Capítulo 11

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Sentado en la orilla de la cama, observo como Tadashi se arregla frente al espejo

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Sentado en la orilla de la cama, observo como Tadashi se arregla frente al espejo.

Se ve precioso. Muy.

Miro la sonrisa en sus labios y su lindo rostro pecoso, provocando que en mí se cortara la respiración.

—Tsukki, ¿me veo bien? —escucho que me pregunta.

Lo miro embobado y solo atino a asentir con la cabeza.

Tadashi ríe por lo bajo y camina hacia mí, sentándose en mis piernas y abrazándome por el cuello. Yo le tomo por la cintura, viendo con atención a sus labios.

—¿A dónde me llevarás? —pregunta con una perfecta sonrisa.

—Hum... —finjo pensar por un momento, hasta que veo el puchero en sus labios— Bien, te llevaré primero a comprar tu helado favorito e iremos a esa tienda de ropa que te gustó, ¿Bien?

Salta emocionado sobre mis piernas y me abraza. Y antes de lanzarse a mis labios, le escucho decir:

—¡Me encanta!

( ... )

Termino con cuatro bolsas de ropa y varias cosas demás. Y tal vez a mi billetera le haya dolido, pero a mí no. En lo absoluto. Con solo ver la alegría y emoción en su rostro, también tengo ganas de comprarle el mundo entero de ser necesario para siempre verlo feliz... Aunque sé que él no necesita de cosas materiales para alegrar sus días.

—Tsukkiiiiiii~ —veo como hace un puchero en sus labios—, de verdad no debiste comprarme todas esas cosas.

Frunzo el ceño ante lo que dijo y volteo a verlo, deteniendo mi andar. Tomo su mano desocupada y finjo molestarme.

—Bebé, ya hemos hablado de esto, ¿Sí? —suavizo mi expresión y suelto su mano para poder tomarlo de la cintura y poder acercarlo más a mí—. Sabes perfectamente que compro esto es porque quiero dártelo, además de que éste es tu día especial, ¿bien?

Él asiente ante lo que dije, aún sin quitar ese puchero de su labio inferior. Río ante su postura de niño regañado y no dudo en darle un pico en los labios antes de volver a tomar su mano y entrelazar sus dedos con la mía.

—Ya, olvida este tema y vamos a casa por ese maratón de películas que querías —digo con una sonrisa en labios, halándolo un poco para que camine y poder salir del centro comercial.

Sonrío porque ya no puedo esperar la hora de ver su cara por la fiesta sorpresa que le organicé. ¡Qué emoción!

( ... )

Llegamos a la puerta de mi departamento, aunque antes de entrar al edificio, le envié un mensaje de texto a Hinata para que no hicieran ruido. Pero, al parecer alguien no captó esa simple indicación.

—¿Escuchaste eso, Tsukki? —pregunta preocupado Tadashi.

Obvio lo había escuchado. Pero me hago el desentendido y niego con la cabeza. Aunque en ese momento de nuevo se escuchó como algo se rompía.

—¡¿Se habrán metido a robar?! —escucho como toma un tono desesperado— ¡Debemos llamar a la policía!

—Calma, Yams, seguro no fue nada —intento calmarlo, al momento que le doy la espalda e introduzco la clave en la puerta.

Idiotas. Digo a mis adentros, cerrando por un momento los ojos antes de tomar la manija de la puerta.

—¿Está seguro de que no fue nada? —pregunta, inseguro.

Yo solo volteo a mirarle y le tomo la mano, aún sin dejar ver el interior del departamento.

—Completamente —y dejo visible el interior.

—¡Sorpresa! —se escucha el grito de todos.

Y lo único que puedo decir es que su expresión fue épica.

Inocente | tsukkiyamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora