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Gojo vigila a menudo el edificio donde trabaja Nanami.

Han tenido coincidencias que al omega definitivamente no le parecieron bonitas, a juzgar por su reacción.

Pero Gojo no se desanima con eso, claro que no.

No puede controlar su jodido instinto. Nanami siempre fue un omega trofeo, difícil, fascinante a su manera. No ha podido encontrar un omega similar.

Por una casualidad del destino, en una simple tienda de variados comestibles del centro, un día casual, ha conocido a los niños que Nanami cría. Una sorpresa, la verdad. Solo se los encontró, y los niños hicieron buenas migas con los suyos.

Los niños de Nanami son un par de gemelos con energía maldita, cuyos progenitores son desconocidos. Interesante, realmente.

Pero luego se encargará de eso.

Mientras los Fushiguro no dejaron de hacerle preguntas sobre Nanami y sus hijos todo lo que quedó de la última semana, Gojo ha estado inquieto porque olió el futuro celo de Nanami.

Ese chantilly especial que se alza sobre su aroma dulzón. Un deleite. Típico de su futuro celo.

¿Nanami habrá estado con otros alfas?

El pensamiento lo inquieta.

De solo pensar en que lo vio en aquel club nocturno con un alfa, mientras lo dejaba avanzar, se pone de un humor fastidiado.

Ni siquiera ha contestado las llamadas de estos dos omegas que siempre suelen buscarlo para un polvo rápido y tratan de inducirlo para que se case con ellos. No le gusta la presa fácil, es aburrido y poco interesante.

Nanami tiene de difícil todo, y de inquietante mucho.

¿Cómo aguantan, los alfas que conviven cerca de él, las ganas de llenarlo de regalos? ¿Cómo no se vuelven locos por su atención?

Y, justo cuando ya es hora de la salida en el horario de asalariados, Gojo hace su movimiento, bajando casualmente para esperar a Nanami.

Unos minutos de espera, y el rubio omega aparece con unos alfas a su alrededor, conversando y envolviéndolo. El omega se ve notablemente incómodo.

Bueno, ahí está parte de la respuesta a la inquietud de Satoru, los alfas realmente están ahí detrás, pero el omega no los deja avanzar.

Tan inaccesible omega.

Hablan con Nanami y lo abrazan por detrás, buscando contacto de forma inocente. Como si Nanami no pudiera darse cuenta.

—Oi, cariño~ —Satoru llama, fuerte y dulce, lo más dulce posible.

Gojo sonríe cuando todos los alfas voltean a verlo excepto el omega, que se gira por inercia, ocultando su sorpresa al reconocerlo.

—Nanami, baby~ demoraste un poco en salir. Te he estado esperando tanto.

El rubio omega frunce el ceño profundamente, y finalmente se deshace de la abrumadora presencia de los demás alfas, caminando en dirección al albino, quien sonríe radiantemente.

—¿Qué haces aquí? —Nanami le susurra, los dientes apretados.

—¿Oh? Te espero, cariño~

—No, enserio, no quiero tus bromas. —Nanami le masculla.

—Primero sube a tu auto y luego hablamos, cuando todos esos alfas dejen de mirarte el trasero mientras vienes hacia mi.

El rubio suspira derrotado y lo guía hacia su auto, de entre la fila larga de autos estacionados de diversos colores. Satoru canta victoria.

Lustful Alpha / Fic # 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora