Mea culpa

558 7 4
                                    


a Esmeralda

sucedía todas las mañanas. a las 7.15 para ser exactos. el sol apenas se dejaba vislumbrar. había gente saliendo de su casas yendo a trabajar, pendejos insípidos volviendo a las suyas luego de deambular fantasmales por la ciudad, había perros paseando a sus humanos. y estaba yo yendo a mi primer año de secundario. todas las mañanas era lo mismo. hombres, perros y fantasmas.
mi colegio quedaba a cuadras de casa. no tantas como para ir en colectivo, y las suficientes para hacerme doler los pies, asfixiados en mis zapatos, transpirando mis medias azules de algodón, gastando la suela que mamá compro PARA QUE DURE. está bien, ma. van a durar. más que yo, seguro. un país donde las madres se fijan más en los zapatos que en sus hijas es un país destinado al fracaso. o a un exito horroroso. en fin, eran sus buenas cuadras.
era una obra en construcción, creo que para departamentos o algo así. capaz una funeraria, pero no creo. hubiera sido más gracioso. estaba a medio hacer, ya veía el tergopol debajo de los cimientos, ya tenía unas altas columnas, y algo así como el boceto de un garage. se ve que les iba bien. trabajaban bastante bien los obreros de esta construcción. debería de mandarle una carta a su encargado y avisarle el buen trabajo que estaban haciendo. en una de esas, les aumentaban el sueldo, y venían con otro humor a trabajar; o quizás los transferían a otra obra más importante, y más al centro, y lejos de acá. pero eso no pasó. nunca mandé la recomendación, y nunca los transfirieron. y por eso es que hacían lo que hacian. fue mi culpa.
en fin, ellos estaban en mi camino todas las mañanas, pero yo me sentía en el suyo al pasar. sucedía todas las mañanas. yo pasaba por la calle San Martin al 500, y casi a media cuadra ya sentía su presencia en mi estómago, hacía que sintiese un puntazo en el medio de mi cuerpo, sentía cómo fruncía mi ano fuerte y apretaba el culo al pasar, cómo se me llenaba la boca de saliva para escupir, para gritar, para insultar, y como mi bombacha se humedecía un poco, aunque si bien nada de estos instintos de aproximación los elegia yo, este ultimo era el mas detestable y desleal de los que me ocurría. pero no podia hacer nada mas que apretar mis piernas, tragar saliva, y pasar.
por esa misma razón es que no elegía otras rutas hacia mi destino. era interesante. ya nada me daba emociones en el día. el colegio me parecía un amontonadero de cabezas de culo queriendose ganar la moneda del mañana con el tiempo del hoy, y eso era absurdo. pero yo sufría de aburrimiento extremo, y en las salas de vez en cuando miraba algunos bultos de mis compañeros, se veían duros todo el día y con la leche en el cerebro en vez de en las bolas, se movían como si sufrieran de parkinson, tenian unas pelusas en el lugar de los bigotes, tenian la piel suave y se cogerían entre ellos si se enterasen que se puede. para ellos era un mito todavía. y mis compañeras eran todas unas histéricas, se pasaban el día llorando o quejandose. y mientras mi concha se volvia seca y arida y nada me emocionaba. y ellas lloraban. y yo me pasaba el boligoma por debajo de la pollera. y mis compañeros decían "sacate la almohada de la cara, Brisa Parabrisa". y yo deseaba una almohada sobre sus caras. y los profesores decían "señorita Triñan deje de dormirse". y mis compañeras tenian madres que se interesaban mas por ellas que por los zapatos. y yo apenas me mojaba en clase.
lo único interesante del día sucedía a la mañana. a las 7.15 para ser exactos. yo pasaba por la obra en construcción y los siete obreros me recibían con un combo de de aullidos, que eran halagos, piropos, bendiciones, cariños, o simplemente besos al aire, dejando que el viento los ubique en alguna parte de mi cuerpo. a veces eran simples "buen dia nena", "hola mi amor", "que tal culito". me decian "culito". era mi apodo. me gustaba. esos días eran tranquilos. solo aceleraba un poco el paso, eran pocos los ojos descansando sobre mis espaldas, apenas lloraba por las noches, y mi bombacha solo se mojaba un poco, o a veces nada. pero luego habia otros días. yo me acercaba y los oía.
- hola culito, que apetecible te ves hoy
-eso, culito, camina mas lento
-CULITO MI AMOR, VENI QUE TE HAGO SEÑORITA
-culito, divina, por que tan apurada? no queres jugar un rato?
y así. y más. a veces yo les insultaba.
-qué pasa culito? yo se que te morís por chupírmela.
-ni por todos los orgasmos del mundo me lustraría las muelas con una mini garzopa, simio. - les decia, por ejemplo.
y eso solo los provocaba más, y me decian cosas peores. o mejores. bueno, distintas. pero ahora gritaban mas fuerte.
- VENI que te ROMPo el culo, pendeja
-te morís de ganas seguro, pendeja puta
-trola de MIERDA cerra la boca o te meto mi pija cuando la tengas abierta.
y así. y más.
eran siete. yo era una. y por esa calle nunca pasaba nadie. aunque debo admitir que hubieron quienes quisieron "defenderme", pero solo arruinaron el juego. a veces hasta me daban mas culpa, y eso lo mejoraba. como una vieja que les hizo callar a todos al grito de
-¡¿no ven que es solo una nena?!
si, señora, lo ven. aunque le salió medio Francella ese grito, y eso tenia gracia. despues me dijo.
-y vos bajate esa pollera querida, estas mostrando demasiado.
-si tuviera más, mostraria más, señora. hago lo que puedo.
-¿no sabes que te lo estas buscando vos sola todo esto?
-si, y me estaba yendo bastante bien antes de que usted interrumpa. ahora si me disculpa, tengo otros obreros que acosar.
y me iba riendo. y levantando mi pollera. y los obreros gritaban "ESO CULITOO!". y yo me iba riendo. y los perros ladraban. y mis compañeras lloraban. y yo lloraba, pero en casa. y mis compañeros me decian Brisa Parabrisa. y los obreros me decian Culito. y había gente que dormía en las plazas. y había paises en guerra. y las estrellas nacían y morían todo el tiempo. y dios era una pelusa en el lente. y lo primero que metía en la mochila era mi boligoma.
sucedia todas las mañanas, pero no siempre de la misma manera y yo no siempre me mojaba igual. pero una mañana se transformó en noche muy rapido, y mamá me pegó con una botella en la pierna por llegar tarde. y yo me olvidé por dónde había andado. y me encerré en mi pieza. y no lo iba a dejar así. volví a la cocina. agarré una botella y me fui a pegarle a mamá. le dije "dale, segundo round". ella se río, asi que le tuve que reventar la botella por la espalda. y ahí si me creyó. y me devolvió con la sarten en el estomago. y yo sabía que ella algún día me habrá amado y yo a ella. y le di un botellazo en la mandíbula. y mamá sangraba. y yo me iba a mi pieza riendo. y mamá quedo tirada. y eso fue un martes.
miércoles a la mañana me levanté mas temprano para desayunar mirando la tele. daban un programa de noticias que me gustaba. el de Armando Flores. daba monólogos sobre la música, pero no criticaba, simplemente hablaba de música; no alababa, simplemente hablaba de las notas. y ese miércoles me hice un pan con manteca y me serví un vaso de leche. me fui a sentarme en el sillón. pero ahi estaba mi madre con un palo de amasar en las manos. me dijo "esperé a que te levantes, viste que buena soy?". sabía que no me iba a matar. "¿que tal dormiste, madre?" pregunté mirando su moretón en el cachete izquierdo. estaba morado-negro-amarillo-verdoso. era un asco.
-no te puedo matar. ya es tarde para abortarte. seguro llorarías muy fuerte, alguien del barrio me denunciaría. ya pense en todo desde que me levanté. asi que aprovecha ese pan que tenes en la mano, porque no vas a comer nada más de esta casa, nunca más.
pff. como si comiese algo. y menos de esta casa.
-tu casa, tus reglas, MADRE. me gustaba enfatizar en la palabra "madre" para que se acuerde de vez en cuando. quién sabe, en una de esas terminaba heredando ese palo de amasar.
y me retiré sin mi prograba de Flores, y el vaso de leche lo deje sin leche, luego lo puse en el lavadero. el pan con maneca se me cayó del lado de la manteca, pero lo levanté para que no se entere. se lo di a unos de los perros afuera de casa y arranqué camino al colegio.
me había puesto unas medias azules. pero estas eran nuevas. era lo único distinto. los mismos zapatos. la misma pollera. el mismo uniforme de todas las mañanas. pero supongo que habrán sido las medias.
habia salido muy temprano y todo estaba distinto. faltaba gente en la calle, faltaban perros, faltaban fantasmas, y aún no habian llegado los obreros a la construcción. por lo tanto decidí quedarme a esperarlos. mi madre podría quitarme mi programa, pero no esto. era lo único interesante de mi día, quería saber si hoy me dirían que se las chupara, o que me harían el culo, o que les gustaria ver mi conchita mojandose en sus bocas. que me tarareen silbando. asi que me sente a esperar en diagonal a la obra, escondida entre un poste de luz y un árbol. no queria que me viesen antes de momento. eso le quitaria toda la gracia. yo era adicta a esto, y debia hacerse como yo quisiese.
me puse mis auriculares, y puse Fan People. decían algo como "Lady, vos no sos una mala mujer" y algo de abortar y culpas. y culpas. y yo pensaba si era buena o mala. me acordaba de Santiago, un compañero medio lelo que siempre caminaba conmigo a la vuelta. era buen pibe. cuando le conte lo que me pasaba por la calle me dijo "ya les voy a mostrar a esos". si Santiago, si. vos y tus brazos de muñeca. pero esa vez elegí ser buena y le dije que le agradecía ser tan valiente, y que buen caballero iba a ser, y si iba a poder cuidar a una Lady como yo. era mentira, pero lo dije igual. Santiago nunca podra mantener una familia ni llevar comida al hogar. pero ahora era un pibe y era bueno en eso.
entre el árbol y el poste, podia observar como iban llegando. dos de ellos llegaron juntos, y riendo, y medio abrazados. esos siempre me gritaban de a dos y me pedian trios. y yo les decia que entre los dos no hacen ni medio hombre. otro de ellos llego en una bici negra. a ese le gustaba gritarme sobre sexo anal, y que me iba a romper el culo y que iba a quedar destrozada. despues llegó el de los besos y los piropos. tenia su remera roja bordó que llevaba todos los lunes, miercoles y viernes. era un gordo oso, asi medio cariñoso, y a veces simplemente me decia que era muy linda, y eso era todo. despues llego mi favorito, este era el mas asqueroso de todos. me vivía hablando de lo nena que era, y de lo cerrada que tendría la concha y como el me la iba a abrir con su verga grande de hombre adulto, y que eso me iba a enseñar a como comportarme. lo que me interesó es cómo llegó. vino en moto. lo dejo su mujer, junto a su hija vestida para ir al colegio. esta le dió un abrazo fuerte y su mujer lo despidio con un beso tierno. a continuación, llego el mas joven de todos, y era el mas calmado a decir verdad, se limitaba a saludarme a la mañana, a veces hasta solo con una mirada, o me llamaba nena, o bebé. y me miraba a los ojos cuando me hablaba. y era algo lindo, algo. tenía un aire de pobre con genes de rico. como si fuera de una familia exiliada a vivir en los suburbios. este no me molestaba. pero quedaba llegar mi némesis. este era un viejo flaco y arrugado, y era viejo, parecia cansado todo el tiempo, transpiraba maldad por los ojos. y era viejo. y sus parpados estaban caidos y oscurecidos. y el diablo alquilaba su cuerpo a la mañana. este se limitaba a insultarme. me sonreía mientras me decia lo fácil que era, y lo puta que era, y como yo solo me lo buscaba y que era una mierda por eso. y así. y más. gracias a dios que existía esta gente. no sabria que hacer de mi vida sino.
ya estaban todos, tenia que esperar a que se junten afuera y al fin podria pasar. me levanté un poco la pollera y las medias. me abri un botón de la chomba. me puse el cabello detras de las orejas y empece a caminar.
qué me dirian hoy? algo sobre si ya me habia desvirgado? no, eso ya lo usaron hace poco. algo de sexo anal seguro. y alguno va a querer que se la chupe. y el jovencito me va a mirar a los ojos. y el viejo en algun tiempo fue joven y seguro gritaba lo mismo. pero ahora era viejo.
cuando estaba llegando pude escuchar lo primero.
-Hola Culito, ya estábamos esperandote. - clasico, pense. ya ni se esfuerza. era el piropeador
-Tengo mucha leche para tu boquita, queres la lechita de desayuno Culito?- el de la hija
- Buen dia primor. Hola Culito hermosa. Tenes ganas de dos vergas en tu boca?. Eso mismo, de a dos le mandas vos seguro. - era los bffs del trio
- Buen dia señores, cómo los recibe esta hermosa mañana? -conteste
-Hermosa rompida de culo te voy a dar a vos Culito -el del sexo anal
- Atrevete pito flojo, le dije
-Callate puta, siempre igual de enfermita vos buscando atención- mi némesis
y el jovencito, se limitó a mirarme con cariño. algo deseoso, como era de esperarse. no por nada me decian Culito. tenia lo mío. igual, me gustaba más cuando me saludaba.
-Vengan de a uno. les dije, esperando otra respuesta, y luego otra contrarespuesta, y así, medio hegelianamente, era mi dialíctica matutina.
pero algo pasó. habrán sido las medias. habrá sido el botellazo a mamá. habra sido el "Buen dia primor". habra sido que era miércoles. lo que haya sido, ya fue. lo que pasó fue un momento de claridad y de embriaguéz al mismo tiempo, cuando uno me dijo
-Veni, subite, que vamos de a uno. mientras el resto reía.
y lo hice. primero mire al frente y vi el camino al colegio, siempre lo mismo, siempre me mojaba poco allá. nunca prestaba atención a nada. no conversaba con nadie. Santiago nunca se animaría a cogerme, ni por lástima. y eso era triste. yo quería algo de emoción en mi vida, queria una verga dentro mío, toda para mí, en mis manitos, en mi boca, EN mi. quería una, dos, tres, SIETE. quería sentir como era, sentir como me iba abriendo y entregandome a alguien, como se sentiría que te invadan el cuerpo, que te ocupen ,que estén dentro tuyo y mas cerca tuyo de lo que nunca nadie estuvo. y quería que sean hombres de verdad, con todo lo que esto implica, con la mierda que eso acarrea. no quería entregarme a un adolescente con mierda en el cerebro que no supiera como pararse. quería ser usada. no servida, cogida.
mire a mi costado, y he allí la entrada a mi destino, ese portón de chapa, con una cadena sin candado, esperaba mi entrada. cuando vieron que me iba aproximando, los obreros enloquecieron como simios dentro de una jaula, saltando y gritando, y maldiciendo, y los amigos se abrazaban y todos estaban felices. me sentía bien. iba subiendo las rústicas escaleras al sonido de "CU-LII-TO, CU-LII-TOO, CU-LIII-TOOO" y me aproximaba, e iba llegando a la habitacion donde todos estaban juntos ni bien llegaban. y mientras pensaba en el perro comiendo mi pan con manteca.
y entré. todos parecian ver o un angel o un demonio. y nadie sabia que hacer.
-y bueno, acá estoy. les dije, no sin temblar.
-quá haces nena, anda al colegio. estabamos cargando nomás. -dijo mi poeta
-qué decis salame? quedate nena, una falta no hace nada - dijo sexo anal
-callense, que si vino es por algo. a ver, contame, qué haces acá?- dijo la remera bordó
-vine a que me hagan lo que tanto alardean. temblaba. y mi bombacha estaba mojada. muy mojada. y yo tenia miedo. y creo que ellos también.
-deja de joder, dijo uno de los amigos, rajá antes de que nos animemos.
y se quedaron mirando, y debatatiendo. nadie se acercaba. el jovencito me miraba a los ojos. y eso me daba miedo. entonces quise calmarme, y le mire los bultos. eran bultos grandes y protuberantes, se notaba que cargaban con algo allí abajo. algo como un martillo o un taladro, pensaba. algo fuerte y, espero, algo doloroso. y se volvian duros, algunos.
-lo estamos considerando? en serio?
-y si y esta aca, ella quiere
-saben que quiere, siempre pasa por aca por eso
decian las voces, que para mi ya solo eran eso, voces y vergas. y una de las voces/verga tenia una hija, pero eso era todo lo que sabía, y tampoco importaba mucho. empecé a acercarme, mientras me iba quitando la mochila de las espaldas. me acercaba más. del suelo levantaba polvo que me manchaba los zapatos. habia envases de Coca-Cola de litro tirados en el suelo junto a algunas latas de cerveza y unos paquetes de comida vacíos. y en una esquina estaban las mochilas: grises, marrones, rosadas con brillitos, verdes con el Increible Hulk, de Boca. la mía era azul.
me acerque al mas joven, y le dije
-vos primero
-nono, yo no, no quiero
-dale no seas puto
-dale no seas cagón
-pero no quiero
-yo sí quiero, dije
-dale puto, ella quiere
y así. hasta que uno dijo.
-así se hace. y me agarró.
me agarro de atrás, me envolviá en sus brazos y me dio vuelta hacia él. tenia una barba robusta y pinchuda. y una marca en el medio clasica de los fumadores con unos pelos más amarillentos. y tenia aroma a cigarrillos. y se me acercó para darme un beso, e instintivamente me resistí un poco, pero por suerte tenía fuerza, mucha fuerza. y así emepezo. todos se fueron acercando durante mi beso largo con este obrero barbudo. creo que este me gritaba sobre sexo anal. poco importa ya. yo estaba empezando a sentir los cuerpos cerca mío. y eran grandes. eran o muy gordos o muy flacos. y seguían llegando. y yo estaba bajo sus sombras, las de todos. yo. debajo suyo. y pensé en mamá sentada en el sillón con el palo de amasar y un moretón en la cara. y que nunca había tenido a tantos hombres encima suyo.si, eso. para vos, mamá.
esperaba a siete, pero solo sentia cinco alientos y voces distintas. al mirar para atrás entre los cuerpos pude ver a mi principe joven mirando asusutado. estaba cagado en las patas, a decir verdad. no si ni si habria debutado ya. yo tampoco, pero allí.
-acercate-le dije, con un intento de voz seductora que se confundía mucho con la desesperación.
-no piba, no quiero. y vos tampoco deberías querer. estos te van a contagiar de todo.
-callate bobeta, que te haces el pulcro ahora. le gritaron
-no vas a querer? entonces agarra una cámara o vola. otra no te queda.
-esto no es legal, no de esta manera. continuó.
-callate alcahuete, tomátela.
-esta bien lo que decis pibe, dijo el galán-poeta-piropeador, esto está mal. yo me bajo, dijo.
-y váyanse, nadie los retiene.
-vamos, dijo el pibe.
y se fueron. yo veia a mis mejores soldados retirándose antes de la guerra, desistiendo. ahora si estaba sola, con cinco jinetes del apocalípsis. y sus panzas peludas, y sus sobacos olorosos. y yo me lo habia buscado.
quise frenar el envión. dije apenas "de a uno", pero ya era tarde. mientras mis deseosos descendian las escaleras, yo sentía sus manos encima mío. ¿saben lo que es sentir diez manos encima de una? no lo creo. todas las partes de mi cuerpo estaban tocadas. uno agarraba mi mejilla, acariciaba mi mentón; otro metia su mano por debajo de mi chomba y me hacia cosquillas en el vientre, pero mi risa no queria escaparse. eran manos en mis manos, manos en mis pies, manos en mis gluteos, manos en mi ropa, manos en mis pies. eran hombres verga/voz/manos ahora, y eso era mucho para una chica de once años. o por lo menos para mí, y mas si no me pagan. si me hubieran pagado esto seria distinto, creo.
eran manos grandes y callosas. estaban gastadas con astillas y cal. eran manos de adultos sobre el cuerpo de una niña. y yo tenía mis manos cerradas en forma de puño. algo me retenía. hasta que las suyas buscaron las mías. me las robaron. llevaron mis manos hacia ellos, hacia sus pantalones, hacia sus caras, hacia sus besos. me besaban las manos con delicadeza al comienzo. luego tan sólo me las chupaban, me las mordían. me tiraban de los dedos. envolvían mis manitos con las suyas. hasta que empezaron a bajarse los cierres.
ese sonido. semejante a abrir una lata de cerveza o una bolsa de frituras. sabes que estas por consumir. sabía que algo iba a llenarme. escuché así sus cintos caer al piso. sus hebillas rebotando, levantando polvo. ese sonido metálico que significaba que ya no habría vuelta atrás. ya todo se estaba dando. ¿cómo decir que no?
mire a mi costado, arriba mío, a mi lado, y allí estaban. esas vergas se asemejaban a seres con sus propias identidades. se retorcian frente a mí, encima de mi cara. su sombra me tapaba la luz. eran grandes, con bellos por todas partes, con sus cabezas rosadas, o casi moradas. levantaban un aroma que parecían feromonas entrando por mi olfato, podía saborearlas con tan sólo mirarlas. y yo tenía once años. y ellos eran cinco. y tenían sus vergas grandes y gordas encima de mi cara. y yo empezaba a mojarme. y empezaba a lagrimear. ¿de felicidad? ¿de miedo? ¿cómo saberlo? todo se asemajaba a todo.
llevaron mis manos hacia sus vergas. mi mano izquierda agarró una larga y dura, casi sin piel encima, era pura carne. mi mano derecha agarró una verga gorda y pesada, sentía cómo ocupaba toda mi manito, apenas podía rodearla. mire para arriba y vi cómo se avalnzaban encima mío otras tres, las tres se veían fuertes, viriles, encima de mi cara. mi mano derecha tenía la mas grande de todas, y es la primera que metí en la boca. era de mi favorito, claramente. el que me trataba como su nena. mira, papi. acá estoy para vos. espero que le recuerde a su hija. espero que también se la quiera coger a ella. pero mientras que me use a mí. le dije "así te gusta, papi?". y solo me gimio desde arriba. si, papi, te encanta. a mi izquierda agarraba la otra con facilidad, era de uno de esos mellizos. era larga y delgada, pero muy dura en mi pequeña mano. quise ver cómo se sentiría en mi boca. asi que mire al otro lado, y la metí en mi boca cambiando de menú. y sí, se sentía bien. mire para arriba y este tipo estaba muriéndose, o sintiéndose más vivo que nunca. y mientras mi mano derecha seguía. y los tres de en frente se empezaron a pajear frente mío. si, vengan, todo para mí. pero bueno, eso fue el comienzo.
no podía parar. tenía una en la boca, ocupándome todo, intentando no rasparla con mis dientes. otra en mi mano, intentando mover esa cosa horripilantemente gorda con mis manos delgadas y pequeñas. y tenía a tres hombres dejádolo todo para mí. era mi momento. hasta que empezó el suyo. uno dijo
-bueno, que no tenemos todo el día
-sí! vamos a empezar a darte, pendeja
y sus manos se tornaron de vuelta sobre mi cuerpo, empezaron a manosearme las tetas. mis tetas. mamá decía que nadie ternía permitido hacerlo. pero a la mierda. empezaron a quitarme la chomba, el corpiño me lo quitaron casi a la fuerza pasándomelo por encima de mis brazos y mi cabeza. y empezaron a pellizcarme los pezones unas manos, mientras otras me quitaban mis zapatos, mis medias nuevas, y buscaban desabrocar mi pollera. "esperen" dije "vamos de a poco". pero no tuve respuesta. sólo unas manos encim mío. y ojos mirándome. y vergas golpeándome la cara, los codos, los hombros, todo de arriba. hasta que pudieron quitarme la bombacha de abajo de la pollera, dejándome mi pollera del colegio puesta. así se veía mejor, creo. hasta parecía pensado. y empezaron a verme todos como si fuera una muestra en un museo. era glorioso. todos esos hombres estaban encantados con mi conchita de nena. yo, con mis once años, los tenía anodadados. no pude resistirme y fui a buscar esa verga gorda que tanto me gustó tener en mi boca. y la sentí dentro mío. era mucho para mí. era demasiado hombre para una nena como yo. no podía meterla en la boca sin que me de arcadas. y sus bolas grandes y con pelos debajo, golpeando mi mentón, me daba vida. estaba viva y con una verga gorda en la boca. con cinco adultos locos por mí. este era mi momento. ese fue mi momento.
no paraban de amontonarse, hasta que uno; alguno de ellos, tomó la iniciativa
-veni nena, te voy a mostrar cómo se hace
y me quiso montar encima, pero ni bien quiso meterla encima yo me tuve que apartar
-AAAHHH PARA de a poco, me duele
-no, que poco ni que poco
y siguió, y otra vez me aparté
-PARA TE DIJE QUE ME DUELE
-aguantate pendeja, te vamos a tener que romper primero
-no, ya no quiero, me quiero ir
-vos no te vas a ningún lado. y fue lo último que recuerdo escuchar, antes de que se me amontonaran encima
-esp...ESPEREN ey en serio paren
y ellos seguían
-AAAHHGGHHHG DUELEEE
y me iban abriendo con sus dedos, y sus vergas entraban y salían fuertemente, pero ninguna entraba del todo, solo un poco, solo la punta
-EN SERIO PAREN QUIERO PARAR QUIERO PARAR
y eso fue lo último que yo dije, antes de que me taparan la boca con sus manos. así estaba yo. atrapada por estos albañiles en medio de una construcción, con polvo en la espalda, con cinco vergas frente mío, con un boligoma en la mochila, con mis manos y piernas tenzadas, con mi boca tapada, mi pelo tirado. y yo pensando si a alguien esto le iba a importar.
y empezaron. entraban cada vez más fuerte. y se reían de mí. debía de darles gracia. una chica con mi iniciativa, queriendo dominarlos, y ellos me dominaban ahora a mí. y se reían. y me escupían. y me pellizcaban los pezones. y me mordían las piernas, los pies, las manos. y sus manos callaban mi boca. y yo ya no me mojaba más.
me dolía. sentirlos entrar sin mi permiso. me dolía. y veía como reían. y sus caras cansadas encima. y sus vergas duras intentando penetrarme. y algunos seguro tenían hijas, o hermanas, o sobrinas, y seguro desearían que yo fuese ellas. soy ellas. soy todas las chicas que no pudieron tener. soy todas las mujeres que los dejaron. ya no soy yo. soy su sueldo bajo. soy su falta de cariño. soy su venganza sobre este mundo derrotero. soy la última esperanza de que hoy le van a ganar al día. y yo era una nena de once años que lloraba en su habitación todas las noches. y ahora era todo esto. y sus manos seguían. y sus vergas grandes no entraban. hasta que entraron.
-Ahí está!! la puta madre, ahora sí
-Bien ahí, a darle.
ya estaban dentro mío. y yo mordía sus manos. no me soltaban. queria librarme de ellos, pero yo era muy débil. y entraron al fin. y dolía, como nunca lo hubiera imaginado. dolía. ardía. y me sentía inútil de pensarme así atrapada. yo me buscaba todo esto. y sus vergas me abrían. y sentía como me rompían, y me desgarraban entre todos. sus manos sobre las mías empezaron a apretar. y sus risas eran cada vez más fuertes. y transpiraban encima mío. y todo era encima mío. y yo estaba debajo suyo. ahora estaba debajo de ellos. cuando pasaba todas las mañanas, estaba debajo suyo. en la escala alimenticia, estaba debajo suyo. y dolía. y ardía. y el diablo empezó a hablar
-qué lloras hija de puta, no te das cuenta que te hacemos un favor? a ver si asi te calmas un poco
-esto es lo que te mereces
-por la mierda que sos
-pedazo de puta mira como te cojo
-mira como te cogemos entre todos, miranos encima tuyo
-toma, mete esto en la boca
-si, metela toda
-EY MIREN COMO SANGRA
-te vamos a desvirgar entre los cinco, trolita
-callate gil, yo entré primero
-eso no importa, mira como llora
y yo esperaba que haya un cielo, y si se puede, también un infierno. o si reencarnaba, quizás en la otra vida lo haría mejor, no sufriría tanto. o quizás en la otra vida elegiría ser un obrero para violar nenas como yo.
-deja de llorar, imbécil. callate y disfruta. dijo, mientras otros me escupían encima
era esto. esto estaba buscando. al fin :algo de humanidad. que me traten como me merezco. pero ya basta, ya era demasiado. y me gustaba. y dolía. y ardía. y sus escupitajos caían de mi frente hasta mis ojos, hasta mis labios. y yo los sentía dentro mío. y su verga en mi boca me estaba atragantando, pero su mano en mi nuca no me dejaba salirme. y sus cuerpos encima transpiraban gotas sucias sobre mi abdomen. y eran grandes, y gordos, y flacos, y tenían las bolas llena de bronca. y yo era su escapatoria. y ellos eran mis violadores. y yo era su nena violada. y todo coincidía. y la señora me dijo que me suba la pollera, pero yo quería divertirme. ahora seguro me matarían cuando acaben.
-ya no sé si está lagrimeando de atragantada o llora por la cogida
-que importa, veni metele
-ahi voy
e iban cambiando. entraban y salían. ponian sus vergas en mi boca, detro mío. y me penetraban. me escupían. y me decían inútil. y yo sabía que lo era. y me decían pendeja puta. y yo sabía que lo era. y yo lloraba. y una verga gorda estaba dentro mío. y yo subí la mirada.
-hola, nena, te gusta?
era él. no papi, no me gusta. es muy grande para mí, pensaba. pero tenía la boca tapada, y entre las risas no se me iba a oír. y era grande dentro mío. y su verga me llenaba. y su bolas rebotaban detrás. y tenía otra verga en la boca. y era un hombre muy grande. y yo una nena muy chica. y uno dijo que me queria hacer el culo. asi que tuvieron que agarrarme mejor. y mi obrero de verga gorda se encargó del honor. así luego todas entrarían, dijo. sabía que era el más grande de todos, todos lo sabían. y lo temían por eso. así que fue el primero en darme vuelta y verme de espaldas. y yo miraba al piso. y me metieron otra verga en la boca. y deseaba estar muerta.
sentí su escupitazo en mi espalda. le erró el primero. luego una saliva larga y densa que cayó justo donde debía. me pudieron una remera en la boca. y se acercó a mí. me corrió el pelo. susurré "por favor" con la remera ajustada en mi boca. él dijo "tranquila, aguanta, nena". y empezó. estuve a punto de desmayarme del dolor. todo mi cuerpo decía que no. toda la vida había dicho que no, pero ahora tenía una remera en la boca, y nadie más me escuchaba. me abría más cada vez. y era duro. y luego salió de mí. y también había sangrado. y luego vino otro. y otro. y otro. y otro.
cuando casi terminaban, un pajarito se paró en la ventana. y miró un rato. luego voló.
y uno me abría más que el anterior. pero papi me rompía. me llenaba entera. y yo lo amé un segundo. y después la saco. y lo amé cuando estuvo adentro. y lo extrañaba cuando salía. y era mi hombre verga/voz/mano favorito. y el sabía que lo era. y yo pensaba cómo mi cuerpo podía aguantarlo. y el seguía. y yo pensaba no puedo. y no podía. pero él seguía. y sus bolas me golpeaban fuerte en el culo. y otro segundo lo amé. pero dolía.
y los amigos tomaron su turno. me alzaron entre ambos, mientras otros dos me sujetaban los brazos. mientras mi némesis se pajeaba frente mío mirando caer las lágrimas de mis ojos. y uno quiso meterla en mi culo. y se miraban a los ojos. y uno la tenía más grande que el otro. y el más grande la puso en mi culo. y yo parecía un juguete para perros, parecía un hueso mordido. y entro en mi culo el más grande. y lo miro a su amigo. y le dijo que vaya él también. y mi choncha sangraba. y mi culo, sangraba. y mis rodillas raspadas, sangraban. y al segundo apenas lo sentí. y el otro era más grande. y yo respiraba fuerte. mis manos estaban sujetadas. en un momento el más grande mira a su inferior diciendo que yo iba a ser suya. y este se negaba. y terminó apenado. y no se le paró más. y se veía floja. y la verga en mi culo me estaba doliendo, pero me había olvidado cómo deletrear la palabra "ayuda". y siguió. y su amigo miraba. y mi némesis seguía. los hombres no pueden compartir, apenas llegaba a pensar.
a lo último estaba cansada. rota. tirada en el suelo. y con la pollera puesta. esperaba mi recompensa por todo. y la tuve. cuando me estaban cogiendo de atras, sentía como se iban descargando dentro mío, uno por uno. al sonido de "AHGGHGHH, tomá puta", como caballeros. y el que más ababó ya sabemos quién fue. y el viejo acaba polvo. y yo quería en la boca, pero ellos querían adentro. y me dejaron toda esa esperma espesa dentro mío, como si fuese su juguete de descarga. mire para arriba, ya cuando todos habian acabado. y para mi sorpresa se estaban levantando, vistiendo y volviendo a trabajar. acababan de violar una niña, y ahora volvían al trabajo. sí, al fin, hombres de verdad.
junté mi ropa sucia. mi chomba. mis zapatos. mi bombacha. mi corpiño. mis medias. debían de haber sido las medias. no. no fueron las medias. fui yo. empecé a vestirme. sentía que había pasado una eternidad de por medio, pero parecía ser apenas el mediodía. la vida afuera seguía. todo continuaba su curso. y yo debía ir para casa. antes de bajar uno dijo "contas algo de todo esto, y te matamos". yo miré para abajo. y seguí mi camino.
bajé las escaleras sin alabanzas. salí a la calle. miré hacia arriba. y allí estaban mis hombres trabajando. empecé a caminar medio culeca. rota. dolida. mientras reía y lloraba. lo pensé. hoy le había ganado al día. tendría en qué pensar al llegar a casa. tuve emociones este día. y mi bombacha terminó más que mojada. me despedí de mis hombres con un beso y me dirigí a casa. ya esperaba que sea jueves. sí. esto fue mi culpa. y también fue gracias a mí. oh, mea...mea culpa.

lista para el comportamiento de una nena buena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora