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Gojo compra un arreglo de chocolates y bombones en una tienda lujosa de chocolate fino. El alfa se yergue orgulloso frente a los demás clientes del lugar, sabiendo que está comprando algo tan ostentoso.

—¿Qué le ponemos en la tarjeta, señor? —La vendedora le dice, luego de que Gojo escoge la tarjeta de material perfumado.

—Para el omega más precioso. —Gojo sonríe, mientras la pequeña beta asiente y digita el texto sobre el teclado de la computadora para imprimirlo en la tarjeta.

Siente la mirada de otras personas sobre sí. Alfas y betas, con cierta curiosidad.

Eso es normal, teniendo en cuenta que en promedio no hay muchos omegas y éstos en general solo escogen a los mejores alfas. Puede que no hayan hablado de un cortejo oficial, puede que ni siquiera le haya preguntado a Nanami si desea ser cortejado.

Pero los alfas hacen esto todo el tiempo, mandan regalos pre-cortejo, cuando se dan cuenta de que el omega tiene más pretendientes, esperando una interacción positiva con el omega y, si todo sale bien, podrán empezar un cortejo oficial.

Probablemente Nanami no es consciente de lo atentos que están otros alfas a su alrededor, pero Gojo es observador y, además, tiene más ojos de respaldo.

Pero no hay alfa ganador en este juego, aún. Y el que está más cerca de la meta es Gojo, por supuesto. Ya ha sido parte del pasado del omega, ya han tenido sexo durante mucho tiempo. Nanami solo necesita darse cuenta de que Gojo es el mejor alfa.

Los omegas son simples de analizar, cree Satoru.

A pesar de su especial actitud, Nanami no debería ser muy diferente que eso ¿Verdad?

A los omegas les gusta el buen sexo y los regalos. Eso es todo.

Dale lujos y placer a un omega, y este estará a tus pies. Es lo que dicen, es lo que es.

Todos los omegas con los que Gojo tuvo la oportunidad de interactuar fueron así. Pedían y sus ojos brillaban al ver joyas, ropa y accesorios caros, todo lo que Gojo hacía para complacer sus caprichos. Restaurantes caros, hoteles y bares lujosos. Los omegas ronroneaban de gusto.

Satoru hizo ronronear a omegas, por favor.

Hacer ronronear a un omega es un gran logro. Los omegas no ronronean para cualquiera, solo lo hacen en un estado de gran placer, felicidad o amor en un ámbito no sexual, claro.

Se pregunta cómo sonará el ronroneo de Nanami.

Satoru siente sus mejillas calentarse de solo pensar en el ronroneo del omega rubio y asalariado.

Será algo tan adorable de escuchar.

Satoru tararea de suficiencia. Tendrá a Nanami a sus pies. Por supuesto.

Ha tenido muchos omegas a sus pies.

Y, encima, a Nanami le ofrecerá una mansión, una estabilidad además de buen sexo y lujos. ¿Qué omega rechazaría esto?

Es decir, claro, Nanami no lo quiso en el pasado.

Pero, en esos tiempos, Kento era un omega adolescente que apenas sabía algo de la vida.

Ahora Kento cuida a dos cachorros, debe saber lo que significa ser un omega soltero y con dos niños en esta sociedad. Definitivamente aceptará a Gojo de alguna manera ¿No?

Nanami habrá tenido que madurar ¿Cierto?

Además, cuando se acostaron aquel día que el omega fue de visita a su casa... Se dió cuenta de que el omega aún lo deseaba.

Lustful Alpha / Fic # 4Donde viven las historias. Descúbrelo ahora