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Capítulo Décimo Primero.

Sabía que su mejor amiga Orihime Inoe era una chica inocente y un poco lenta en cuanto entender algunas cosas pero no a este grado de ser golpeada por un automóvil y dejar que el sujeto se fuera además de sonreír tontamente como si fuese lo mas normal que un auto te lleve por el medio.

Soltó un suspiro espeso después del reciente regaño que le dijo a su pelirroja amiga acerca de estar más al pendiente, ella tenía la cabeza mirando el suelo.

- Lo siento, seré cuidadosa -: susurró con calma mientras sus mejillas rojas se volvían, en el momento que alzó la mirada se dió cuenta que Rukia estaba siendo acompañada por nada más que el chico nuevo quien con cara de pocos amigos miraba la escena completamente aburrida perdido en sus propios pensamientos - ¿Kurosaki-kun? - preguntó asombrada sacando con su dulces voz los pensamientos de Ichigo mirando a la joven.

- ¿Que? - preguntó tan bruscamente que sobresalto a Orihime por el susto en especial por su cara, fue en cuestión de segundos o tal vez menos se ello que el fuerte dolor de una patada que le sacó el aire fue presenciada como asumió sin necesidad de ver el responsable que había sido Rukia Kuchiki.

Sujetó su estómago por el dolor intenso y como si fuese poco en el momento de inclinar su cabeza intentando recuperar el aire de sus pulmones fue pellizcado de la oreja hasta estar al nivel de la mas joven, sintió el olor de su cabello en un mínimo intento de concentrarse en no sentir dolor hasta escuchar su voz.

- No seas grosero - escuchó la firme voz de la chica, nunca antes le habían golpeado así a excepción de una persona y comenzaba a tenerle más miedo a Rukia de aquella persona - es tu compañera de clases, has un saludo adecuado.

Pero apenas sin aire y conteniendo tanto las ganas de llorar como de gritar sólo dejó escapar fragilmente un «hola», afortunadamente fue suficiente pues Rukia amablemente volvió a mirar su compañera.

- ¿Ibas de compras? - preguntó animadamente la de cabellos negros acercándose, se veía tan diminuta al lado de su amiga que al lado de Ichigo evidentemente era una hormiga entonces Ichigo se pregunta : ¿Cómo carajos tiene ese nivel de fuerza?

- Si, quería comer sopa de pimentón rojo con melocotón -, dijo animadamente.

- ¿Qué clase de comida es esa? -, pensó de inmediato enderezando su cuerpo porque había recuperado el aire.

- Oh, que extravagante tus gustos - una linda manera de decir que parecía sumamente asqueroso su gusto.

- ¿Qué hacen ustedes por aquí? -, mientras ellas se perdían en una conversación de chicas habitual Ichigo observó algo sumamente extraño.

Orihime tenía la marca negra, una de un hollow estaba seguro, se concentró en analizar el tipo de ira que no se enteró en que momento lo miraban ambas hasta que la de largos cabellos habló finalmente.

- Kurosaki-kun ¿Te encuentras? - se atrevió con aquella pregunté la educada y tierna adolescente a la vez que los ojos violetas de Rukia parecían poder leerlo.

- Tienes algo en tú pierna -, cuando las dos miraron se sorprendieron por la marca - ¿Es de nacimiento? O llevas poco con ella.

- Que curioso, no recuerdo haberla tenido - Rukia quien miraba la cara de Kurosaki notó que cara cambió a una ligeramente más pálida - ¿Habrá sido el automóvil? -, dijo distraídamente.

Esa mirada en el Shinigami no le agradó poco más cuando colocó sus manos en el bolsillo mirando a otro lugar pensando ¿Era algo grave? ¿Quería decir algo esa marca? Parece algo relacionado a los hollow ¿Inoe corre peligro?

- Oh, olvidé mi programa, debo ir a casa - aseguró casi que corriendo - ¡Nos vemos en la escuela!

Otra vez estuvieron dolor pero no dijeron nada o se movieron hasta que Kuchiki la vió desaparecer de su vista entonces miró a Ichigo quien parecía pensativo.

- ¿Eres muy unida a la chica de hace rato? - preguntó tan serio que aún siendo normal hoy no le pareció.

- Sí, la conozco desde muy chica ¿Porqué? - dijo algo preocupada - ¿Acaso era la marca de un hollow?

- Puede ser pero no estoy seguro, además no he detectado ningún rastro de ellos así que fue seguramente otra cosa - pero parecía tan inseguro con su propio argumento que no le creyó del todo, pero él comenzó a caminar - continuemos.

Y la caminaba se hizo esta vez rápida, normalmente se le hizo lenta hasta llegar a la puerta de su casa, aún con todo ese trayecto el Shinigami seguía perdido en sus pensamientos a tal grado que le estaba asustando.

- Estás en casa yo voy a la mía - dijo de la nada sorprendiendo a la chica cuando lo miró ya estaba unos pasos lejos de su presencia.

- Oye -, se apresuró a llamarlo - ¿Dónde vives tú?

- No tengo porque decirte - fue lo último que dijo con completo fastidio retirándose del lugar.

Rukia quien estaba cansada soltó un suspiro de alivio al mismo tiempo que pensaba que había sido un grosero aquél sujeto y que debía ser más delicado con su manera de hablar aunque roja era igual de salvaje pero no tanto.

- ¿Y ese chico quien era? - al escuchar la voz de Byakuya saltó del susto casi gritando, no supo en que momento llegó solo que ahora estaba tras suyo con el uniforme de trabajo completamente cansado pero eso aparentemente no le pesaba al momento de preguntar por su existencia.

- ¿Desde cuándo estás ahí tú? -, dijo un poco alterada ante la presencia de su hermano que curiosamente llegó temprano -, un chico nuevo de clase - dijo un poco más controlada enderezando su espalda - ¿Porqué preguntas?

- Se me hace familiar -, dijo - y tengo rato viéndote ¿Porqué preguntaste donde vivía? Eso fué muy raro ¿Aún no sana tu golpe en la cabeza?

- Voy a dentro - fue lo único que respondió entrando a la casa antes que él siga preguntando cosas cuya respuesta no sabría contruir a tal punto que terminaría diciendo la verdad y su hermano la llevaría a un manicomio por el resto de su vida.

Tal vez con un baño y una buena noche de sueño todo sería mejor.