No aguantaba más ese infierno. Las constantes palizas, golpes diarios, insultos a todo momento. Su piel se había vuelto violácea en la mayoría de su cuerpo, con varias cortadas y quemaduras provocadas por la misma persona. Sus ojos no tenían brillo...
Hongjoong despertó a la mañana siguiente en su cama, tapado por varias mantas. La habitación estaba oscura, tan sólo entraba un suave rayo de luz que alumbraba levemente la estancia. Escuchaba el viento soplar y la lluvia repitequear contra el cristal desde la comodidad del hogar. Pero, ¿cómo había llegado ahí? Lo último que recordaba era estar en el sofá con Seonghwa, quien tampoco se encontraba ahí.
Tras holgazanear un ratito más entre las suaves mantas, se levantó, poniéndose una de ellas por encima, ya que hacía frío, y fue al salón, donde halló al pelinegro dormido en el sofá, hecho un ovillo, con su abrigo por encima. Volvió a la habitación, tomó las cobijas y lo cubrió con ellas, lo que el dormido chico pareció agradecer en sueños, ya que su expresión se relajó aún más.
Lo dejó dormir y fue a la cocina, a preparar algo de desayuno sin hacer mucho ruido. Mientas las tostadas y la leche se calentaban, tomó su móvil y revisó sus mensajes y redes.
Había comenzado a seguir a algunos de los amigos de Hwa en Instagram, y estuvo cotilleando un poco sus perfiles. Mingi y Yeosang no publicaban nada, mientras que Luna tenía una foto con todo el grupo, y Wooyoung varias. Se veían muy buenos amigos.
Estando distraído con el aparato, no notó unos brazos rodeándole por la espalda, a lo que se sobresaltó al darse cuenta del abrazo.
- ¡Buenos días! - saludó a un despeinado y recién levantado Seonghwa, quién respondió lo mismo. - ¿Por qué dormiste en el sofá? Estarías congelado.
- No, no, estaba bien, no te preocupes. Te quedaste dormido en el sofá y te llevé a tu habitación. Había pensado volver a casa y dejarte dormir pero empezó a nevar muchísimo, y tampoco quería molestarte así que volví ahí.
- Qué tonto eres. - río, aunque no le hubiese importado para nada que se hubiese dormido junto a él. Total, su cama era grande.
Desayunaron bien, en un silencio cómodo, haciendo algunos comentarios sueltos, y al acabar se dispusieron a recoger la cocina.
- ¿Haces algo hoy? - inquirió Seonghwa, apoyando sus codos en la mesa frente a Hongjoong.
- No, ¿y tú?
- Había pensado que podríamos ir a algún lado, si quieres, claro. - dijo jugando con sus manos. Era divertido ver a un hombre tan formal como Hwa ponerse nervioso ante ese tipo de situaciones.
- ¡Perfecto! ¿Alguna idea? - aceptó el contrario.
- Creo que tengo una buena. - sonrió ampliamente. - Ve a cambiarte, y abrígate.
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- ¡La pista de patinaje! - exclamó Hongjoong con una sonrisa acogedora que iluminaba sus ojos cuando Seonghwa aparcó frente al gran letrero que lo anunciaba. - Siempre he querido venir.
Salió del coche velozmente, tirando del brazo del pelinegro para entrar lo antes posible, mientras el otro luchaba por no caer en en manto helado que cubría sus pies.
