AbbyEl cinturón de Kylian había dejado una marca en mi cuello.
En realidad, no me molestaba, me gustaba de una manera incorrecta ante los ojos de los demás, lo que me molestaba era el cretino que la puso ahí. Detestaba el comportamiento de Kylian, parecía que presionaba mi carácter hasta hacerlo estallar, llegué a pensar que usaba la psicología inversa conmigo sobre el tema de Rowan, pero lo deseché de inmediato, él no era de las personas que se andaban con rodeos.
Resultaba jodida su actitud, ¿fue necesario decirme todo eso? El oír de su boca que Rowan me amaba había sido un golpe bajo. Su cinismo no dejaba de sorprenderme, pero ¿qué podía esperar? ¿Qué podía esperar él de mí? Ambos traicionamos la confianza de Rowan y a como veía su posición, Kylian no le diría absolutamente nada, sin embargo, yo no podía asegurar que me quedaría callada.
Guardarse algo así asfixiaba y conforme el tiempo pasaba, la macha de mi consciencia se iba haciendo más grande a tal punto que ya no podía ser ignorada, pesaba, pesaba tanto como el diamante en mi dedo.
Tuve que ponérmelo hoy, aún no quería decirles a mis padres que rompí con Rowan, de hecho, ni siquiera sabía cómo lo diría. Ellos lo idolatraban, lo querían como un hijo.
—¿Cuándo vuelve Rowan? —Preguntó mamá.
Era domingo, estábamos comiendo en el jardín; papá se hallaba a la cabeza picando con esmero la carne antes de llevársela a la boca, mi hermana comía con toda la asiduidad del mundo, se veía hermosa con el cabello recogido, poseía un tono de piel olivácea que destacaba el gris potente de sus ojos, ambas heredamos el color de papá, pero el cabello azabache venía de mamá, así como nuestras figuras bien desarrolladas.
Cami tenía quince, pero contaba con las mismas proporciones que yo a su edad, solo que ella no usaba faldas cortas ni desabotonaba de más sus blusas, era recatada y discreta con la tela hasta más por debajo de las rodillas y los botones sujetos hasta el último, terminando en su garganta.
Aunque mis padres no lo dijeran, ella era su orgullo, la formaron según sus creencias y costumbres, lo que no pudieron hacer conmigo. Al verla, solo podía encontrarme con una versión joven de lo que pude ser.
—El viernes —respondí. No probaba casi nada de la comida, solo movía las porciones de aquí para allá.
—¿Has hecho planes para la boda? —Cuestionó Cami, se veía más ilusionada que yo.
—No, aún no. Primero quiero terminar la carrera —contesté ausente. No me apetecía tocar el tema de Rowan, pero al venir a casa, es lo único de lo que se hablaba.
—¿Estás segura de que quieres casarte? —Formuló la pregunta papá. Lo miré con el peso de esa respuesta carcomiéndome por dentro.
Era la primera persona que me lo preguntaba, que se interesaba por saber lo que yo quería. Todos me felicitaban, no veían más allá de una palabra dicha bajo presión, tampoco los culpaba, sin embargo, fue refrescante que alguien pidiera mi opinión sin imponer la suya o dar las cosas por sentado. Mi madre, Rowan, Cami, hasta Kylian, que parecía ser el más interesado en verme siendo la esposa de su mejor amigo.
—No lo sé, papá —me sinceré—, soy muy joven.
Bajé la mirada para ocultar el brillo de mis ojos a causa de las lágrimas. Si me rompía aquí, mamá se pondría histérica.
—Rowan es lo que te conviene, Abby, no puedes dejar escapar esto. Es maduro, sabe lo que quiere, tiene un buen puesto y mucho dinero, jamás tendrás que preocuparte por nada —comentó mamá.
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Eros ©
General FictionKylian Draxler está acostumbrado a tomar lo que quiere, en buenos o malos términos, nada se le niega. Corrupto, perverso y sádico, es una bestia que se instruyó en el pecado, un hombre inteligente que diseña armas y es contador. Lidera un imperio...