🥀Capítulo 34🥀

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Dibujo de mis bebés por sunflower._.design ♥️

Tenía tiempo libre en la oficina, así que acabé el capítulo. Ahora voy saliendo de mi turno de noche, dormiré y cuando despierte, quiero ver muchos comentarios, si no es mucho pedir❤️‍🔥

 Ahora voy saliendo de mi turno de noche, dormiré y cuando despierte, quiero ver muchos comentarios, si no es mucho pedir❤️‍🔥

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Abby

Exhalé a través de sus besos que me despojaron de todo sentido de racionalidad y coraje.

El sabor de su saliva asestó una puñalada de recuerdos que sin compasión llegaron uno tras otro y el encontrarme en su departamento empeoró todo, porque fue como si el tiempo jamás hubiera avanzado, como si aquella noche cuando lo vi en Eros, no fuera la última.

No hubo vacilación en ningún momento, el deseo arrollador me hizo sucumbir y en menos de lo pensado mis manos se asían a las hebras suaves de su cabello que llevaba más largo. Lo sostuve entre mis dedos y tiré de él contra mi boca, mordiéndole los labios con violencia en una protesta por su ausencia. No obstante, él pareció disfrutar del dolor que mis dientes infligían, me rodeó con los brazos y me cogió de las nalgas, desplazándose hacia el sofá conmigo, como si yo no pesara nada.

Se acomodó en el sofá, mis piernas a cada lado de las suyas, mi pecho desnudo apretado a la musculatura que era el suyo, cubierto por esa prenda estorbosa que no me dejaba sentir su piel cálida, incluso así, pude palpar el calor emanando hacia mí, tocándome —metafóricamente— el corazón.

Quería resistirme a Kylian, quería huir de su oscuridad y revelarme, hacerle ver que no estaba dispuesta a caer otra vez.

Convencerlo.

Pero ¿cómo convencerlo cuando ni siquiera yo misma podía hacerlo? Lo odiaba tanto y pese a ello, seguía besándolo y restregándome contra su erección ajustada bajo la tela de su pantalón.

Mi ser entero me exigía follarlo, sostenerlo de nuevo dentro de mí, venirme sobre su polla y mojarla con mi orgasmo.

Lo necesitaba como el mismo aire.

Podría culpar a las líneas de cocaína que inhalé, al alcohol en mi sistema o al deseo tan furioso y devastador que resguardaba en mi interior.

—No sé qué mierda hacer, bestia —siseó entre besos.

El que me llamara así, me produjo escalofríos. Había pasado mucho desde la última vez.

—¿Con qué? —Indagué confundida, mirándolo a los ojos sin parpadear un segundo.

—Contigo.

Dicho esto, me besó otra vez, no me tocaba, solo se limitaba a adueñarse de mis labios como si besarme fuera para él todo lo que necesitaba para existir. Y no lo comprendía, mientras los minutos transcurrían y Kylian no se apartaba de mi boca, no entendía por qué continuaba empecinado en devorarme los labios y no en follarme duro contra este sofá.

Eros ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora