Capítulo octavo.

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|Sustituto|

     Por primera vez en su vida llegaba tantas veces seguidas tarde al instituto terminó por llegar a la segundas hora perdiendo matemáticas, estaba un poco agotada y las heridas parecían sanar rápido porqué podía incluso correr, en el momento que corrió la puerta de su salón se topó con un montón de miradas curiosas y susurros conforme iba caminando hasta estar con las chivas que parecían intactas a excepción de Orihime quien sonriente tenía una venda en la frente, aun así le saludo con ánimo.

      — Rukia, buenos días, le te contado a Keigo lo de la fuga de gas anoche ¿Verdad chicas? Fue una suerte —, pero algo no encajaba si se ponía a creer esa versión porqué lo que vivió ella lo recordaba vividamente.

     Aquel momento cuando ese shinigami le dió sus poderes finalmente protegió a alguien y fue ella quien venció ese monstruo, el hollow quien afortunadamente no volverá a molestar, pero nadie, ninguna chica más que ella recordaba aquello.

       — Si, fue una suerte estar vivas —, dijo colocando su bolso sobre el asiento correspondiente de ella. Sus cabellos cortos volaron con un pequeño viento mientras miles de pensamientos invadieron su mente, no fue un sueño estaba segura, la sensación cuando tomo esa espada fue genuina incluso recuerda el nombre del muchacho el cual era un poco gracioso —, Ichigo Kurosaki... ¿Acaso volviste de dónde vienes? —, pensó aquello mirando el cielo desde aquella ventana como pensando que el cielo daría una respuesta a lo que sucedía pero nada más habían nubes extrañas en señal que se acerca la lluvia en pocos momentos incluso hacía algo de frío.

       — Oye Ichigo ¿Almuerzas con nosotros? —, escuchó ese argumento de Keigo pero sorprendente fue el nombre que la dejó paralizada antes de sentarse en la mesa, presionó más el bolso pensando que no podía ser verdad que alguien con ese mismo nombre aparezca porque no era común al mismo tiempo que era imposible que sea él. Nadie puede verlo ¿Verdad? Tenía que ser una broma ¿Cierto? Escuchó mal de seguro pero aún así no quería voltear.

       — No —, escuchó de mala gana. Esa voz profunda, amargada la reconocía en cuestión de segundos a pesar de que solo lo vió y lo escuchó una vez era inolvidable.

        Girando sobre su propio eje se encontró con aquel cabello naranja hablando con Asano luego dando la vuelta se fue acercando a ella. Era imposible, era aquel shinigami con el uniforme de su escuela pero con el uniforme de invierno pasándose con él como si fuese el correcto, abrió los ojos como platos casi sin aliento para gritar una vez el chico estaba frente a ella con su cara de pocos amigos causando la atención de la mayoría.

      Tenía que ser una broma, era ese shinigami sin duda alguna.

     — A partir de ahora estaré a tu lado —, dijo arrastrando las palabras con fastidio mirando el grupo de personas luego soltando un suspiro pesado rodó los ojos —, soy malo para estás cosas... — dijo sin más tomando la muñeca de la azabache con brusquedad —, vamos.

      Y se la llevó ante la mirada de todos a rastras casi sin oportunidad de hablar.

     — ¿Qué demonios acaba de pasar? — Tasuki Arizawa tenía una ceja alzada bastante confundida — ¿Se conocen?

     — ¡Una historia de amor! — Orihime gritó eso con suavidad como hablando de una poesía y dramatizando desmayarse, al mismo tiempos sonreía y sus ojos se llenan de brillo —, el chico nuevo se siente atraído por la chica de al lado por su excéntrica belleza, la toma de la mano para irse lejos... así comienza la historia se amor.

      — No creo que sea eso — respondió Tasuki divertida abre esas ocurrencias.

     Hacía viento en la terraza cuando subieron las escaleras en completo silenció hasta allí, Rukia esperaba que hablara pero lo hizo así que ella se atrevió a iniciar mientras su falda se movía por el viento huracanado bajo un cielo gris.

      — ¿Qué hacés aquí y no en tu sociedad de fantasmas? —, se apresuró a preguntar — ¿Porqué mis amigas no te recuerdan? ¿Y porque tienes el uniforme de invierno?

      Hubo un minutos de silenció antes de que el masculino respondiera.

      — ¿COMO? —, entonces el chico mirando su ropa luego la de Rukia notó realmente qué tenía el saco se invierno a lo que apresurado se lo quitó pisteando el saco — MALDITO URAHARA —, comentó dramáticamente hasta arrojarlo fuera del lugar ante la atenta mirada extraña de la humana —, ¡Me dijo que estaba bien vestido pero yo tenía dudas! —, Apresurado sacó unas notas de su bolsillos las rompió hasta volver añicos —, Y SUS MALDITAS NOTAS ACERCA DE HABLAR CON HUMANOS, NO SIRVIERON TAMPOCO —, gritó a todo pulmón evidentemente molesto con ese tal Urahara y la chica quien había retrocedido un poco le miraba con cara de «ese sujeto está loco».

      Ichigo carraspeó la garganta arrimando los pedazos de papel hacia el borde de la terraza.

       — ¿Quién es Urahara? —, preguntó la azabache que a diferencia de el hombre de caballos anaranjados tenía un don para aprenderse los nombres de un intento — Exijo respuestas —, cruzó los brazos en amenaza.

      — ¿O que? ¿Me romperas un jarrón? — preguntó alzando una ceja.

      — Hay más de una manera de hacerlo daño sin un ridículo jarrón ¿Quieres que te muestre? —, preguntó bastante seria y comprendió qué todo se había ido por las ramas.

      — El punto es que... —, dijo soltando un suspiro — le borre a tus amigas la memoria que fueron sustituidas por otras con ayuda de un aparato que se me olvidó su nombre —, aseguró — y... Ayer cuando matas al monstruo se suponía que tomarías una pequeña parte de mis poderes pero agarraste más de la mitad.

     — ¿Y? No importan ¿Verdad? — preguntó tranquilamente —. Es que... Regresaron tus poderes y luego vas a la sociedad de almas ¿No funciona así?

      — Exacto —, afirmó mientras miraba a la chicas con gran seriedad —, pero no regresaron tú aún los tienes.

      Y eso explicaba porque aún se sentía realmente extraña.

      — No puedo regresar básicamente porque tú aún tienes mis poderes y aún hay un montón de vacíos en la ciudad y yo no tengo la capacidad de destruirlos —, dijo — así que lo harás tú sustituyendome.

      Ichigo cruzó los brazos y Rukia a sabiendas que no no era una pregunta que todo está verdad soltó un suspiro pesado se solo la vuelta y se fue por dónde vino porqué no loca arriesga la vida de nuevo.

    

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