En ese momento me quedo en su mirada, imaginando a un pequeño con los mismos ojos que Tadashi y su misma sonrisa y sus lindas pecas y... ¡Basta! No puedo evitar emocionarme.

—Tsukki —me llama mi pequeño, yo solo le respondo con un sonido ronco, solo centrándome en sus lindos ojos—, me duele la cabeza.

Bien, no dejar que Tadashi tome más de tres cervezas se añade a la lista.