VIII

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Hay algo en esto que lo hace detenerlo. Sobre qué, no está seguro de poder decirlo.

"Una semana" dijo Hoffman."donde yo voy y tú me sigues, hasta que ya no lo haces".

"¿Y luego?"

Él sonríe, sólo levemente, algo medio salvaje en su sonrisa. 
Sus ojos se fijan en ella, inmovilizándola en su lugar, y ya no se pregunta cómo exactamente va a huir de él.

"Y luego te atrapo". Dice, como si estuviera tratando de seducirla.

Lo que la hace pensar que podría serlo.

Le ha llevado mucho tiempo descifrar a India la anomalía que es Mark Hoffman. Aún así, no puede decir completamente que haya descubierto al hombre, pero ciertamente está más cerca que nadie.

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Ambos saben que este es un mundo donde se comen perros y lo aceptan tal como es: sangriento e implacable, pero ¿de qué otra manera podría ser? Toda la vida India ha huido: de todo. De si misma, de los demás. Ahora no es diferente: ahora simplemente está corriendo con Mark. Por mucho que este segura de que él justifica la vida criminal y psicópata como cualquier cosa menos correr, no esta segura de qué más podrían ser saltar de auto y cambiar de motel o fábrica abandonada. Esta "vida" que ellos dos viven está construida entre las finas cuerdas del suicidio accidental, construida con sangre y montones de cicatrices. Aunque no lo harían de otra manera.

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El suave zumbido del aire acondicionado del motel recorre la fría habitación que Mark había alquilado para los dos, en algún lugar a lo largo de la línea rural, todavía funcionando. Siempre corriendo.
 El agua tibia cae por sus piernas cuando sale de la ducha; India gira la perilla hacia la izquierda para detener el agua que sale del cabezal de la ducha.
 Traga con cansancio y respira profundamente, deslizando una toalla de la encimera del lavabo y exprimiendo su cabello para secarse con ella.
 La niebla del agua caliente enturbia el espejo en el que se mira, haciendo que su reflejo parezca más extraño de lo habitual. Distinto lavabo de motel, misma realidad: India se ríe de si misma mentalmente.

Una vez que haya terminado de escurrirse el cabello, comienza a secar el resto del cuerpo.
 Su cuerpo magullado, maltratado y cansado. Esto me pasa por salir con los malos, supone. 

India se da cuenta del vacío del motel, Mark se fue más temprano ese día con un breve "volveré", sea lo que sea que eso implique. Nada bueno, esta segura, porque ¿cuándo lo fue? El motel se siente vacío sin él, casi como si hubiera perdido algún tipo de manta de seguridad, incluso si sabía que regresaría.
 Envuelve la toalla alrededor de su torso y se mueve para abrir la puerta del baño, inmediatamente nota el reloj en la pared mientras lo hace, las doce de la noche.

Penso que ya estaría de vuelta.

Se libera de la ansiedad que se acumula en su interior, sabe que Mark puede manejarse solo más que nadie, pero eso no significa que lo quiera menos en casa con ella.
 Es realmente irónico que todavía pueda ver los aspectos domésticos de su relación con Hoffman, incluso si sólo se estuviera engañando a si misma.

 Sus pies descalzos presionan la alfombra áspera del motel, dejando caer la toalla húmeda sobre la cama tamaño king hecha para dos. Mira hacia la puerta principal y se asegura de que esté cerrada con llave, antes de cubrirse con un par de ropa interior vieja que empaco hace un tiempo. La oportunidad de comprar ropa interior nueva y más bonita nunca surgió en su vida actual.

India espera impacientemente mientras recuerda que un hombre rengo y rubio fue presente en varias ocasiones en las que ella estuvo sola, cosa que le menciono a Mark antes de que este se fuera

[Monstruo] Mark HoffmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora