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Capítulo 20: La herida mas profunda

A la mañana siguiente, ____ despertó, se talló los ojos y se levantó de golpe al mirar que no era su habitación, soltó un suspiro cuando recordó lo que había pasado. Tenía una pequeña esperanza de que todo haya sido una pesadilla y arreglar todo de la manera correcta pero no era así. Soltó un suspiro y se levantó de la cama y caminó hacia la sala, esperaba encontrarse con Joseph pero no estaba ahí, así que le marcó

—¿Joseph? —preguntó al escuchar que ya habían atendido la llamada.

—____, lo siento, tuve que venir temprano al trabajo —soltó una risita nerviosa. —En el refrigerador hay ingredientes para tu desayuno

—Si no te preocupes, de verdad muchas gracias

—No hay de que, te veo al rato

—Adiós

Dicho esto colgó el teléfono, miró el reloj y se dio cuenta que era la hora que su madre estaba trabajando, soltó un suspiro de tristeza y se fue a casa por sus cosas, y la más importante de ellas Tiny. Al llegar a su casa abrió la puerta y se dio cuenta de que las cosas destrozadas seguían ahí, incluso había algunas más como una foto de ellas juntas, aquel portarretrato estaba roto, ella se agachó y lo tomó con sus ojos cristalizados, al tomarla sin querer se cortó la palma de su mano con un vidrio, hizo una mueca de dolor haciendo que sus lágrimas cayeran, ignoró aquella cortada pues tenía una más profunda en su corazón, recargó su cabeza en sus rodillas y tomó la fotografía y comenzó a sollozar.

Tiny se acercó a ella, se paro de patitas lamiendo su cara, ella la miró y rió levemente limpiando sus lágrimas, Tiny brincó a sus brazos y ella se levantó abrazándolo.

—Tiny —susurró abrazándola, ella movía su cola emocionada. —Tendremos un nuevo hogar temporal

Después de darle cariño a su linda Tiny, la bajó y buscó el botiquín para poder curar su mano, luego recogió algunas de sus cosas, tomó la mayor parte que pudo, entre ellas venía aquella foto, las llevó a casa de Joseph junto a su preciosa Tiny.

Pasaron las horas y ella acomodó la mayoría de estas, pues Joseph ya le había dicho que se acomodara como en su casa, a los pocos minutos el chico llegó a casa con una caja de comida China, de su país natal.

—Hola Tiny —saludó contento agachándose a la altura de la perrita, pues fue la primera en darle la bienvenida.

—Ya llegaste Joseph —habló ___ con una leve sonrisa.

—Sip y traje comida —respondió alegre.

Mientras ambos preparaban los platos, el chico pudo percatarse del vendaje en su mano, frunció el ceño preocupado

—¿Qué te pasó? ¿Estás bien? —preguntó el chico preocupado mirando su mano.

—Ah si, no te preocupes, solo me corté sin querer —respondió ____ tranquila.

—Debes tener más cuidado —respondió negando el chico con una sonrisita.

Ella asintió con una sonrisa y terminaron de servir, comenzaron a comer y ____ no tenía hambre, solo jugaba con los palillos y la comida

—Tienes que comer ___ —susurró con tristeza y preocupación a la vez.

—No tengo hambre Joseph —respondió mirando el plato con tristeza.

—Pero tu cuerpo lo necesita, tienes que estar sana ____ —respondió mirándola.

—Es que de verdad no tengo apetito —respondió haciendo un puchero y mirándolo triste.

—Lo se, pero mínimo come esto —dijo dividiendo el plato con los palillos. —Te necesito sana, tienes que ser fuerte —dijo tomando su mano y acariciándola. —Hazlo por mi, por Tiny, por tu madre, pero sobre todo por ti —dijo apuntándola con su dedo índice en su pecho a la altura del corazón.

La chica asintió no tan convencida, y aunque le costaba trabajo, comió menos de la mitad del plato, pero ya era un avance que poco a poco sería más.

[...]

Angelina se miró en el espejo del baño de la empresa, se veía mal, el maquillaje comenzaba a correrse un poco, todo el ambiente en la oficina era tenso, pues la jefa estaba muy seria que de costumbre, lo cual le parecía raro a los empleados pues Angelina siempre era alegre.

Al no haber nadie se sintió cómoda, sacó su polvo y comenzó a colocarlo en su rostro, pensando en tapar aquellas lágrimas corridas que tuvo en la noche, pues anteriormente había tomado pastillas para la resaca e iba mejorando. Para ella el maquillaje era como una máscara donde podía ocultar su verdadero rostro de tristeza, al terminar guardó todo en su pequeño bolso y entró al baño.

Unas chicas que iban entrando iban hablando, ella se quedó en silencio al escuchar su nombre, quería seguir escuchando lo que decían, mientras se lavaban las manos platicaban entre sí

—¿En serio? —preguntó la chica incrédula y sorprendida.

—Sí, fue lo que escuché, que su novio el chico guapo la engañó con su propia hija! —dijo sorprendida.

—¿Te imaginas? Es que no puedo pensar el como se sentirá Angelina

—Es que de verdad no lo puedo creer

—Y yo no puedo creer que crean rumores tan estúpidos —dijo Angelina molesta saliendo del baño, las chicas se sorprendieron abriendo sus ojos como platos y mirándose entre ellas. —Deberían ponerse a trabajar ¿acaso les pago por difundir chismes de mi vida privada? —dijo cruzándose de brazos.

—Lo siento Presidenta Angelina —susurró una de las chicas con tremor, pues nunca habían visto a Angelina responder de esa manera.

—Le pido una disculpa —respondió la otra chica.

Ella las ignoró y salió del lugar con los ojos cristalizados, no podía creer que en la empresa comenzara a esparcirse el rumor ¿acaso no respetaban su vida privada? Esa herida la está matando, aguantaba para que sus lágrimas no salieran, hasta que llegó a su oficina las dejó salir mientras colocaba su mano en su boca tratando de ahogar sus sollozos

Amor verdadero [Chris Evans]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora