Mírame a los ojos

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me han demandado por un cuento que publiqué hace años. era sobre una niña y un cartero y algo de sexo. un poco de abuso aquí y allá, ya saben. lo de siempre.

en fin, estoy sensurado. salgo a la calle y la gente me mira raro. me miran con odio, cómo si les hubiera hecho algo. cómo si las hubiera secuestrado y obligado a leerme. es más, puedo asumir que nadie de ellos leyó mis cuentos. admito que hasta el momento no me acordaba de que tal cuento existiese. no tenía idea de que éste siguiera allí dando vueltas, apenas recuerdo haberlo escrito.
a ver, haré memoria.
...
....
..
creo que
...
ya casi
..
.......
..!
sí, lo tengo! fue en el verano de hace siete años. hace seis o siete. mejor siete, me gusta ese número. en fin, yo había salido de viaje para La Vigilia, un pueblo del interior en donde nos juntábamos a emborracharnos y hacer fogatas a la noche cómo en las películas que no mirábamos. alquilábamos una casa entre varios e invitábamos a las mujeres a que nos la chuparan mientras alguno grababa con la puerta entreabierta. a veces la chupaban hasta el fondo y no dejaban una gota. a veces pagabas un remis de balde. eran tiempos de malas chupadas, díficil de conseguir una buena.

ese verano paramos entre cuatro amigos. Tony, Carca, Mauri y yo. era una casa antigua pero remodelada que nos quedaba cerca del río. nos podíamos levantar e ir a lanzarnos al agua con las bolas arrugadas del frío. comprábamos cerveza y mirábamos el atardecer en el frente de la casa. un frente amplio con camelias y lirios. había pajaritos y ranas. era algo bello. las mujeres la chupaban mal y los pájaros venían a la mañana.

eran dos habitaciones. Carca y yo. Mauri y Tony. así funcionaba mejor. con Carca nos entendíamos mejor, era un tipo grande de cara alargada que siempre me hacía gracia. era bobo, pero un buen chico. siempre ayudaba a ordenar la casa y contaba cómo su mamá le enseñó a lavar los cubiertos, que tenía su manera especial. con Carca nos quedábamos la noche entera hablando de los gloriosos 90's, de cómo antes todo era mejor. le gustaba el fútbol de ese tiempo, y nada más. Carca era hincha de Velez, y bueno, el resto es historia. nos quedábamos noches enteras hablando de botines y en mirar a los ojos cuando se coge en misionero. Carca le pedía a las minas que lo miraran a los ojos mientras lo hacía y que apartacen la mirada cuando iba a acabar. lo de los botines lo hablabámos cada vez menos, pero ahí estaba.

Mauri y Tony se llevaban mejor entre ellos. eran amigos desde la primaria. culo y calzón. uña y mugre. pelo y peine. borrador y birome. cancha de cesped y trapeadora de piso. el decimocuarto departamento del un edificio por avenida de mayo y mi tío Rubén. perdí el hilo. algo sobre Tony y Mauri. si, eso. eran amigos y a veces hacían tríos y yo creo que a Tony le gustaba Mauri pero nunca le dijo porque no se animó y ahora Tony es un hombre casado con su mujer y dos hijas y un trabajo de funcionario público. y le debe seguir gustando Mauri. pero Mauri murió hace ya tiempo.

lo acabo de recordar. Mauri ya hace tiempo que está muerto. paro acá.

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lo que estaba por contar es que ese verano se me ocurrió el cuento. el tema fue así:

habíamos salido una de las tantas noches los cuatro de la casa. era una noche con una luna a media hasta y los pajaritos ya se habían dormido. escuchábamos música en todos lados y las mujeres no dejaban de pasar con sus piernas desnudas y sus culos encerrados. erámos sucios de la boca para adentro. por afuera éramos unos caballeros. nos empilchábamos bien fifi para salir de farra, y los cuatro teniamos una labia despiada. uno peor que otro. mientras Mauri hablaba de los avances en la nano-tecnología, yo recordaba versos de Rimbaud desde los cuales entendía de otra manera al alma humana, Tony discutía sobre política internacional mientras Carca se la pasaba citando películas y series del año del pedo. siempre fue un hombre del pasado.
al final de la noche, volvíamos los cuatro cargados de números a los cuales empezábamos a telefonear ni bien nos encontrábamos
- voy con esta, decía Tony
- yo con ésta, tiene altas gomas, decía Carca
- todos nos iríamos con todas si quisiesemos, basta de elegir, dije
y distribuí a las mujeres según un cálculo raro y rápido que hice en mi mente. llevo dos..bajo cuatro...y la raíz cuadrada de...simplifico por...Carca vos la rubia...multiplico por once y me da...Tony vos con la de rosado. y así. esa noche todos volvimos felices y a mi algoritmo de elecciones sigo sin compartirlo con nadie. apenas lo recuerdo, pero lo tengo anotado.

lista para el comportamiento de una nena buena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora